domingo, 20 de marzo de 2016

VITAMINAS PARA LA FELICIDAD

Empezar por enmarcar la primera infancia que es el período de tiempo comprendido entre la concepción y los seis años de edad. En esta etapa se dan diferentes y variados procesos que marcan la vida del niño, pues en esta etapa que se da el mayor desarrollo neuronal y acrecientan sus capacidades para establecer vínculos y afectos, hablar, manejar el tiempo, el espacio y el movimiento; reconocerse a sí mismo/a y al entorno. Como quien dice esta etapa es vital, hay que estar acompañando, guiando, animando, fortaleciendo con amor al pequeño.

Es importante en el tema de las vitaminas hablar de la alimentación correcta, balanceada, obviamente el agua entra aquí pisando fuerte debe ser potable, aquí cabe anotar que la lactancia materna es necesaria para proveer al bebé de vitaminas, proteínas, y claro la alimentación complementaria debe ser la adecuada.

Una vez mas viene la imitación, que no comen verduras, que no les gusta la sopa, prefieren la gaseosa al jugo.. pero ¿cómo no? Si, lo que han visto es eso… La familia de paseo, en un restaurante todos piden gaseosa antes de que les traigan el almuerzo y el niño debe ser la excepción; así ni modo, el ejemplo es el mejor maestro.

A lo que vinimos las vitaminas, son un grupo de sustancias esenciales para el metabolismo, crecimiento, desarrollo y regulación normal de la función celular, pueden ser sintetizadas por el organismo, salvo la vitamina A y la vitamina D, razón por la cual deben ser provistas por los alimentos.

Hay que tener cuenta los requerimientos nutricionales de los niños, el recién nacido necesita agua en
cantidad pequeña, tomar agua desde bebés crea el habito. Hasta los 6 meses es posible que la lactancia materna sea su único alimento, pero los niños con lactancia artificial: deben comenzar alimentos diferentes al 4º-5º mes.

Los alimentos nuevos deben introduciéndose paulatinamente con la guía del pediatra, pues hay que respetar la maduración de procesos digestivos e inmunológicos. Los alimentos deben ir en cantidades pequeñas, así es fácil detectar las intolerancias del menor, posteriormente que venga la cuchara, hay que ofrecer variedad de colore y sabores con cuidado sin obligar, con paciencia, conservando en la posible un horario que coincida con el de los acompañantes adultos. Pues aunque es obvio hay que volverlo a decir jamás castigar, tampoco cambiar inmediatamente al primer rechazo la comida, pues esta acción dispara los caprichos, emplear en los mas grandecitos presentaciones variadas, los niños comen felices cuando se les cuenta un cuento, o les canta algo suave, y así el niño esta ingiriendo vitaminas, minerales, proteínas. Como las vitaminas vienen en los alimentos hay que procurar que la hora de la comida sea un placer!!!

Las vitaminas para la felicidad suministran efectos mágicos sobre los niños. Si cree que el niño está escaso de alguna de ellas adminístrela inmediata. Es mas las vitaminas para la felicidad están en el corazón de cada uno, y en ocasiones muchas seguramente, los acompañantes pueden tomar suplementos vitamínicos de los pequeños, pues ellos viene con reservas inigualables, que tal ternura, dulzura, nobleza, vitaminas de la felicidad.

Las vitaminas para el alma reúnen los ingredientes necesarios para que los niños siempre estén felices. Sonreírles a los pequeños es una forma de suministrar suplementos vitamínicos. El cerebro es un órgano considerablemente vulnerable durante la primera infancia, ya que se encuentra en un período crítico de desarrollo. Por lo tanto, es en este lapso cuando el cerebro más necesita un aporte óptimo de nutrientes, en especial de vitamina E.

Las vitaminas A, B, y C, son influyentes esenciales para la felicidad:
¡VITAMINA A PARA EL AMOR, 
VITAMINA B LA BONDAD Y
VITAMINA C DE LA COMPRENSIÓN!

Las vitaminas para la felicidad las necesitan los niños para tener un futuro bueno, organizado y exitoso, también para lograr una dieta alimenticia sana y saludable. Si se educa adecuadamente al niño en cuanto a alimentación se refiere y se le deja bien claro lo mala que es para su salud la comida “chatarra”, él crecerá con hábitos saludables!

Con caricias Calientitas

domingo, 13 de marzo de 2016

JUEGOS PARA LA FELICIDAD

CLAMORES..PARA LA FELICIDAD

Caricias Calientitas un blog concentrado en ofrecer alternativa eficientes y eficaces para que la familia, jardineras, educadores, tengan elementos puntuales para inspirar la formación del sentido humano feliz desde la primera infancia, cuando debe ser; presenta hoy una  pagina  sencilla, tierna que de alguna manera traduce los clamores de nuestros niños para llevar vidas mas placenteras, acertadas y  juguetonas.

Por supuesto para alcanzar tan noble propósito, Caricias Calientitas incluye, el albedrío del juego como herramienta preferente en nuestro esfuerzo, que contribuya en justa medida a una justicia social con amor. Volviendo a la  pagina, se puede extraer de él, reflexiones en torno al que hacer cotidiano con el niño  frente al  juego, a que los adultos piensen antes de proferir regaños sin sentido e inoficiosos que causan traumatismos en la formación afectiva del menor; jamás permitir que el niño haga su santa voluntad, tampoco. 

Debe existir normatividad, limites que respetar, y como siempre recordar que el mejor maestro es el
ejemplo, obviamente esta pagina no es una camisa de fuerza, solo pretendo que se convierta en la musa perfecta que inspire a los educares para la felicidad.

El siguiente artículo, que se refiera el tema de hoy: La primera infancia y  sus  juegos  marcan  unas huellas imborrables a lo largo de la vida.

 http://www.fisher-price.com/es_US/playtime/joyoflearning/index.html

Con Caricias Calientitas

martes, 1 de marzo de 2016

INTELECTO PARA LA FELICIDAD

Educar, sentimientos e Inteligencia emocional de alguna manera resulta curioso, la pregunta es, ¿qué nos hace felices?, es la forma en la que se perciben las situaciones de cualquier índole. Pensar en un chico, en un hijo, uno cualquiera, al que normalmente todo lo que desea y quiere lo tiene rápidamente, pues los papitos están a su merced, pues hay que decirlo le costará mucho llegar a ser feliz, pues nunca tiene oportunidad de luchar y menos de solucionar problemas. Y bueno volviendo al tema, será que se puede educar para la felicidad desde la inteligencia emocional?. Claro que se puede es un deber, los papitos están obligados, comprometidos a que sus hijos crezcan con un equilibrio emocional.

Por eso está muy bien este concepto inventado no hace mucho: “inteligencia emocional”. Porque para potencializar sanos sentimientos, felicidad es necesario desarrollar habilidades y destrezas para la vida, y ojo hay que empezar por la vida propia porque es imposible dar de lo que no se tiene. Es mejor educar para la felicidad que forjar grandes profesionales sin sentimientos de bondad, compasión, respeto. Un error muy común es pensar que estos asuntos son tan importantes y graves, y el hijo tan pequeño e inexperto, que no hay nada que se pueda hacer. Y los papitos se dicen, después llegará el momento, pues tengo para decirles que la inteligencia emocional se estimula desde la gestación de manera que animo y a recuperar el tiempo perdido, ya que es un proceso de madurez, y ahí siempre hay cosas que se pueden hacer para mejorarlo, cosas que, o las hacemos nosotros, o no las hará nadie. La escuela está para cultivar la inteligencia de conocimientos y las normas de educación. Pero no hay asignatura ni profesor con el suficiente tiempo y empatía como para ver a cada alumno, individualmente, y enseñarle a orientar sus sentimientos. O lo hacen los papitos, o los chicos tendrán que crecer en este aspecto como buenamente puedan. Madurar sentimentalmente significa tener capacidad para entender a los demás, darle a los problemas la importancia que tienen (ni más ni menos), no hacer una montaña de defectos personales, y mucho menos, de los demás, … en una palabra: se trata de orientar la atención de una forma sana.

Los niños, en esto, son un torbellino de sorpresas. El mundo, tanto el de fuera como el interno, es
nuevo, hay que descubrirlo, y para ello, pueden quedarse mirando la cosa más pequeña durante horas, ya sea una hormiga roja transportando una miga de pan, o un sentimiento de rencor por un compañero que le acaba de quitar la pelota, por ejemplo, le quitaron su juguete preferido, y que eso sí le lleva a sentir un cierto rencor y si nadie lo orienta se queda en ese sentimiento, que además desencadena la fea y horrorosa envidia… Los pequeños en su cabecita van almacenando ciertos comportamientos y conclusiones desequilibradas que le llevarán a tener una mala relación con sus sentimientos. Por eso los papitos tienen que estar ahí, observarle y escucharle atentamente para advertir si están echando en él raíces esos hábitos que, una vez crecidos, lo van a llevar a la empatía, la humildad y la paciencia, o, en cambio, empieza a repetir respuestas que no le hacen ningún bien.

Para potencializar la inteligencia emocional los papitos pueden hacerse varias preguntas: -¿Qué cosas hace el niño cuando se enoja? Estos berrinches, ¿son frecuentes o no? -Si el niño no tiene algo que desea, ¿cómo reacciona? ¿Se pone impaciente, o cada vez acepta mejor que no puede tenerlo todo? -Cuando tiene un problema, ¿se calla, viene inmediatamente a contarlo, o se calla y cambia su forma de actuar?. A todo esto, el pequeño, ¿tiene épocas en las que está más callado? ¿Qué tipo de preocupaciones le llevan a ello? - Le han visto jugar con otros niños de su edad. ¿Qué pasa cuando hay una discusión? ¿Cómo se porta? ¿Es el que más levanta la voz? Hay que tener presente que la clave de todo este proceso es siempre observar al niño, estar lo suficientemente cerca de él como para redirigirle cuando tiene un pensamiento equivocado. Para hacerlo, hay que estar a su lado y verle con sinceridad y honestidad, sin ignorar sus fallos, sin creer ni que “la culpa es de los demás” ni que “es que siempre te pasan a ti las cosas”. El equilibrio emocional no se enseña: se transmite, tenía que salir el ejemplo que es el mejor maestro. Por lo que, el primer paso, está en los papitos, en saber dirigir a una forma de actuar y sentir equilibrada. Ojo tampoco excederse en estar a su lado cual policía, supervisor... se trata de dar respuestas oportunas a las preguntas planteadas mas arriba. Y es que, para cuidar bien a un niño, primero hay que cuidarse bien uno mismo. ¡Ánimo!

Los niños pequeños se entregan totalmente a su entorno físico; absorben el mundo sobre todo a través de sus sentidos y responden con el modo más activo de aprendizaje y conocimiento: la imitación. La imitación es la capacidad de identificarse con el entorno a través de la voluntad activa: la acción y el hacer. Todo, amor, alegría, odio, inteligencia, por eso el tono de voz, el contacto físico, los gestos corporales, la luz, la oscuridad, el color, la armonía, y la desarmonía, son influencias absorbidas por el organismo físico, todavía muy maleable, y afectan al cuerpo y la inteligencia emocional para toda la vida. Los educadores para la felicidad, docentes, jardineras, abuelitas, tías, madrinas, en fin todos los adultos que comparten con el niño desde su nacimiento tienen la responsabilidad de crear un entorno que sea digno de esta imitación incondicional del niño. El entorno debe ofrecer al niño amplias oportunidades para la imitación plena de sentido y para el juego creativo. Esto apoya al niño en la actividad central de estos primeros años: el desarrollo de su organismo físico. Desviar las energías del niño de esta tarea fundamental para atender exigencias intelectuales prematuras le roba al niño la salud y vitalidad para su vida posterior. En últimas, debilita las mismas capacidades de juicio e inteligencia práctica que el maestro quiere fomentar.

En el jardín, los niños juegan a cocinar; se disfrazan y se vuelven madres y padres, reyes y reinas; cantan, pintan y dibujan, juegan a imitar los oficios de los adultos; a través de canciones y poemas aprenden a disfrutar el idioma; aprenden a jugar juntos, escuchan historias, ven obras de títeres, hacen pan, preparan sopa y ensaladas de frutas, modelan con plastilina y construyen casas a partir de telas y cajas. Involucrarse en forma total en este tipo de trabajos es la mejor preparación del niño para la vida. Desarrolla las capacidades de concentración, el interés, y el amor por aprender. La inteligencia es la capacidad para resolver problemas nuevos, para Piaget, científico del desarrollo infantil, es la capacidad de adaptarse al medio. El desarrollo de la inteligencia comprende una serie de estadios y cada uno supone un avance respecto del anterior: Al nacer, el niño cuenta con sentidos y reflejos que hace uso de manera automática, no voluntaria y son los principales elementos que utilizará para adaptarse a su ambiente. Posteriormente gracias al uso de sus sentidos, es capaz de atender a un objeto, sus acciones pasan de ser simples reflejos a acciones voluntarias orientadas por los estímulos externos. Finalizando el primer año de vida, se convierte en un pequeño explorador, ahora buscará nuevas estrategias o medios para magnificar su espíritu investigativo, o resolver un problema. Así por ejemplo, para conseguir su juguete será capaz de utilizar algún instrumento para atraerlo o jalar la tela sobre la que está colocado y cogerlo. Esta inteligencia práctica, parte de la etapa sensorio-motora, llega a su máxima evolución entre los 18 y 24 meses. A los 2 años, dice Piaget, el pensamiento simbólico es la clave para la inteligencia verdadera. Permite que los niños formen sus propias ideas y usen su imaginación. Antes necesitaban tener un objeto concreto como una pelota frente a ellos para demostrar que querían jugar, pero ahora pueden imaginarla y usar un símbolo como la palabra “pelota” para describir lo que quieren hacer. Entre los 3 y 6 años su pensamiento está cada vez más desarrollado en relación con el desarrollo de su lenguaje, se encuentra atravesando el periodo pre-operatorio, ahora puede asociar imágenes, objetos, acciones y palabras. Se interesa por aspectos de la vida cotidiana, sus juegos principales son hablar por teléfono, peinarse, jugar a la comida. Comienza además a clasificar y seriar objetos según su forma y color, establecer categorías y de esta forma sentar las bases para el aprendizaje de conceptos matemáticos.

La inteligencia emocional supera de manera desbordada el conocimiento académico, pues sin ella el
niño estará en el lugar equivocado siempre. La inteligencia emocional se estimula con sentimientos o ejemplos de actitudes amables, tiernas, dulces, justas, alegres, sin descartar obstáculos que serán superados en ocasiones con ayuda de los papitos pero en lo posible en la medida proporcional a la edad hay que dejarlos que intenten sus propios métodos, siempre y cuando no sean agresivos, ni representes niveles de frustración. La inteligencia emocional se alimenta con un lenguaje amoroso y positivo, las preguntas absurdas estimulan la creatividad que es un detonante fantástico para la inteligencia emocional.

Con Caricias Calientitas