Las abuelitas son sinónimo de dulzura, sabiduría, ternura, paciencia, complicidad, caricias, delicias culinarias, pero cuando ellas son las encargadas de cuidar a los niños, tarea, que jamás se le debe delegar como una responsabilidad de carácter obligatorio, pues un hijo es responsabilidad de los papitos. Las abuelitas según los papitos no tienen nada más que hacer que estar cuidando los nietos, pues aquí cabe recalcar que las abuelitas ya no tienen la suficiente energía para correr, saltar, en ocasiones las abuelitas tienen sobre peso y esto las impide para desplazarse con el niño en brazos, entonces aparece la inseguridad, una caída puede ser fatal para los dos.
En otros casos y hay que decirle, aunque resulta triste son las abuelitas, “algo entrometidas” las que se hacen cargo de los nietos, asumiendo responsabilidades que no les tocan, abuelitas que se convierte en planeadoras y organizadoras de la vida de sus nietos, y por su puesto de las de sus papitos, porque les parece que los papitos no saben hacer las cosas bien!!
Todos los niños deberían tener una abuelita, porque ellas son las únicas que parecen tener tiempo para los niños; pero para los chicos, cuando pasan más tiempo con sus abuelitas, vienen las confusiones por la ausencia de los papitos, especialmente por las largas jornadas laborales, y entonces muchos niños le dicen mamá a la abuelita, y sobre todo las normas llegan a enredarlos totalmente, porque generalmente las abuelitas son absolutamente permisivas, no todas, pero la gran mayoría. Es ventajoso que ellas, las abuelitas, sean las supervisoras de las cuidadoras, pues es alguien de confianza, y hay que decirlo, no los maltratan, sin embargo, deben establecerse límites; los psicólogos afirman que, por la experiencia y la autoridad se sienten con la potestad de participar en la crianza de los nietos. Las normas deben ser uniformes con respecto al hogar del pequeño, es también aconsejable que los papitos pasen tiempo con sus hijos, para no delegar demasiadas funciones y decisiones en ella; una manera de lograrlo es estar pendiente a lo largo del día, es clave llamarlos varias veces desde la oficina y compartir tiempo a la llegada a casa.
Otro consejo para los papitos es ser considerados con la abuelita, y este consejo va para las abuelitas que en ocasiones sub-estiman las capacidades de los papitos, y se buscan disculpas, para ser ellas quienes se hagan cargo de todo, volvemos a la autosuficiencia que tienen algunas abuelitas; esta situación desencadena, problemas de pareja, incluso no es sana porque la pareja sin querer se “recuesta” en la comodidad de dejar sus hijos donde la abuelita, algunas mamitas llegar a sufrir bajas de auto-estima por su “incapacidad” para cuidar a sus hijitos, condiciones que provocan las abuelitas. También hay que procurar respetuosamente que las abuelitas no intervengan, cuando los papitos llamen la atención a sus hijos, porque esto desautoriza, y además dejar siempre que sean los papitos los que resuelvan situaciones incomodas; obviamente la abuelita, posteriormente a solas pueden opinar, pro jamás delante de los niños.
Hoy en día se conoce a través del libro: Síndrome de la abuela esclava, que a las abuelitas se les recargan tantas obligaciones, impropias para su edad, que terminan fatigadas y enfermas, con problemas físicos como mareos, decaimiento, dificultad para respirar, cansancio o caídas frecuentes, entre otros. Aunque su ayuda es fundamental, también debe tenérseles consideración, pues ya no está en sus manos el papel de la crianza. Las abuelitas no deben tomar grandes decisiones, ni encargarse de aspectos de la crianza que les corresponde a los papitos. Es posible que la abuelita no se queje y cuide de los nietos con diligencia, pero aparecerán manifestaciones físicas y emocionales que reflejen su cansancio. Es difícil diagnosticarlo, precisamente porque ellas quieren participar de las actividades con sus nietos. Lo ideal es buscar un equilibrio entre las responsabilidades y sus capacidades.
Abuelitas hay de todo tipo, desde las que consultan todo, todo, todo, antes de hacer (y entonces te llaman al trabajo unas 42 veces en la mañana para ver si le ponen la camiseta blanca o la celeste) hasta las que están absolutamente convencidas de que su verdad es la verdad. Lamentablemente, en muchos casos, esa verdad, era absolutamente válida hace 30 años atrás, pero no hoy día, o no para los papitos. Hay abuelitas que son muy valerosas en la vida de sus nietos, y como por lo general son bastante consentidoras y se toman el rol de salvadoras únicas cuando los papitos no complacen todos los antojos del pequeño, aparece un error frecuente que finalmente les quita autoridad a los papitos, y torna a los niños engreídos, caprichosos e intolerantes, actitudes que distan años luz de la felicidad. Debe quedar claro y establecido que la crianza de los hijos les compete exclusivamente a los papitos; si éstos por ocupaciones laborales no pueden dedicar el tiempo necesario a educar a sus hijos, entonces las abuelitas pueden cubrir esa ausencia temporalmente, concertando con los papitos sobre los modos, estilos y obligaciones que toda crianza demanda y nunca ejecutar lo contrario a lo establecido.
Los niños deben ir creciendo y conociendo a sus papitos en todos los aspectos de la vida, deben sentir su amor, sentirse disfrutados, jugar, cantar, con sus papitos, así se les está permitiendo y fortaleciendo desarrollar con firmeza su auto concepto, se fortalecen con el amor y se brinda así su sentido de pertenencia al grupo primario de apoyo que lo acoge con firmeza y afecto. Las abuelitas pueden colaborar y ayudar con su experiencia a los papitos trabajadores y novatos, pero con límites.
Y aquí cuando la abuelita es la paterna, en ocasiones se crean relaciones difíciles entre la suegra y la nuera, es en estas circunstancias donde pueden surgir los conflictos; sobre todo si viven en casa de la abuela y ésta adopta el rol de la perseguidora con la esposa del hijo, critica su rol de ama de casa, porque "no lo atiende como debería, como yo lo atendía", y luego cuando nace el nieto, ingresan a cuestionar su rol de madre, apoyándose en que ellas han sido madres mucho antes y que saben las reglas de juego de la crianza infantil. Hay algunas abuelas que incluso recurren a métodos no honestos, como el decirle al niño que ella es la buena porque lo consiente y le da sus gustos y que la madre lo castiga (corrige) porque no tiene paciencia, de ese modo la abuelita gana el rol de la buena y la mamita el de la mala, en ese estado de cosas la guerra se declara, muchas incluso consiguen crear crisis entre los papitos del niño, en estos casos mejor optar por una niñera, una guardería y la abuelita en espacios familiares. Esta situación también se da a la inversa, cuando es la mamá de ella, que pena decirlo, pero muchas abuelitas se “creen” dueñas de sus vidas, opina, controlan, planean y esto para nada es sano!
Sucede también que hay abuelitas que quieren compensar con sus nietos, las fallas cometidas con sus hijos cuando eran chicos, y ejecutan toda una serie de permisiones a los nietos, los sobrecargan ante sus demandas, no permiten que los corrijan y nunca les niegan nada; así los papitos van pasando a un segundo lugar, sobretodo porque los niños pequeños se guían más por el principio del placer; pero se les debe ir preparando para su ingreso al principio de la realidad y hay que recordar que en la vida real no siempre se puede obtener lo que se desea, de esa manera a los niños, complacidos en todo, no los entrenan para afrontar las frustraciones que muchas veces depara la vida, y al no estar preparados, van a sufrir y se van a decepcionar más adelante.
Los papitos, que no cedan sus espacios, que aclaren y dejen pautas definidas y también que disfruten a sus hijos, y las abuelitas, que consientan, mimen, cuenten cuentos empitucados, canten nanas, acaricien, pero guardando las distancias en cuanto a crianza se refiere.
Con Caricias Calientitas.
Cuànto pueden enseñar los abuelos!
ResponderEliminarY los nietitos tambièn a ellos...excelente post Tita.
como siempre educando para la felicidad.
Besitos marinos, desde el bosque empitukado.
Son nuestros libros de historia y hay que cuidarlos.Yo tengo a mi suegra en casa y la felicidad que da a mis hijos no hay nada en el mundo que se pueda igualar.!!!
ResponderEliminarSaludos.
Chavala es que tocas temas.. que estoy siempre de acuerdo..
ResponderEliminarque decir de estas grandes mujeres...
todo lo mejor y mas sentido..
Un beso
He querido pasar por tú casa para, también aquí, agradecerte el maravilloso pasaje que me has dedicado en mi cumpleaños. Gracias.
ResponderEliminarY tus entradas siguen en la misma educativa y encatadora línea de siempre.
Un beso.
super y muy cierto y lo mas importante lo que nos sirve y enseña...
ResponderEliminarTita me ha gustado mucho este post ;-)
ResponderEliminarCreo que los abuelos son super importantes para un niño siempre que hagan su papel de Abuelos y ningún otro (ni por más ni por menos)Yo por desgracia no disfruté de unos "abuelos para la felicidad" y siempre los he hechado de menos.
Abrazos nietecitos felices ;-)
Pdta: con tu permiso lo comparto en fb