La adopción aparte de ser un acto de vida, de construcción interior y de amor, es también un genuino momento y un original raudal de felicidad. La adopción se puede referir a una maternidad “adoptiva” , que si bien existe la maternidad biológica, hoy en día la maternidad adoptiva es internacional, la dulce espera de esta maternidad es algo mas ansiosa, pero segura, en cuanto desear tener un bebé, el bebé adoptivo siempre es deseado con amor, lo que no pasa siempre en la dulce espera biológica, el aspecto legal hace que la dulce espera adoptiva se frustre en algunas ocasiones; pues las diferentes legislaturas por la burocracia misma empapelan y traspapelan la secuencia jurídica.
La dulce espera adoptiva puede durar desde un mes hasta año y medio, juegan muchos factores, edad de la madre, estabilidad emocional y económica, disponibilidad, nacionalidad, vienen las visitas domiciliarias para evaluar la integralidad de los papitos adoptivos, en Colombia se conocen casos de madres adoptivas sin pareja, entonces por su puesto la dulce espera se convierte o mas bien esta impregnada de ansiedad. Se entiende por adopción o filiación adoptiva al acto jurídico mediante el cual se crea un vínculo de parentesco entre dos personas, de forma tal que establece entre ellas relaciones análogas o muy similares a las que resultan jurídicamente de la paternidad biológica. Las legislaciones establecen unos requisitos mínimos para poder adoptar, entre los cuales son comunes: Una edad mínima del adoptante que suele superar la de la mayoría de edad y, en ocasiones, una edad máxima. Plena capacidad de ejercicio de los derechos civiles.
En el plano afectivo la adopción, es el deseo de dar amor, protección y felicidad a
un ser desprotegido que lo necesita, la hipersensibilidad aparece en el periodo pre-adoptivo, es como estar embarazada y de golpe se sabe que a alguien le ha pasado algo y entonces la pregunta ¿irá todo bien? Cada vez que hay una llamada oficial del Instituto gubernamental, o cada vez que llega un papel certificado o cada vez que llama un policía a la puerta porque hay un papel de los juzgados, ésos son momentos de extrema dureza porque realmente se depende de que un hombre o una mujer diga sí y se acaba todo el estrés o diga no y todo empieza para el horror.
Hay que pensar muy bien, que ser padres cambia la vida totalmente. No importa que sea biológico o adoptado, el proceso de crianza y educación de un bebé es un acto de amor, lleno de matices, que nunca ha de estar manchado por ningún otro interés. Hay parejas que optan por la adopción con el fin de ser útiles a la sociedad, por lo tanto, convierten su tarea de padres en un acto solidario. Grave error. Los niños necesitan de amor, protección y entrega absoluta. Por eso, sería bueno plantarse s la pregunta de ¿quién se va a beneficiar con esta adopción? Y si la decisión es la adopción, lo mejor es acudir a la Oficina de Protección a Menores de la comunidad autónoma. Allí hay que llenar una serie de informes y solicitudes que, más tarde, pasarán a valorar los técnicos. Una vez aprobado hay que pasar las pruebas de idoneidad, que vienen a ser una especie de confirmación de que la pareja está “sana” y son personas “equilibradas”.
Sea una adopción local o internacional, como sea y desde donde proceda, lo importante es que hay que cubrirle todas las necesidades físicas y emocionales con el cariño que se merece. Ser padres es una hermosa tarea que se ha de elegir libremente. Nuevamente recordar que adoptar es un acto de bondad y amor que significa para muchas parejas la oportunidad de experimentar la paternidad. Muchas personas se enfrentan a grandes obstáculos cuando quieren procrear, la adopción simboliza un sueño para ellos; antes, la adopción sólo formaba parte de una porción limitada de la población, pero ahora muchos famosos han decidido adoptar niños, es un hecho que en los últimos años, varios famosos se han inclinado a adoptar aun teniendo hijos propios. La incógnita queda abierta ¿acaso será una moda, un gancho publicitario o simplemente una búsqueda constante de la felicidad? La adopción como una forma de ejercer la paternidad, una oportunidad de darle amor y hogar a un niño, que como muchos en el mundo, se encuentra solo y a la deriva. Repasada la definición enciclopédica, el plano afectivo es de suma importancia, pues total lo jurídico aunque lento y burocrático camina, pero es el deseo de dar amor, protección y felicidad a un ser desprotegido que lo necesita, es una actitud que no se improvisa y nace en la pareja, se nutre con amor, se sueña en compañía; también hay que evaluar, presupuestar y planear acciones vitales como: la capacidad de proveer alimento y en general todos los derechos y suplir todas las necesidades del infante. Cuando se tiene una maternidad adoptiva los cabellos, las células, la gotita de sangre son la ofrenda a la verdad y no ofenden, por el contrario defienden desde la historia genética la verdad que se jugó en lo casual y en lo causal de una vida que se encuentra con la de los papitos adoptivos.
Los papitos adoptivos deben ser capaces de liberarse, de prejuicios sociales,
religiosos, deben ser padres de amor, de vida, formar parte de una intimidad que los enorgullezca. La adopción como un acto de amor no se debe ocultar; los especialistas sugieren ir familiarizando a los niños con el término adopción, que ellos desconocen. Los cuentos son una herramienta útil a la hora de explicarles más fácilmente ‘esta verdad’.
Tan sencillo como que existen parejas que la cigüeña nunca encontró su dirección, y entonces ellos deciden buscar un hijo de una mamita y un papito que por sus circunstancias y como un acto de amor deciden dar su bebé en adopción; jamás hablarle mal a los chicos de sus progenitores biológicos; hacerles claridad en que los papitos adoptivos son para toda la vida, siempre la verdad, en siglo pasado la adopción era un secreto, es mas ni en la edad adulta se les revelaba a los hijos su origen; algunos hijitos adoptados son el resultado del cumplimiento de una promesa a un santo, a la Virgen, ojo que la adopción no es un acto de caridad es un acto de amor! Si, la verdad sobre la adopción no se da con naturalidad la reafirmación personal y social del “adoptado” se va al suelo. Los chicos preguntan de dónde vienen los hijos, y bueno aquí el momento perfecto, con palabras sencillas, claras, sin armar un tratado jurídico, social, religioso, por favor es hablar de un acto de amor!
Hoy, antes de los cinco años, los niños empiezan a hacer preguntas y es oportuno contestarlas con claridad. Ojo, nunca decirles que sus padres biológicos los abandonaron, para qué? Es mejor decirles que los querían tanto que como eran muy jóvenes, inexpertos y no tenían estabilidad económica prefirieron que otros papitos se hicieran cargo de su felicidad! La adopción es un coqueteo con la cigüeña, enamorándola con amor, deseo, ternura, afecto, para que deje a merced de la dulce espera adoptiva un bebé feliz!!
Con Caricias Calientitas
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