martes, 25 de febrero de 2014

ILUSIONES PARA LA FELICIDAD

Afortunadamente son pocos los papitos que desean que sus hijos cumplan los sueños que ellos vieron frustrados, bailarinas, médicos, ingenieros, químicos, o en otros casos quieren y desean casi imperativamente que sus hijos continúen con la tradición familiar de ser…., en ambos casos se olvidan que los hijos son autónomos y también tendrán sus propios sueños que cumplir. En la primera infancia los niños tienen otros objetivos y sueños como jugar con sus amigos, no se interesa en nada de lo que es el oficio o profesión de sus papitos, y los papitos se olvidan de eso, y continúan diciéndole que tú serás un gran… si bien el ejemplo es el mejor maestro, aquí conviene recalcar que hay que educar y dar ejemplo de lucha para cumplir sus propios sueños.

Entonces se recrean casos en que los niños desde la primera infancia, se les enfoca estrictamente en un tema específico, incluso los papitos llegan a enojarse cuando los pequeños se rebelan; casos como comprarles patines sofisticados antes de nacer porque tiene que ser campeón de patinaje? Por favor, llegado el momento es probable que el niño se rehúse a patinar, y en ocasiones estas situaciones llegan a enfermar al niño, peor aún se siente rechazado por no cumplir la voluntad de los papitos. Son numeroso los ejemplos que vemos sobre este traslado inadecuado de sueños y deseos, las mamitas que no comen verduras y quieren y obligan a sus hijos a comerlas; todas estas actitudes escudadas en la “buena intención” de desear lo mejor para sus hijos, o que no se vean abocados a situaciones como las que les tocó vivir a los papitos. A la postre esto se vuelve una obsesión, que genera en el niño ansiedad, estrés, enojo, inconformidad, peor aún y sin exagerar puede desembocar en un resentimiento del hijo al padre.

Hay que dejar que los hijos tengan sus propios sueños, de tal manera que su vida resulte absolutamente acorde con sus sueños. Si no da justo en el blanco, por lo menos habrá puesto la mira en la dirección correcta. Incluso los oficios o profesiones a que se decidan los hijos pudieran estar distantes de la tradición familiar y de los sueños no cumplidos de los papitos. Obviamente los papitos buscan proteger a sus hijos, pero porque deben renunciar a sus “mejores años” para estudiar cosas que apenas les interesan? ¿Acaso aprovecharán así su tiempo? ¿Por qué enseñarles a dejar de lado sus inclinaciones? Son los audaces, y no los sumisos, quienes llegan más lejos en tiempos difíciles. 

El miedo no conduce a ninguna parte; el entusiasmo puede llevarnos a todos lados. Son esos papitos los que sienten orgullo cuando sus hijos se convierten en “pilotos militares” sin ningún antecedente familiar ni social, ayudarlos a tomar las decisiones correctas es posible, pero sólo si se ha mantenido con ellos una relación de apoyo, y no impositiva desde la primera infancia. A pesar de que si bien son muy chicos, hay que dejarlos y estimularles el desarrollo de sus aptitudes y cultivar su pasión y talento natural por lo que se inclinen. Ese es rol de los educadores para la felicidad, la vida se encarga de confrontarlos con  su realidad en su debido momento, seguramente sus sueños demandarán sacrificios, sufrimientos como el cambio  de “piloto militar” a “Piloto  Comercial”. Sin embargo, hay que dejar que descubran sus límites, intentando algo, esto es mejor a que nunca tomen  riesgos por los miedos de los papitos.

Hoy Caricias Calientitas se inspiró en el “piloto militar” un chico joven que se aferró a su sueño, luchó, y fue apoyado mejor aún es apoyado por su familia  en  su  cambio  a  “Piloto  Comercial”. Respetamos su sueño, lo acompañamos en su sueño hoya  las  puertas  de  otro  sueño  cumplido. Felicidades mi Piloto favorito.

Con Caricias calientitas 


sábado, 15 de febrero de 2014

EXPLORACIONES PARA LA FELICIDAD

La ecografía, también llamada ultrasonido, fue utilizada por primera vez durante la segunda guerra mundial para la detección de submarinos. Años después se descubrió que la misma tecnología podía servir pera observar al feto dentro del útero y estudiar su crecimiento y bienestar, además sirve para confirmar la dulce espera y la ubicación intra o extrauterina, igualmente es una herramienta importante para controlar el desarrollo normal del bebé, estimar su peso y también muestra donde está implantada la placenta. Es un procedimiento ampliamente utilizado en el embarazo normal y es sumamente útil en embarazos complicados por alguna enfermedad. Y hablando de amor, ternura, fe, esperanza, es un contacto con el bebé, ya que se puede ver y escuchar los latidos desde la sexta o séptima semana de gestación. Es emocionante, conmovedor, apasionante, excitante ver al bebé moviéndose en la pantalla, mucho antes de que la mamita sienta sus movimientos realmente. Este método también permite diagnosticar el sexo tempranamente.

Por su puesto descartadas las complicaciones lo que resulta arrollador es saber el sexo del bebé; motivo suficiente para soñar mas exactamente, cuarto, ropa, nombre, y lo mas importante se puede empezar una comunicación mas exacta a través de las caricias, llamarlo por su nombre, cantarle con su nombre, y soñarlo feliz, sano, triunfador. Algunos papitos se preocupan porque hay rumores bajitos sobre los efectos de la ecografía en la formación del bebé; pues a la fecha no se conocen efectos adversa para el bebé o para la mamita, como todo en la vida no se debe abusar y realizarse solo las necesarias? Deberían realizarse tres ecografías durante un embarazo sin complicaciones. La primera entre las 6 y 12 semanas para el diagnóstico de embarazo, la segunda entre las 16 y las 20 semanas para el diagnóstico de malformaciones fetales y la tercera luego de las 32 semanas para controlar el crecimiento fetal.

Desde siempre, el primer momento en que se sabe de la existencia de un aparece
la curiosidad de saber el sexo del bebé, antiguamente no era una tarea fácil, además giraba en torno a muchos, mitos, como la forma de la pancita, si la mamita tenia agrieras o no, hacía pruebas con tenedores y cucharas, los antojos, en cambio hoy es esperar unos días un tiempo prudencial y la ecografía como un hada mágica resuelve la pregunta; también existe un fuerte tendencia en Europa por no saber el sexo del bebé, se ve de todo. El método más efectivo para poder saberlo es acudir al técnico en ecografías entre la semana 16 a la semana 20, es decir antes de cumplir los cinco meses para determinar el sexo.

Esta situación puede variar, ya que el tiempo dependerá si es que el bebé se encuentra tapándose los genitales durante el examen. En algunos casos, es importante saber el sexo del bebé, por ejemplo en los casos en que el bebé está atravesando por riesgos de ciertas enfermedades congénitas.

Caricias Calientitas invita a las mamitas a apostarle a la ecografía emocional, incluso hoy en día ya se habla de la ecografía emocional; diferente, su objetivo es acercar lo máximo posible la imagen del bebé y su vida dentro de la casita de agua en la pancita de la mamita, se trata de fortalecer el lazo afectivo que los une y que debe ir en aumento con el embarazo y tras el parto. La ecografía emocional permite a los demás miembros de la familia conocer al nuevo miembro, su cara, sus gestos, antes de nacer, acrecentando la ilusión de la dulce espera y adelantando el vínculo que los une para siempre, la ecografía emocional le permite a los papitos soñar en colores, experimentar sensaciones extraordinarias, asombrosas, milagrosas, fabulosas, fantásticas, una mágica forma de incidir en el estado emocional de ese nuevo ser, semilla de amor y para la mamita representad, paz, serenidad, bondad, como quien dice la ecografía emocional la lidera la mamita con su actitud! 

Pareciera que un tema como la ecografía nada tiene que ver con la felicidad, pues todo lo que toca a los niños desde su concepción es vital para sembrar la felicidad en su vida, pues todos los detalles médicos, afectivos, logísticos, nutricionales son medios para abonar la felicidad que se merecen nuestros mayores tesoros. Es como soltar muchas palomas blancas y globos de colores, que se eleven al cielo con voces auténticas, claras, llenas de ilusión por tener un bebé para amar y adorar, que el corazón palpite al ritmo de la ternura y la dulzura de ese precioso bebé.

Con Caricias Calientitas

domingo, 9 de febrero de 2014

MATERNIDAD PARA LA FELICIDAD


Hoy con un tema que inquieta a toda madre gestante, ¿Qué está pasando con el bebé, qué se le está formando? Bueno una pasadilla por meses:

PRIMER MES: Los 9 meses del embarazo se calculan desde el primer día de la última regla. El óvulo más o menos se encuentra con el espermatozoide el día catorce, e inmediatamente el ovulo queda fecundado. A los 6 días después del feliz encuentro la fecundación, se convierte en un compuesto de células que se acomoda en el útero. Entonces los 23 cromosomas del óvulo y los 23 cromosomas del espermatozoide se unen, y aquí queda el sexo definido; y la mamita empieza a sentir algunas sensaciones extrañas, nauseas, el olor de algunos alimentos no le gusta, sus senos se vuelven más sensibles. La placenta comienza a formarse, igualmente el embrión y el archí famoso líquido amniótico. Para el bebé esta etapa es crítica, pues está débil, su corazoncito late 65 veces por minuto, por eso la mamita debe alimentarse con sumo cuidado y una dieta balanceada, ya que en esta época es cuando aparecen las malformaciones.

SEGUNDO MES: En este momento empieza la formación de la medula espinal y el cerebro y sus células crecen rápidamente, cerebro que continúa desarrollándose hasta los 18 meses de vida. Aparecen la orejitas, la mamita ya no tiene menstruación y sus senos se aumentan un poquito, y en ocasiones se sienten medio adoloridos. La cabecita y el tronco empiezan su periodo de formación, se pueden ver los que serán piernas y bracitos, también la boquita toma forma y se entran las raíces de los dientes. El bebé es como un frijolito mágico; la mamita, le da sueño, ganas de hacer chichí con más frecuencia, la mamita está feliz porque espera un bebé, fruto del amor. El corazón del bebé se resguarda en el tronco y al finalizar este mes sus bracitos y piernas son más evidentes el bebé mide más o menos un centímetro de largo. Igualmente sus ojitos se comienzan a pincelar como el borde de orejitas también, los hoyuelos de su naricita, y entra al tercer mes con 2,5 centímetros y mamita con su felicidad supera cualquier trastorno, obviamente con la amorosa compañía del papá. 

TERCER MES: Ya tiene nombre se llama feto, y llega aquí la dulce sensación para la mamita y los que esperan al bebé, ya se mueve suavemente, aunque algunas mamitas no perciben el movimiento por suave, las rodillas ya comienzan a formarse, y los órganos principales, como los pulmones, los riñones y el hígado, hacen su aparición triunfal; los huesitos comienzan a tener forma; mientras la mamita empieza a engordar o más bien a sentirse gorda, algunas ya utilizan ropa de maternidad aunque pudiera no hacer falta, pero es esa gana de gritarle al mundo ¡estoy embarazada!. La placenta comienza muy juiciosa hacer la tarea, el bebé se vuelve cabezón, pues el tamaño de la cabecita es la mitad de su tamaño total, los riñones también hacen su tarea y el bebé ya hace chichí, ese chichí se va al líquido amniótico que rodea al bebé y que a su vez lo protege de los golpes que pueden causar choques y caídas. La mamita se compra brasier más grande, Y claro su cabeza reclama al cuello y este viene pausadamente a instalarse, tiene parpados el bebé pero cerrados; ahora ya no parece un frijolito, ahora parece un huevo por su tamaño, pesa 15 gramos; y entra al cuarto mes con los ojitos bien separados y la cabecita se redondea poco a poco, las orejas quedan instaladas a ambos lados de la cabeza, ya parece más un bebé que un feto y la mamita se le abre el apetito, siente el crecimiento en su útero, y la emoción la lleva a tejer, bordar, pintar el ajuar de su bebé.

CUARTO MES: Pues inicia la segunda fase de la dulce espera, es una etapa agradable, la mamita empieza a redondearse, es el momento de tejer sueños en compañía, en pareja, ya el bebé es bebé, solo que en miniatura, ya se sabe el sexo, motivo de doble inspiración para los sueños y la construcción de su mundo, su bienvenida.  Hora de comprar cepillo, pues el bebé tiene pelo en la cabecita y en las cejas, los latidos del corazón se escuchan con un monitor especializado. El feto bebe líquido amniótico y ya lo orina. Comienza su fase de cantante, las cuerdas vocales se forman, y se ata al abdomen con su cordón umbilical; la mamita tiene una toronja pues a esa fruta se asemeja el tamaño del útero, la mamita debe consumir alimentos ricos en hierro y ácido fólico. El bebé crece ya mide más o menos 15 centímetros de largo y pesa 120 gramos, es tan pequeñito que podría caber en una taza de café, la succión como reflejo aparece aunque débil; la mamita mientras tanto se acalora, y siente la necesidad de descansar sus piernas, además siente sed con frecuencia. Para entrar al quinto mes el bebé está cubierto de pelo fino llamado “lanugo”, sus uñitas aparecen como una fantasía.

QUINTO MES El bebé sigue creciendo, sus características comienzan a definirse, ya tiene huellas digitales, y el útero se acerca al nivel del ombligo. Y algo increíble sucede, el bebé comienza a chupar dedo, el pulgar es su preferido, y bebe líquido amniótico, lo cual es normal. Ya alcanza los 20 centímetros y pesa alrededor de 300 gramos. La mamita experimenta secreciones vaginales normales, pero anormal es si presenta picazón o éstas tengan un fuerte y desagradable olor. Aparece el vernix una sustancia sebácea que protege al bebé del líquido. En este mes la mamá si siente los movimientos de su bebé, y el papito también colocando la mano en el vientre de la madre, es como una sensación de mariposas o burbujas en el estómago. Se aproxima el sexto mes el bebé se entona con23-25 centímetros como quien dice, la mitad del tamaño que tendrá al nacer. A la mamita el ombligo se sale un poco, los senos los tiene pesados, pero feliz con su apariencia de embarazada.

SEXTO MES. El bebé se mueve como pez en el agua, la mamita puede presentar agrieras o acidez, sobre todo en la noche, antes de acostarse. Una posible solución consiste en comer poco y con mayor frecuencia. La mamita embarazada debe aumentar por lo menos medio kilo por semana de ahora en adelante. El feto también duerme y alterna sus periodos con actividad, para este momento el bebé es influenciable por factores externos, música, que la mamita se baña, en fin es un bebé bien avispado. Es importante que la mamita cuide sus dientes y su peso como quien dice acuda a su médico porque en esta etapa la mamá gana mayor peso que en los meses anteriores. El bebé cierra sus manitos, mide 33 centímetros y pesa aproximadamente 750 gramos.

SÉPTIMO MES: La tercera fase del embarazo se cuenta a partir de este mes, el
bebé tiene patrones establecidos de sueño y actividad, increíble parece pero el bebé es capaz de diferenciar entre la luz y la oscuridad por la pared abdominal. El bebé ha alcanzado dos tercios del tamaño que tendrá al nacer, otra actividad sorprendente del bebé, puede diferenciar entre sabores dulces o ácidos. Da pataditas con su “gran fuerza”, puede sonreír y bostezar, pesa aproximadamente 1.8 kilogramos. La mamita siente que se le acaba el aire al subir escaleras, se despierta varias veces en la noche para ir al baño. Comienza a sentir más calor. Los huesos del bebé se vuelven más duros, proceso que continuará durante 16 años más, ya responde al dolor, la mamita sentirá calambres fuertes, para este momento la mamita debe iniciar su curso prenatal, la piel del bebé se hace más resistente, el meconio se empieza a formar en los intestinos y se evacuará en los primeros días de vida extrauterina, la mamita otra vez muy atenta con una nutrición balanceada y adecuada.

OCTAVO MES: El bebé abre sus ojitos, pone a funcionar los parpados, diferencia olores, el bebé está feliz en este mundo materno. La mamita no debe estar de pie por largos periodos, pues la aparición de várices en las piernas no se haría esperar; de la madre, al bebé le puede dar hipo al bebé; y la mamita lo percibe como espasmos rítmicos en el abdomen, también aparece el calostro, es posible que sus tobillos se hinchen, los huesos pélvicos, e incluso la espalda, podrían dolerle, la mamita en definitiva debe mantener siempre una buena postura. El bebé, tiene su canal digestivo y sus pulmones casi listos. La piel ya no está tan arrugada y roja. El bebé comienza a preparar para su vida extrauterina almacenando hierro en su hígado, también percibe el sol cuando su mamá está asoleándose. Mide unos 40 centímetros de largo y pesa 2.5 kilogramos. El cerebro crece notablemente. Toma postura para el parto y la mamita aumenta su dosis de felicidad porque ya casi nace su gran amor!

NOVENO MES: El bebé está terminando de desarrollar sus pulmones. Mide 45 centímetros y pesa 2.7 kilogramos. La mamita, puede sentir cambios, repentinos en su nivel de energía. El bebé podría nacer en este mes antes de las 40 semanas y no se consideraría prematuro, el líquido amniótico ha aumentado de una sola gota a un litro, ahora empieza a disminuir por falta de espacio. El bebé crece a ritmo acelerado, aumentando 15 gramos por día. Mide entre 50 y 52 centímetros y pesa de 3.2 a 3.6 kilogramos. La mamita debe practicar respiraciones de relajación y que vaya teniendo lista la maleta de la felicidad, que incluya la primera muda del bebé, y la ropa para la feliz mamá, el momento del parto se acerca y se debe estar preparado. 

Y ¡Bienvenido Bebé Feliz!

Con Caricias Calientitas

miércoles, 5 de febrero de 2014

INTELIGENCIAS PARA LA FELICIDAD

Educar, sentimientos e Inteligencia emocional de alguna manera resulta curioso, la pregunta es, ¿qué nos hace felices?, es la forma en la que se perciben las situaciones de cualquier índole. Pensar en un chico, en un hijo, uno cualquiera, al que normalmente todo lo que desea y quiere lo tiene rápidamente, pues los papitos están a su merced, pues hay que decirlo le costará mucho llegar a ser feliz, pues nunca tiene oportunidad de luchar y menos de solucionar problemas. Y bueno volviendo al tema, será que se puede educar para la felicidad desde la inteligencia emocional?. Claro que se puede es un deber, los papitos están obligados, comprometidos a que sus hijos crezcan con un equilibrio emocional.

Por eso está muy bien este concepto inventado no hace mucho: “inteligencia emocional”. Porque para potencializar sanos sentimientos, felicidad es necesario desarrollar habilidades y destrezas para la vida, y ojo hay que empezar por la vida propia porque es imposible dar de lo que no se tiene. Es mejor educar para la felicidad que forjar grandes profesionales sin sentimientos de bondad, compasión, respeto. Un error muy común es pensar que estos asuntos son tan importantes y graves, y el hijo tan pequeño e inexperto, que no hay nada que se pueda hacer. Y los papitos se dicen, después llegará el momento, pues tengo para decirles que la inteligencia emocional se estimula desde la gestación de manera que ánimo y a recuperar el tiempo perdido, ya que es un proceso de madurez, y ahí siempre hay cosas que se pueden hacer para mejorarlo, cosas que, o las hacemos nosotros, o no las hará nadie. La escuela está para cultivar la inteligencia de conocimientos y las normas de educación. Pero no hay asignatura ni profesor con el suficiente tiempo y empatía como para ver a cada alumno, individualmente, y enseñarle a orientar sus sentimientos. O lo hacen los papitos, o los chicos tendrán que crecer en este aspecto como buenamente puedan. Madurar sentimentalmente significa tener capacidad para entender a los demás, darle a los problemas la importancia que tienen (ni más ni menos), no hacer una montaña de defectos personales, y mucho menos, de los demás, … en una palabra: se trata de orientar la atención de una forma sana.

Los niños, en esto, son un torbellino de sorpresas. El mundo, tanto el de fuera
como el interno, es nuevo, hay que descubrirlo, y para ello, pueden quedarse mirando la cosa más pequeña durante horas, ya sea una hormiga roja transportando una miga de pan, o un sentimiento de rencor por un compañero que le acaba de quitar la pelota, por ejemplo, le quitaron su juguete preferido, y que eso sí le lleva a sentir un cierto rencor y si nadie lo orienta se queda en ese sentimiento, que además desencadena la fea y horrorosa envidia… Los pequeños en su cabecita van almacenando ciertos comportamientos y conclusiones desequilibradas que le llevarán a tener una mala relación con sus sentimientos. Por eso los papitos tienen que estar ahí, observarle y escucharle atentamente para advertir si están echando en él raíces esos hábitos que, una vez crecidos, lo van a llevar a la empatía, la humildad y la paciencia, o, en cambio, empieza a repetir respuestas que no le hacen ningún bien.
Para potencializar la inteligencia emocional los papitos pueden hacerse varias preguntas: -¿Qué cosas hace el niño cuando se enoja? Estos berrinches, ¿son frecuentes o no? -Si el niño no tiene algo que desea, ¿cómo reacciona? ¿Se pone impaciente, o cada vez acepta mejor que no puede tenerlo todo? -Cuando tiene un problema, ¿se calla, viene inmediatamente a contarlo, o se calla y cambia su forma de actuar?. A todo esto, el pequeño, ¿tiene épocas en las que está más callado? ¿Qué tipo de preocupaciones le llevan a ello? - Le han visto jugar con otros niños de su edad. ¿Qué pasa cuando hay una discusión? ¿Cómo se porta? ¿Es el que más levanta la voz? Hay que tener presente que la clave de todo este proceso es siempre observar al niño, estar lo suficientemente cerca de él como para redirigirle cuando tiene un pensamiento equivocado. Para hacerlo, hay que estar a su lado y verle con sinceridad y honestidad, sin ignorar sus fallos, sin creer ni que “la culpa es de los demás” ni que “es que siempre te pasan a ti las cosas”. El equilibrio emocional no se enseña: se transmite, tenía que salir el ejemplo que es el mejor maestro. Por lo que, el primer paso, está en los papitos, en saber dirigir a una forma de actuar y sentir equilibrada. Ojo tampoco excederse en estar a su lado cual policía, supervisor... se trata de dar respuestas oportunas a las preguntas planteadas más arriba. Y es que, para cuidar bien a un niño, primero hay que cuidarse bien uno mismo. ¡Ánimo!

Los niños pequeños se entregan totalmente a su entorno físico; absorben el mundo sobre todo a través de sus sentidos y responden con el modo más activo de aprendizaje y conocimiento: la imitación. La imitación es la capacidad de identificarse con el entorno a través de la voluntad activa: la acción y el hacer. Todo, amor, alegría, odio, inteligencia, por eso el tono de voz, el contacto físico, los gestos corporales, la luz, la oscuridad, el color, la armonía, y la desarmonía, son influencias absorbidas por el organismo físico, todavía muy maleable, y afectan al cuerpo y la inteligencia emocional para toda la vida. Los educadores para la felicidad, docentes, jardineras, abuelitas, tías, madrinas, en fin todos los adultos que comparten con el niño desde su nacimiento tienen la responsabilidad de crear un entorno que sea digno de esta imitación incondicional del niño. El entorno debe ofrecer al niño amplias oportunidades para la imitación plena de sentido y para el juego creativo. Esto apoya al niño en la actividad central de estos primeros años: el desarrollo de su organismo físico. Desviar las energías del niño de esta tarea fundamental para atender exigencias intelectuales prematuras le roba al niño la salud y vitalidad para su vida posterior. En últimas, debilita las mismas capacidades de juicio e inteligencia práctica que el maestro quiere fomentar.

En el jardín, los niños juegan a cocinar; se disfrazan y se vuelven madres y padres, reyes y reinas; cantan, pintan y dibujan, juegan a imitar los oficios de los adultos; a través de canciones y poemas aprenden a disfrutar el idioma; aprenden a jugar juntos, escuchan historias, ven obras de títeres, hacen pan, preparan sopa y ensaladas de frutas, modelan con plastilina y construyen casas a partir de telas y cajas. Involucrarse en forma total en este tipo de trabajos es la mejor preparación del niño para la vida. Desarrolla las capacidades de concentración, el interés, y el amor por aprender. La inteligencia es la capacidad para resolver problemas nuevos, para Piaget, científico del desarrollo infantil, es la capacidad de adaptarse al medio. El desarrollo de la inteligencia comprende una serie de estadios y cada uno supone un avance respecto del anterior: Al nacer, el niño cuenta con sentidos y reflejos que hace uso de manera automática, no voluntaria y son los principales elementos que utilizará para adaptarse a su ambiente. Posteriormente gracias al uso de sus sentidos, es capaz de atender a un objeto, sus acciones pasan de ser simples reflejos a acciones voluntarias orientadas por los estímulos externos. Finalizando el primer año de vida, se convierte en un pequeño explorador, ahora buscará nuevas estrategias o medios para magnificar su espíritu investigativo, o resolver un problema. Así por ejemplo, para conseguir su juguete será capaz de utilizar algún instrumento para atraerlo o jalar la tela sobre la que
está colocado y cogerlo. Esta inteligencia práctica, parte de la etapa sensorio-motora, llega a su máxima evolución entre los 18 y 24 meses. A los 2 años, dice Piaget, el pensamiento simbólico es la clave para la inteligencia verdadera. Permite que los niños formen sus propias ideas y usen su imaginación. Antes necesitaban tener un objeto concreto como una pelota frente a ellos para demostrar que querían jugar, pero ahora pueden imaginarla y usar un símbolo como la palabra “pelota” para describir lo que quieren hacer. Entre los 3 y 6 años su pensamiento está cada vez más desarrollado en relación con el desarrollo de su lenguaje, se encuentra atravesando el periodo pre-operatorio, ahora puede asociar imágenes, objetos, acciones y palabras. Se interesa por aspectos de la vida cotidiana, sus juegos principales son hablar por teléfono, peinarse, jugar a la comida. Comienza además a clasificar y seriar objetos según su forma y color, establecer categorías y de esta forma sentar las bases para el aprendizaje de conceptos matemáticos.

La inteligencia emocional supera de manera desbordada el conocimiento académico, pues sin ella el niño estará en el lugar equivocado siempre. La inteligencia emocional se estimula con sentimientos o ejemplos de actitudes amables, tiernas, dulces, justas, alegres, sin descartar obstáculos que serán superados en ocasiones con ayuda de los papitos pero en lo posible en la medida proporcional a la edad hay que dejarlos que intenten sus propios métodos, siempre y cuando no sean agresivos, ni representes niveles de frustración. La inteligencia emocional se alimenta con un lenguaje amoroso y positivo, las preguntas absurdas estimulan la creatividad que es un detonante fantástico para la inteligencia emocional.

Con Caricias Calientitas