martes, 27 de agosto de 2013

SENTIMIENTOS PARA LA FELICIDAD

Educar para felicidad desde la primera infancia, demanda tener y expresar con ejemplo un mayor equilibrio entre mente y corazón, y los chicos actuales tiene más a flor de piel la sensibilidad, expresan más sentimientos, aunque hay momentos o situaciones que marcan, porque está claro por ejemplo, que lo masculino y lo femenino, tiene que ver con el hemisferio izquierdo, con los procesos de pensamiento y el lenguaje; y que lo femenino tiene que ver con la sabiduría, la intuición, y el amor.

Entonces los chicos desde que nacen vienen dotados, impregnados  de una gran sensibilidad, que los hace más tiernos, cariñosos, y mientras van creciendo van siendo más conscientes de su comportamiento, y de cómo este afecta al mundo que los rodea. Sería fantástico que desde pequeños toda la raza humana accediera a la posibilidad de entender las Leyes del Universo, seguramente se evitaría mucho dolor y sufrimiento.

Aún desde bebés, se les debe estimular su sensibilidad, desde cualquier credo religioso que ejerzan sus papitos, en últimas todos los dogmas religiosos le apuestan a la práctica del amor y la bondad, alrededor de estos sentimientos gira su interacción con familia, vecinos, amigos. Esta es una forma de seducirlos e inmiscuirlos en la bondad, de vivir siempre, cada momento con un tinte de sensibilidad, es enseñarlos a vivir con amor! Incluso e abordar una religiosidad con mucho amor.

Sensibilidad viene de sentir, y hay un principio universal, un sentimiento que se
llama “Gratitud”, que bueno es que desde chicos, aprendan a agradecer por sus bendiciones, por simples y encillas que sean, agradecer por los seres queridos, dar más sentido a todos los momentos de la vida, y definitivamente hay que empezar por agradecer. Que el agradecimiento, se convierta en un hábito de toda la vida, dar gracias puede ser la forma de disfrutar la vida más ennoblecedora y de paso se están generando sentimientos de aprecio y gratitud. Ahora bien, esta acción va de la mano con hacerles sentir el afecto, el cariño, la admiración, eso los hace sentirse felices, y cuando el chico así sea un bebé manifiesta incomodidad, llanto, mala carita, es solo endulzar su momento con una caricia, una palabra amorosa, una sonrisa, un gesto de cariño, así ellos van percibiendo sensibilidad venida de sus papitos. Y en repetidas ocasiones agradecer, ya sea a Dios, la vida, en fin, ¡gracias por este maravilloso hijo! Gracias por este rico desayuno!, Gracias porque estamos sanos! En fin millones de motivos para agradecer!

Incluso, cerrar los ojos, para desear que papito llegue bien, para desear que el hermanito se mejore, y así existen muchos motivos para desear, agradecer, soñar, también, respirar profundo y permitir que los chicos imiten es una forma de llenarlos de sensibilidad, es que todos los momentos son aptos para estimular la sensibilidad, hasta después de un berrinche esta acción resulta una oportunidad para tranquilizar al pequeño y aprender una lección; quizás se puede también en los chicos de tres años en adelante cuando cierran los ojitos, hacer ejercicios de relajación, hablarles suavemente de sus pies, sus rodillas, inicialmente se le pueden ir tocando con mucha sutileza las partes del cuerpo mientras se nombran.

La opción de educar sensiblemente a un niño es una tarea fascinante para los papitos o los adultos que tienen a su cargo el cuidado, y aunque no existen fórmulas sencillas para el cultivo sensible, hay algunas orientaciones reflexivas que pueden ayudar mucho en este empeño. Al igual que el desarrollo cognoscitivo, el desarrollo de la sensibilidad es un proceso natural que ocurre espontáneamente si el niño encuentra apoyo y circunstancias apropiadas. Así como está la prioridad de atender las necesidades físicas e intelectuales de los niños a medida que avanzan en su proceso de crecimiento y desarrollo, de igual manera es necesario fomentar en los hijos el desarrollo y fortalecimiento de los buenos sentimientos. Si la orientación de los sentimientos no está presente durante la primera infancia, el niño cuando se encuentre con acciones puras de sensibilidad considerará extraño al proceso y tendrá el concepto de que no es indispensable, es como inducirlos en el conocimiento de sí mismos, como decía Heráclito: “el que conoce lo externo es un erudito, el que se conoce a sí mismo es un sabio”, por su puesto esta afirmación aplica a los adultos también.

La sensibilidad de un niño es espontánea y única. Con su inocencia, los niños
pueden recordar a los adultos una sensibilidad que es sencilla, directa e increíblemente original. Con su dulzura y ternura, los niños hacen evocar creencias, sentimientos y valores esenciales. La formación de la sensibilidad de un niño se logra por medio de una estrecha comunicación entre los papitos y éste, en la que se dan respuesta a muchas preguntas esenciales de la vida.

Los siguientes elementos son fundamentales dentro del proceso de fomentar los  buenos  sentimientos en los niños según expertos en el tema: Crear confianza con el hijo. El amor y la confianza constituyen los dos sentimientos fundamentales para la relación entre los papitos y los hijos. El niño necesita sentirse lo suficientemente seguro para poder explorar, puesto que la exploración en la niñez se constituye en un elemento esencial de su sensibilidad en el sentido de que cuando los niños empiezan, por ejemplo, a apreciar la naturaleza, surgen entonces las preguntas sobre quien hizo la luz del sol, por qué llueve, etcétera, escalones importantes en la formación de la dimensión sentimental. Cultivar la libertad como una cualidad característica de un hogar sensible y debe garantizarle al niño, libre de inhibiciones, expresar ideas, hacer preguntas y manifestar dudas acerca de los sentimientos. 

Aparece aquí el reto grande, tratar de no reprimir al hijo, pero tampoco permitirle que vague sin ninguna orientación, cultivando una sensibilidad que combine la orientación con la tolerancia, en una relación caracterizada por la comunicación asertiva y el respeto mutuo. Demostrar interés en la vida del hijo, para poder crear un clima sensible en la vida del hijo es necesario invertir tiempo, cariño y aportar una gran dosis de sinceridad por parte de los papitos. El ejercicio de una auténtica capacidad de escucha es fundamental, reconociendo al niño como un interlocutor válido de acuerdo con el momento de su desarrollo.

La pregunta del millón, ¿cuándo iniciar la formación de sus  sentimientos? Nunca es demasiado temprano para comenzar, ni siquiera el momento en que respira por primera vez. En algunas culturas aborígenes hay rituales muy tempranos, al igual que en el Islam y otras religiones, que marcan tempranamente el comienzo de la vida sensible del niño. Es importante tener en cuenta, que desde el nacimiento, todos los niños son sensibles a su entorno, saben si se les carga con ternura o con los brazos tensos y mucho antes de aprender el lenguaje saben si las voces o las miradas son amistosas o amables, bruscas o indiferentes. En la formación de los bueno sentimientos de los niños como en todo el proceso de la crianza, el ejemplo es el mejor maestro.

La seguridad de su sensibilidad consiste en hacer recordar lo más a menudo
posible al bebé, su lugar de origen. Reiterarle varias veces al día, verbal o mentalmente: “Tu vienes de la Luz, eres un ser de Luz. Eres divino, tu esencia es Luz. Eres un niñito de Luz y Amor, tu única función en la Tierra es irradiar esta Luz y Amor, no importa lo que pasa”. Eso es porque alrededor del bebé, muchos se preocupan de asuntos materiales, hay inquietudes familiares, hay las propias angustias de los adultos y disputas, a veces. Las palabras que escuchan son acerca del pañal sucio que hay que cambiar… ¡otra vez! ¡De cuan cara es la vida, especialmente los pañales desechables! del cansancio de los adultos, el fastidio, etc. Esto perturba al recién nacido que todavía está muy conectado con su lugar de origen. Háblenle de luz, de amor, de paz en la Tierra: cuánto estábamos esperando su llegada, cuánto honramos su decisión de venir aquí, etc… En nuestras propias palabras, de corazón. Esto nos hace recordar que nosotros también somos este niñito de Luz y Amor, y que nuestra única función en la Tierra es irradiar esta Luz y Amor, no importa lo que pase. Para poder recibir como merecen a los niños y niñas del Tercer Milenio, es indispensable que los futuros papitos se preparen, tomen clases, formen grupos de apoyo con terapeutas. Hay que cuidar la calidad de la concepción, del embarazo y del parto.

Cuando nace darle una bienvenida lo más cálida, dulce, tierna, cariñosa que sea posible, está tarea a cargo de la mamita, el papito, pero si se quedan mudos de la emoción, es bueno acudir a un ser carismático, dulce que haga la bienvenida. Obviamente el tono de la voz debe ser dulce, suave, melodiosa, y más rico aun, acariciarle cada parte de su cuerpecito, y decirle que es sano y bello, que es amor, que es felicidad, ojala este ritual de bienvenida sea mientras el recién nacido descansa de su viaje en el pecho de la madre, y hay una cosas las visitas, gracias pero es mejor esperar siquiera un mes, es que llegan alborotadas a buscar parecidos, opinar, todos quieren verle los ojos, y esto no es apropiado ni para el bebé ni la mamita.

Con Caricias Calientitas.

domingo, 18 de agosto de 2013

SONDEO   PARA  LA FELICIDAD

Los papitos y las mamitas caen a veces en unos juegos que no son sanos, el juego de medir el afecto…¿A quién quieres más?. Los papitos con su actitud y ejemplo se ganan y construyen el respeto, la confianza, el cariño de sus hijos.

¿A quién quieres más: a tu papá o a tu mamá?, es seguro que, al menos por la emoción del momento, el chico responda de una, y de pronto el adulto escucha lo que no quería oír, pero más allá de la pregunta, es la incomodidad emocional y confusa que se crea en los sentimiento de un pequeño, que en su mundo aun no cabe la competencia por los afectos, que audazmente puede contestar lo que supone quiere oír el adulto que interroga, los papitos no alcanzan a dimensionar, los efectos nocivos de están preguntas necias en la escala de valores de sus pequeño, hay que recordar que es durante la primera infancia que carácter, sentimientos y valores se forman para toda la vida.

Preguntas que pretenden calibrar el afecto, son preguntas nocivas e innecesarias, y
más grave aún, cuando el chico recibe presente, regalo, complacencias e inmediatamente aparece la pregunta impertinente, por favor papitos, esto solo conduce a los niños a asociar regalo, permisividad con afecto; y sobraría decirlo pero solamente se está sembrando afecto condicionado; parece una contradicción pero, en estos casos, los papitos se están lanzando a una educación sin normas, sin límites, papitos que están dando ejemplo palpable de envidia, de inseguridad, una educación que decepciona cualquier pedagogía que le apuesta a la felicidad.

Obviamente los chicos perciben la falta de armonía que existe justamente entre sus papitos, y son estas preguntas necias las que se encargan de espantar a la seguridad, la confianza y el cariño verdadero; y los mayores responsables de brindar seguridad, confianza, cariño y formación integral a los niños son los papitos.

Cuántas veces los papitos juegan con preguntas inútiles como éstas: ¿A quién quieres más: a papá o a mamá? ¿Quién es más regañón? ¿Qué pensarán los niños? Un niño normal, en un hogar normal, contestará que los quiere igual a los dos, tanto como ellos lo quieren a él. Pero hay que anotar que los chicos en su primera infancia se “atortolan” y se esfuerzan por contestar cualquier cosa y salir bien librados, porque a esas edades los chicos buscan constantemente la aceptación y aprobación de sus papitos. Es importante que los papitos no busquen cómplices en sus errores, como “no le cuentes a mamita..”, jamás los papitos deben contradecirse delante de los chicos, mucho menos convertir al otr@ en ogro, bruja, en fin eso aparte de ser bajo y ruin, es nefasto para el chico, si a un niño se le pregunta si quiere más a papito o mamita probablemente no tenga una respuesta concreta, o tal vez si lo pillan inspirado conteste que a los dos por igual.

Caricias Calientitas invita a que eduque para que el niño sea consciente de esta pregunta y de no realizarla o bien procurar que el niño se siga sintiendo con la potestad de realizar la pregunta, se trata de promover una libertad mental y emocional, porque algún día el chico puede sorprender a los papitos preguntándoles, cuál de ustedes dos me quiere más?

Con Caricias Calientitas



domingo, 11 de agosto de 2013

DUDAS PARA LA FELICIDAD

Cada chico viene dotado de mayores o menores habilidades para el habla, los papitos y las personas que cuidan y/o conviven con el bebé son de gran ayuda para estimularlo a comenzar a hablar; si bien a la fecha un método científico no existe, pero si está comprobado que la imitación y la necesidad hacen que el chico hable; de manera que se trata de estimular adecuada y oportunamente la habilidad del habla, eso si que se le hable claro y correctamente.


La comunicación con los papitos es de suma importancia porque desde la gestación, los chicos tienen una relación estrecha con ellos, una relación de cariño y amor que estimula muchísimo al niño a querer comunicarse con ellos, si los papitos están atentos a dialogar con su hijo, éste prestará más atención facilitando su aprendizaje. Al hablar con los chicos, como con cualquier persona se les debe mirar a la cara (contacto visual) que es importante debido a que aparte de aprender la comunicación verbal, el chico aprende a entender y usar las expresiones, gestos, estados anímicos, etc., puede ser que solo balbucee aún, pero pronto comienza a usar de todo para comunicarse, hasta llegar a las palabras.


Para lograr que un niño logre formar bases sólidas en el habla, se debe
incentivar a hablar bien desde un inicio, con sus primeros balbuceos los cuales deben ser imitados por los papitos para que él sienta que es entendido y también para incentivarlo a seguir haciéndolo; más adelante, cuando pueda vocalizar las palabras ya puede enseñar el significado de las mismas y la forma correcta de pronunciarlas. También se debe hablar con el chico en un tono suave y pausado, amable y tierno, estas características les enseñan a imitar la forma de hablar, además de resultarle placentero este tipo de trato, hay que leerles cuentos utilizando la entonación y gestos acordes al contexto es también de gran ayuda.

El Si y el No, dos monosílabos que le van acompañar toda la vida, estos monosílabos , son expresados gestualmente con la cabeza, con un dedito, también identifican estados de animo, son monosílabos casi inherentes, a un bebé que se le da un jarabe con sabor desagradable, cierra su boca y llega incluso a mover su cabeza que asegura para él, que No quiere, su alegría en ciertas ocasiones, demuestra aceptación que se traduce en un Si; lo que demuestra que el Si y el No están asociados inicialmente a los estados de animo del chico. Entonces en este orden de ideas hay que aprender a reconocer los estados de ánimo desde bebés, y responder de la misma forma, alegre, o algo serio con el rechazo el No, el tono debe ser consecuente y congruente, de esta manera el bebé sabe que se le entiende. Si el bebé está alegre, hay que responder con sonrisas y alegría, y si está triste, hay que responderle compartiendo su tristeza, luego ir consolándolo y animándolo en el transcurso de la conversación.

Para el Si y el No, es vital usar los ejemplo, “Juan Si quiere papilla” y la mamita hace si con la cabeza y lo pronuncia claramente, y en ocasiones se comenta delante del chico y algunos otros familiares, en adelante siempre utilizar el Si con alegría y seguridad, con gestos amables, también preguntar, “Juan quieres papilla” y reforzar con gestos y palabras su respuesta. Actividades con fotografías familiares, libros de dibujos o mejor aún, libros que en vez de dibujos tengan fotos de los objetos, ayudan al bebé a reconocer los objetos, y reafirman el Sí, por ejemplo: “Dónde está el carro”, y cuando el chico señala correctamente se le puede hacer una “fiesta” al Si, y tener siempre presente la entonación y la claridad. Claro que decir Si, es fácil para la naturaleza humana, lo que es difícil es decir No, que definitivamente es un factor, preventivo, de abuso y maltrato.

Cuando los chicos incluso desde bebés el No con mucha frecuencia, puede mostrarse desafiante y radical, el No marca la diferencia en los chicos del bien y el mal, enseñar el No a los chicos es un reto para los papitos, obviamente el aprendizaje esta asociado las etapas evolutivas que determinan el desarrollo motor, cognitivo y emocional de los niños, es decir, de igual modo que van creciendo físicamente lo van haciendo interiormente, lo indica que es hora de aprender a decir No, vale aclarar que cuando ellos saben el poder del No, se apropian de él y quieren utilizarlo para todo, por eso la enseñanza del No esta asociada a la paciencia. 

Esto condiciona claramente las estrategias educativas a la pedagogía de la ternura, es decir las expectativas de los papitos con el Si y el No, deben ser reales al alcance de los chicos, jamás pretender que ellos con una vez tengan claro cuando decir Si o No, cuando se está enseñando el No nunca estímulos como dulces, porque un dulce es el gancho utilizado por los abusadores; en momentos como el baño, se debe hacer énfasis en el No, "Solo la mamita baña tu pene, tu vagina": en esta situación el Si y el No, caben perfectamente el Si, porque hay que enseñar a limpiar sus partes intimas, enseñar el aseo, el No como prevención.

El Si y el No, están asociados con las normas y limites, de manera que al chico el Si, le debe llegar como una responsabilidad, “Si, puedes tocar los cubiertos así”, es explicar el Si desde el cómo, y enfatizar el No, cuando el como sea diferente a lo explicado, muchas veces. Cuando el Si y el No son aprendidos por el chico, ya está listo el plan básico para estimular el cumplimiento de las normas y el respeto de los limites, igual con las sanciones acordadas. 

Los chicos perciben la existencia de reglas, que tienen un claro origen externo, con la utilización clara del Si y el No, en función de unos estímulos externos, que dicho sea de paso no deben existir premios y sanciones para todo, hay acciones que deber ser así, porque así son, y no deben depender, de un helado, o regalo; y el No, debe ir acompañado de una explicación corta, concisa, clara, muy clara; para el entendimiento del Si y el No, los chicos pueden recibir besitos, abrazos, por la acción, está situación de aprendizaje del Si y el No, está también ligada a la seguridad emocional y la confianza en sus papitos, por ejemplo, muchos chicos sin conocer la gravedad del abuso en termino de caricias, jamás le dicen a Papá o mamá, porque se dejan intimidar, tienen miedo, por eso lo importante que el Si y el No se basen en relaciones de confianza, cariño, amabilidad y protección.

Por lo tanto, lo primero que deben hacer los papitos para la enseñanza del Si y el No, es invertir energía, tiempo, claridad y por sobre todo acordar entre ellos cuándo el Si y cuándo el No, porque de lo contrario se crea en el chico confusión; ante todo el cariño, pero hay que incluir la firmeza, los razonamientos que se usen tanto para el Si y el No, deben ser acordes a la edad del chico, a los 4 años suponen los expertos es la edad perfecta para reforzar la utilización adecuada del Si y el No. Los niños necesitan utilizar el Si y el No adecuadamente para crecer felices.
El Si y el No, se aprenden sin gritos, visualmente con el lenguaje corporal de los papitos, con la seguridad y sin ansiedad, con el ejemplo, sin comparaciones odiosas y mucho menos amenazas, por lo tanto nuevamente por enésima vez, hay que elogiar al chico y censurar la conducta, los niños que crecen sin un aprendizaje sólido de la utilización del Si y el No, se sienten confusos, no comprenden normas, son niños inseguros, de alta vulnerabilidad al maltrato y el abuso, por lo tato, papitos y mamitas a decir Si a la educación con amor y a decir No al maltrato.


Con Caricias Calientitas

"Toda la información que les llega a través de los ojos en torno al primer año de vida los va ayudando en gran medida a interpretar lo que los rodea y a interesarse más o menos en función de sus habilidades o preferencias. Según los distintos estímulos y reacciones podremos predecir qué bebes sufrirán retraso en el desarrollo del lenguaje. 

lunes, 5 de agosto de 2013

FIESTAS … PARA LA FELICIDAD

En la primera infancia los papitos  sobre todo el primer año son los que quieren celebrar, pues los chicos aun no poseen el espíritu de tal celebración, pero bueno hay que celebrar, las fiestas de un año, deben ser cortas, con actividades propias de esa edad, para que el homenajeado disfrute la fiesta, porque en la mayoría de los casos, son los que menos disfrutan, entonces hay que lograr que el cumpleañero sea el centro de la fiesta, por ejemplo, los gorritos, a los bebés no les gustan y se vuelve una peleilla para que se dejen tomar las fotos, su vestuario debe permitirle que si el helado se le riega no pase nada, porque los adultos quieren a los bebés de un año mantenerlo impecables con vestuario “acartonado”, bueno rico poner el toque del festejado en las tarjetas de invitación, qué tal la huella? Queda preciosa y marca la diferencia.

La hora debe ajustarse al horario del bebé, para que este despierto y con energía, hay que hablarle de la fiesta, se le puede enseñar a mostrar su dedito cuándo le pregunten cuántos años tiene?. También se le puede enseñar a apagar la velita. Para los dos años el niño debe participar más activamente de los preparativos. Feliz cumpleaños a ti!! Todo es nuevo, abrazos a granel, besos de las tías con colorete, música, todo el mundo quiere que el bebé este radiante y a la orden del día. Una celebración en la primera infancia es como una lluvia de emociones, porque los chicos de 3, 4, 5 y 6 años la pasan súper en sus fiestas.

Ojo que la celebración es para un niño, no para el adulto, por lo tanto el menú debe ser
infantil, por ejemplo un refrigerio Nutri-lúico preparado por ellos, un heladito payaso encima de la torta, unas hamburguesitas marcianas: se tiñe el queso crema de verde (anilinas vegetales), de ojos 2 torrejitas de zanahorias, de boca salsa de tomate, de antenitas pimentones en julianas, de cabellos ricitos de lechuga, y ellos asesorados la van armando y aunque resulte difícil de creer se comen las verduras, y cero platos fríos, es que a veces los atiborran de comida, torta sencilla, caserita, a ellos no les gustan las tortas negras envinadas; jugos naturales y helado es suficiente.

En cada familia la celebración del cumpleaños tiene su particularidades, incluso vienen ajustadas al aspecto cultural e incluso religioso. Cada cumpleaños de un niño es motivo de celebración para la familia. Hoy como los papitos  trabajan, las celebraciones se trasladan a las sala-cunas y jardines en otras ocasiones se contratan lugares especializados, y en algunos casos la nana, o niñera es la que organiza la fiesta, en fin cada familia decide el tipo de celebración, pero bien importante si es tener en cuenta los gustos del menor, por ejemplo los niños de1 a 3 años para qué un mago? No tienen la capacidad de concentración 30 minutos quietos, los bebés un concurso de bebés gateadores, carritos de arrastrar, espacio seguro, música suave infantil, cantos, palmitas, tortitas, mejor dicho dejar volar la imaginación, cajitas musicales, mostrarles laminas alegres y leerles cuentos, de 2 años en adelante títeres cortos, los payasos a gusto del cumplementado, existen chicos que les tienen miedo.

Cuando el niño participa de los preparativos de su fiesta, está estimulando su toma de decisiones, aumentando su capacidad de recibir afecto y manifestar agradecimiento, establece huellas en su memoria, construye razonamientos propios e independientes, adquiere noción de pasado y presente, y ni que decir de la creatividad y la ilusión. La sensación de seguridad se apodera del pequeño pues, ver a sus padres juntos y alegres lo aproxima realmente a la felicidad; sus primeras celebraciones son como las bases de su interacción social, importantísimas para el correcto desarrollo del niño, para que se sostenga y crezca de forma saludable.

Cuando son muy pequeñitos si la fiesta va a ser sorpresa se debe medir el nivel de ansiedad del niño, porque de pronto los sorprendidos son otros, los padres e invitados, puede enojarse mucho porque la situación no es como él la imaginó, ó en lugar de alegrarse, el niño puede asustarse, ya que no entiende lo que está sucediendo. Por eso lo mejor es que el niño participe en los preparativos, en la escogencia de los invitados, el menú, las sorpresas, las actividades; además en esta actividad esta estimulando al 100% sus sentidos, participar en los preparativos, él puede ver, escuchar, manipular, organizar y tocar y de esta manera aprenderá a hacer, dejar hacer, cambiar, modificar o no hacer más; y aquí nuevamente aparecen los beneficios su proceso de maduración está aumentando.

Recalcar nuevamente la importancia de tener en cuenta los hábitos y gustos que el pequeño tiene por algunos juguetes o cosas. En los más grandecitos influye la publicidad consumista… es mas la mayoría de los “conflictos” con los niños en la primera infancia se originan alrededor de los regalos: lo que quiere el niño no es lo que sus padres consideran más bueno o más educativo para él, o los allegados no pueden permitirse el gasto del juguete que quiere el pequeño, en este momento el niño aprende a recibir y a dar; estima que el valor del regalo no es monetario sino el gesto y el cariño con que se lo dan; en este orden de ideas la celebración es ensayo perfecto para fortalecer actitudes. Es conveniente después de la fiesta ver las fotografías en compañía del niño y así se está estimulando la memoria y los recuerdos agradables! Feliz celebración!

Y por supuesto celebrar el día del no cumpleaños como Alicia en el país de las maravillas.


Con Caricias Calientitas