viernes, 24 de junio de 2016

NIETECITOS PARA LA FELICIDAD

La llegada de un bebé, infunde una alteración de la cotidianidad del amor, los motivos, los cuidados, aumenta los compromisos y responsabilidades, se adicionan, la crianza con amor, el acompañamiento en el crecimiento, mejor dicho múltiples tareas, dulces, a veces estresantes, pero nada de nervios todo con amor, resulta maravilloso! Falta mencionar el sueño, que debe ajustarse al horario del pequeñín, del nuevo tesoro; y si bien los papitos están a cargo de toda esta maratónica vida en función de la felicidad, tranquilidad y confianza del bebé, están los abuelitos, estrenándose en el amor sin limites, en la celebración de la vida, su continuación hecha realidad; ellos están estrenando nieto.

Los chicos necesitan de sus abuelitos, ellos consuelan, ellos comparten experiencia, juegos, cantos, remedios caseros, y siempre son un apoyo importante, en la crianza del bebé. Ojo, los abuelitos no son los responsables de la crianza, ellos son cómplices del amor, la ternura, la dulzura, sin embargo esta participación demanda una relación armónica, entre nueras, suegros, yernos, consuegros, por eso es importante que los papitos tengan claro que los abuelitos son los encargados de consentir, guardar besitos de algodón de azúcar, pero jamás son responsables de la crianza y educación; las pautas generales las dan los papitos, los abuelitos respetan los limite puestos por ellos.

Obviamente los abuelitos representan una asistencia práctica, apoyo, y una cadena de consejos útiles para cuidar a los nietos. El encuentro de los abuelitos con sus nietos es siempre enriquecedor para ambas partes. A la mayoría de los chicos, les encanta estar con sus abuelitos, por diferentes y variadas razones. Algunos porque al lado de los abuelitos no existen tantas órdenes y los limite son flexibles, ni obligaciones, otros porque pueden hacen cosas distintas con ellos, como preparar galletas juntos, comer dulces, dar paseos, ir al parque, y realizar una infinidad de actividades que hacen que ellos se sientan más libres. Algunos nietos ven a sus abuelitos como sus amigos de juego, una especie de guía, como divertidos, cariñosos, mimosos y que les gusta estar con ellos. Pero, claro, todo depende de la forma de ser de los abuelitos. Hay también los que apenas envejecen y continúan tratando a los más pequeños de una manera muy autoritaria y demasiado exigente.

Pero, por lo general, los abuelitos sienten mucho placer con sus nietos. Estar con ellos es también una
forma de renovarse personalmente. Es tener más participación en la familia, y sentirse más jóvenes y actualizados. Se aprende mucho con los niños. Tristemente en algunas ocasiones la relación de los abuelitos con los papitos de sus nietos no es la mejor posible, desafortunadamente, existen conflictos cuando de reprender se trata, y como las generaciones son distintas y diferentes también son los criterios de educación, entran en discusión la experiencia de los unos contra el conocimiento moderno de los otros. Pero como ya se había dicho los abuelitos no están Los abuelos no están más para educar, ellos ya cumplieron su tarea educativa, vale decir además que sus energías se quedan rezagadas cuando se trata de correr detrás de un bebé caminador, o de un chico explorador de 5 años; ellos echan una mano de vez en cuando, y pasar un buen rato con sus nietos. Para eso, es necesario que entre los papitos y los abuelitos exista una relación tranquila, específica y verdadera, libre de celos, en la que reine el respeto a las exigencias y a los hábitos del otro.

Algunos abuelitos son considerados unos bárbaros atrasados, otros saboteadores de la disciplina paterna, otros que malogran a los niños. Sin embargo, los psicólogos, psiquiatras y hasta algunos papitos, se están dando cuenta de la importante contribución que los abuelos hacen a la vida del niño preescolar y a su desarrollo. Algo supremamente triste es que algunos papitos castigan a los abuelitos y nietos por situaciones del pasado, los unen a rencores viejos.

Está comprobado que los abuelitos juegan un papel preponderante y casi irremplazable en el desarrollo del nieto para su comprensión del mundo. Además de servir como sustitutos honorarios de padres ausentes o muy ocupados, los abuelitos generalmente son fuente constante de una medida extra de cariño, lo que representa un buen equipaje para hacer más estable el estado emocional del niño y su educación para la felicidad. Ellos sirven sin saberlo, para agrandar el horizonte del nieto, enseñándole que existen otras personas además de los papitos que también pueden hacerles agradables la vida y que también tienen conocimiento de las cosas importantes, que solo tenían sus papitos. El nieto llega a ver que existen formas similares pero no idénticas a las de sus papitos cuando pasa algún tiempo con la generación madura, y llega a darse cuenta que existe otras formas agradables de comer, salir a pasear, etc. y se dan cuenta que las variaciones sobre un tema conocido, como la rutina diaria no es unos temas azarosos, sino bien agradable.

Que los abuelitos engrandecen a sus nietos, la gran mayoría de las veces es cierto, este es un derecho. Indudablemente algunos abuelitos no son tan severos en algunos asuntos como los papitos, los abuelitos utilizan un lenguaje dulce, respetuoso, amable, claro, y ellos aclaran a sus nietos que ciertas situaciones son permitidas “solo” por los abuelitos, que con lo papitos ni riegos! Pero esta actitud tampoco se puede calificar como un saboteo a la educación paterna, hay que tener en cuenta que los abuelitos tienen mas tiempo para sus nietos, para escuchar, jugar, leer cuentos, en fin.

Los niños que se educan para la felicidad, necesitan indudablemente tiempo con calidad y los papitos lastimosamente no lo tienen, las historias que los abuelitos les cuentan sobre la vida de sus hijos, o sea, los papitos, cuando ellos también eran niños, hacen que el niño tenga un sentido de continuidad de la familia, aceptar que ellos también son humanos y así poder identificarse con ellos. El hecho de saber el niño que es apreciado por su valer y por ser miembro de una cadena, le hace sentirse más seguro tanto como individuo independiente como por ser parte de la familia. Por último estos lazos familiares se acentúan aun más ante los ojos de los niños cuando ve que sus padres acuden donde sus abuelitos por un consejo o por intercambio de ideas.

A todas las familias una amable sugerencia, dejen las peleas y rencillas atrás, compartan armónicamente con los abuelitos, trátenlos bien, porque siempre el mejor maestro es el ejemplo. Dejar a los chicos disfrutar de sus abuelitos debería ser un derecho de la infancia!

Con Caricias Calientitas.

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