jueves, 27 de octubre de 2011

HALLOWEEN PARA LA FELICIDAD


Desde los más tiernos bebés, hasta los abuelitos hacen parte de esta fiesta, todos pueden participar de la celebración, y de una fiesta de disfraces; y para disfrazar los chicos, se deben elegir personajes, tiernos, buenos, alegres, positivos, pueden ser animalitos, incluso figuras re conocidas.

Para los más grandecitos personajes de series de TV, películas siempre infantiles, cuentos, las princesas, el gato con botas, de cine e inclusive animalitos. Existen personajes clásicos como los de plaza sésamo, el osito pooh, campanita; un caracol y una mariquita para gateadores, o angelitos y bueno muchos quieren disfrazarse, los que ya hablan quieren su personaje favorito, a los mas pequeños las mamás deciden por ellos a su gusto, aunque lo mejor de cada disfraz es que conserve la identidad infantil.

Se trata de proporcionarles un rato feliz, pues entonces el disfraz no debe incomodar para nada al niño, se debe sentir a gusto con él, el material acorde al clima, los zapatos muy importante de su talla, hay que prevenir accidentes, los súper héroes casi no van, aunque les encante, pero sucede y nuevamente sale a relucir la imitación… entonces los pequeños aun no son hombres araña, ni de acero como superman y mucho menos pueden volar.

Los disfraces los hay también de brujas, ogros, muerte, disfraces que pueden producir muchos temores, si al pequeño no se le ha explicado, no solo él que lleva el disfraz, sino los otros chicos, estos personajes, deben llevar una chispa de amabilidad y buen humor, de lo contrario es como darles alas para que incursionen en la maldad.

Hay que disfrazarlos con la imaginación en acción, involucrar al pequeño en la temática, si aun no tiene esa capacidad es porque no está listo para disfrazarse, mucho menos para empalagarse de dulces; pilas con las mascaras los acaloran no permiten ver bien a los niños.. es mejor usar maquillaje especial, jamás vinilos, los maquillajes deben ser sencillos, teniendo presente la imitación que le encanta a los niños, incluso a muchos no les gusta ni disfrazarse y mucho menos maquillarse; esto es como el refrán: “hijo ponte el saco que tu mamá tiene frío”; se podría concluir que el disfraz debe ser concertado. Lo importante es que nunca se les maquille su inocencia, la espontaneidad y la ternura, es más, los niños con un toque exterior están listos para pedir dulces, total ellos llevan puesto siempre el vestido de la alegría, adornado con mil fantasías, sueños y deseos, igual todo es color brillante, todo es paz, amor y felicidad.

De pronto los adultos de súper héroes quedan regios, repartiendo dulce en los pabellones infantiles de los hospitales, en los orfanatos, para eso hay que dejar al alma sin disfraz, hay que hacer gala de su principal vestido la generosidad!

En últimas todos los seres humanos llevan un gran disfraz por la vida, sin embargo el mejor disfraz para hoy y siempre es el de la felicidad el disfraz de niño, dejar ser al niño que todos llevan dentro.

Con Caricias Calientitas



domingo, 23 de octubre de 2011

ABUELAS PARA LA FELICIDAD


Las abuelitas son sinónimo de dulzura, sabiduría, ternura, paciencia, complicidad, caricias, delicias culinarias, pero cuando ellas son las encargadas de cuidar a los niños, tarea, que jamás se le debe delegar como una responsabilidad de carácter obligatorio, pues un hijo es responsabilidad de los papitos. Las abuelitas según los papitos no tienen nada más que hacer que estar cuidando los nietos, pues aquí cabe recalcar que las abuelitas ya no tienen la suficiente energía para correr, saltar, en ocasiones las abuelitas tienen sobre peso y esto las impide para desplazarse con el niño en brazos, entonces aparece la inseguridad, una caída puede ser fatal para los dos.

En otros casos y hay que decirle, aunque resulta triste son las abuelitas, “algo entrometidas” las que se hacen cargo de los nietos, asumiendo responsabilidades que no les tocan, abuelitas que se convierte en planeadoras y organizadoras de la vida de sus nietos, y por su puesto de las de sus papitos, porque les parece que los papitos no saben hacer las cosas bien!!

Todos los niños deberían tener una abuelita, porque ellas son las únicas que parecen tener tiempo para los niños; pero para los chicos, cuando pasan más tiempo con sus abuelitas, vienen las confusiones por la ausencia de los papitos, especialmente por las largas jornadas laborales, y entonces muchos niños le dicen mamá a la abuelita, y sobre todo las normas llegan a enredarlos totalmente, porque generalmente las abuelitas son absolutamente permisivas, no todas, pero la gran mayoría. Es ventajoso que ellas, las abuelitas, sean las supervisoras de las cuidadoras, pues es alguien de confianza, y hay que decirlo, no los maltratan, sin embargo, deben establecerse límites; los psicólogos afirman que, por la experiencia y la autoridad se sienten con la potestad de participar en la crianza de los nietos. Las normas deben ser uniformes con respecto al hogar del pequeño, es también aconsejable que los papitos pasen tiempo con sus hijos, para no delegar demasiadas funciones y decisiones en ella; una manera de lograrlo es estar pendiente a lo largo del día, es clave llamarlos varias veces desde la oficina y compartir tiempo a la llegada a casa.

Otro consejo para los papitos es ser considerados con la abuelita, y este consejo va para las abuelitas que en ocasiones sub-estiman las capacidades de los papitos, y se buscan disculpas, para ser ellas quienes se hagan cargo de todo, volvemos a la autosuficiencia que tienen algunas abuelitas; esta situación desencadena, problemas de pareja, incluso no es sana porque la pareja sin querer se “recuesta” en la comodidad de dejar sus hijos donde la abuelita, algunas mamitas llegar a sufrir bajas de auto-estima por su “incapacidad” para cuidar a sus hijitos, condiciones que provocan las abuelitas. También hay que procurar respetuosamente que las abuelitas no intervengan, cuando los papitos llamen la atención a sus hijos, porque esto desautoriza, y además dejar siempre que sean los papitos los que resuelvan situaciones incomodas; obviamente la abuelita, posteriormente a solas pueden opinar, pro jamás delante de los niños.

Hoy en día se conoce a través del libro: Síndrome de la abuela esclava, que a las abuelitas se les recargan tantas obligaciones, impropias para su edad, que terminan fatigadas y enfermas, con problemas físicos como mareos, decaimiento, dificultad para respirar, cansancio o caídas frecuentes, entre otros. Aunque su ayuda es fundamental, también debe tenérseles consideración, pues ya no está en sus manos el papel de la crianza. Las abuelitas no deben tomar grandes decisiones, ni encargarse de aspectos de la crianza que les corresponde a los papitos. Es posible que la abuelita no se queje y cuide de los nietos con diligencia, pero aparecerán manifestaciones físicas y emocionales que reflejen su cansancio. Es difícil diagnosticarlo, precisamente porque ellas quieren participar de las actividades con sus nietos. Lo ideal es buscar un equilibrio entre las responsabilidades y sus capacidades.

Abuelitas hay de todo tipo, desde las que consultan todo, todo, todo, antes de hacer (y entonces te llaman al trabajo unas 42 veces en la mañana para ver si le ponen la camiseta blanca o la celeste) hasta las que están absolutamente convencidas de que su verdad es la verdad. Lamentablemente, en muchos casos, esa verdad, era absolutamente válida hace 30 años atrás, pero no hoy día, o no para los papitos. Hay abuelitas que son muy valerosas en la vida de sus nietos, y como por lo general son bastante consentidoras y se toman el rol de salvadoras únicas cuando los papitos no complacen todos los antojos del pequeño, aparece un error frecuente que finalmente les quita autoridad a los papitos, y torna a los niños engreídos, caprichosos e intolerantes, actitudes que distan años luz de la felicidad. Debe quedar claro y establecido que la crianza de los hijos les compete exclusivamente a los papitos; si éstos por ocupaciones laborales no pueden dedicar el tiempo necesario a educar a sus hijos, entonces las abuelitas pueden cubrir esa ausencia temporalmente, concertando con los papitos sobre los modos, estilos y obligaciones que toda crianza demanda y nunca ejecutar lo contrario a lo establecido.

Los niños deben ir creciendo y conociendo a sus papitos en todos los aspectos de la vida, deben sentir su amor, sentirse disfrutados, jugar, cantar, con sus papitos, así se les está permitiendo y fortaleciendo desarrollar con firmeza su auto concepto, se fortalecen con el amor y se brinda así su sentido de pertenencia al grupo primario de apoyo que lo acoge con firmeza y afecto. Las abuelitas pueden colaborar y ayudar con su experiencia a los papitos trabajadores y novatos, pero con límites.

Y aquí cuando la abuelita es la paterna, en ocasiones se crean relaciones difíciles entre la suegra y la nuera, es en estas circunstancias donde pueden surgir los conflictos; sobre todo si viven en casa de la abuela y ésta adopta el rol de la perseguidora con la esposa del hijo, critica su rol de ama de casa, porque "no lo atiende como debería, como yo lo atendía", y luego cuando nace el nieto, ingresan a cuestionar su rol de madre, apoyándose en que ellas han sido madres mucho antes y que saben las reglas de juego de la crianza infantil. Hay algunas abuelas que incluso recurren a métodos no honestos, como el decirle al niño que ella es la buena porque lo consiente y le da sus gustos y que la madre lo castiga (corrige) porque no tiene paciencia, de ese modo la abuelita gana el rol de la buena y la mamita el de la mala, en ese estado de cosas la guerra se declara, muchas incluso consiguen crear crisis entre los papitos del niño, en estos casos mejor optar por una niñera, una guardería y la abuelita en espacios familiares. Esta situación también se da a la inversa, cuando es la mamá de ella, que pena decirlo, pero muchas abuelitas se “creen” dueñas de sus vidas, opina, controlan, planean y esto para nada es sano!

Sucede también que hay abuelitas que quieren compensar con sus nietos, las fallas cometidas con sus hijos cuando eran chicos, y ejecutan toda una serie de permisiones a los nietos, los sobrecargan ante sus demandas, no permiten que los corrijan y nunca les niegan nada; así los papitos van pasando a un segundo lugar, sobretodo porque los niños pequeños se guían más por el principio del placer; pero se les debe ir preparando para su ingreso al principio de la realidad y hay que recordar que en la vida real no siempre se puede obtener lo que se desea, de esa manera a los niños, complacidos en todo, no los entrenan para afrontar las frustraciones que muchas veces depara la vida, y al no estar preparados, van a sufrir y se van a decepcionar más adelante.

Los papitos, que no cedan sus espacios, que aclaren y dejen pautas definidas y también que disfruten a sus hijos, y las abuelitas, que consientan, mimen, cuenten cuentos empitucados, canten nanas, acaricien, pero guardando las distancias en cuanto a crianza se refiere.

Con Caricias Calientitas.



domingo, 9 de octubre de 2011

CUENTOS PARA LA FELICIDAD


La lectura tiene un impacto tan grande en la vida de los niños que ahora los especialistas recomiendan a los papitos que empiecen a leerles a sus hijos a las pocas horas de nacer. Si los papitos leen a sus pequeños bebés, esto forma dentro del niño una temprana tendencia a la lectura cuando sean más grandes.

Lamentablemente en la actualidad contarles cuentos a los pequeños es un hábito que ha quedado en el pasado, y no es la prioridad. Los papitos ya no cuentan cuentos a sus hijos, cada vez tienen menos tiempo para estar con ellos, la televisión y los videojuegos los tiene atrapados, son sus fieles compañeros, esto es realmente triste, la televisión es la que mas “educa”.

Por eso Caricias Calientitas quiere dar a conocer los beneficios y ventajas de leer cuentos desde bebés; es importante empezar a leer a los bebés lo antes posible creando una rutina, y ya sabemos que la rutina es la que crea habito; quizás al principio se interesan solo a morder los libros o chuparlos. Luego querrá ver los dibujos y más adelante pasar las páginas pero después pedirán que les lean cuentos.

Cuando hay una lectura, entre el bebé y sus papitos se produce una comunicación muy rica, a veces les produce risa, otras se emocionan, otros consiguen conciliar mejor el sueño y otros se quedan embobados viendo las expresiones gestuales de sus papitos. Los primeros cuentos se tienen que contar con mucho afecto y ternura, porque durante toda su vida, asociará la lectura con esos primeros momentos, por eso es importante escoger bien los cuentos más apropiados según su edad.

Algunos consejillos para leer cuentos a los bebés: Leer en voz alta, sosteniendo el bebé en las piernas, y se le deja jugar con el libro, tocarlo en fin; seguramente el bebé aun no entienda el cuento, pero le encanta oír el sonido de la voz y el ritmo de la narración. Leer con efectos divertidos en la voz, usar el rostro, el cuerpo y la voz para hacer divertida la lectura. El cuento debe ser breve, porque los niños muy pequeños tienen lapsos de atención muy cortos y para ellos atender 5 o 10 minutos es suficiente, de tal manera que si se ve al bebé cansado o no muestra interés, lo mejor es dejar la lectura para más tarde. A los 4 meses, el bebé tiene movilidad limitada, así que tiene pocas opciones excepto las de escuchar y observar. A los 8 meses, los bebés pueden enfocar su vista en los dibujos y empiezan a desarrollar la coordinación de sus ojos con las manos, este es un buen momento para introducirlos en los cuento señalándoles las imágenes, y al final del primer año, seguro logra señalarlas por sí mismo.

Interactuar con el cuento y el hijo, cuando sea más grandecito se le pide que traiga el cuento, que señale imágenes, que busque cosas sencillas como dibujos…las flores azules, el osito. Es importante seguir la pauta del niño, si agarra el cuento y trata de explorarlo por sí mismo, permitírselo es lo ideal, jugar con su libro es el primer paso anterior de la lectura, como dejarlo ensayar con sus cubiertos durante la comida para que aprenda a comer solo. Se debe leer lo mismo una y otra vez, porque a los chicos les encanta escuchar sus cuentos favoritos una y otra vez, por eso no se debe dudar en leerle el mismo cuento varias veces, ¡por enésima vez! Esto es muy saludable y provechoso para él.

¿Qué libros escoger? Los primeros que sean Duraderos: Obviamente el bebé no va a tener ningún cuidado al tratarlos, así que mejor libros y cuentos con las cubiertas resistentes, sin partes que se desprendan o se desgarren con facilidad. Para explorar: Con superficies brillantes, con pelo, con distintas texturas o elementos que se muevan son los ideales, así como los que tienen botones que emiten ruidos de animales o melodías, a los bebés les encantan. Por su puesto con ilustraciones de cosas reales: sus ojos y su cerebro se fijarán en los dibujos de las cosas cotidianas que él reconoce, las imágenes no han de ser muy realistas, basta con que pueda identificarlas con su entorno. Sin mucho argumento, porque los bebés no necesitan ningún argumento, además aun no lo pueden seguir, lo que significa que cuando se le esté leyendo un cuento pueden saltarse textos enteros si, se ve que no es emocionante para el bebé. A partir de los 3 años la mayoría ya están preparados para escuchar cuentos con más texto.

El leer un cuento al bebé todas las noches es más que una simple actividad para arrullarlos, puede beneficiarle de manera valiosa tanto para él como para los papitos, se les está estimulando el lenguaje y la imaginación, también los hace mas reflexivos, ya que en los cuentos siempre hay un mensaje; los cuentos también los ayuda a disuadir sus miedos, porque se les puede identificar con las emociones de los protagonistas y el conocer el desenlace, supone tener argumentos para afrontar sus propios miedos.

El cuento es una de las bases para el desarrollo intelectual del niño, al contarle una historia se puede lograr que entienda las cosas con más rapidez, que su cerebro trabaje con más certeza, porque está estimulándose su memoria y sus ganas de expresarse, además amplía su sensibilidad y el sentido de la percepción y algo supremamente importante, se siente feliz porque sus papitos están con él, dedicando un tiempo para mimarlo.

Esta actividad de leer cuentos, fomenta la lectura y el amor a los libros, aprende más palabras, su vocabulario es más amplio; los niños que sus papitos les leen cuentos, saben escuchar y prestar atención, elementos esenciales para un buen aprendizaje para la escuela. Los papitos que leen cuentos ganan su confianza para que les cuenten sus cosas cotidianas, pudiéndoles orientar y ayudar. Tanto pueden y aprenden los chicos sobre historia, la vida humana y animal, letras, colores, palabras en otro idioma, sin que resulte aburrido.

Por ningún motivo que los libros sean una recompensa, por ejemplo nunca decirles que si se termina la comida se le leerá un cuento, porque cuando la lectura está asociada con premio o castigo, no es una experiencia positiva. El cuento en la educación es un vehículo excelente para despertar la mentalidad, impartir instrucción moral, el interés por la ciencia, la historia, la geografía, los estudios de la naturaleza... también un precioso material para estimular la sensibilidad artística y literaria y avivar el sentido crítico, sin olvidar que el libro infantil surgió siglos atrás como instrumento destinado a la enseñanza. El niño, al percibir a través de las imágenes del cuento, este conjunto de dibujos, de símbolos— y asimilarlos, establece una relación definitiva, a través de esta percepción, el niño asimila el universo de los símbolos integrados en un texto que está formado por más signos, en una estructura específica y que el lenguaje manifiesta y transmite, de manera que por el lenguaje-imagen, el niño asimila la cultura, la perpetua o la transforma. Las imágenes reproducen el mundo en la medida en que lo evocan, representan, también por medio del discurso, un suceso y la experiencia que el lector hace de este suceso, de manera que para el lector la imagen-discurso representa una recreación de lo mismo.

La imaginación o la fantasía es una actividad necesaria que significa para el niño la asimilación del mundo mediante los mecanismos de la repetición, del juego, de las imágenes... Es bueno recordar, sin embargo, que estos cuentos no fueron escritos para niños y solo se destinaron a ellos tras una labor de adaptación.

De manera papitos que a leerles cuentos a sus hijos, es una forma eficiente y eficaz de educar para la felicidad!

Con Caricias Calientitas