sábado, 27 de noviembre de 2010

SENSIBILIDAD PARA LA FELICIDAD


Educar para felicidad desde la primera infancia, demanda tener y expresar con ejemplo un mayor equilibrio entre mente y corazón, y los chicos actuales tiene más a flor de piel la sensibilidad, expresan mas sentimientos, aunque hay momentos o situaciones que marcan, porque está claro por ejemplo, que lo masculino y lo femenino, tiene que ver con el hemisferio izquierdo, con los procesos de pensamiento y el lenguaje; y que lo femenino tiene que ver con la sabiduría, la intuición, y el amor.

Entonces los chicos desde que nacen vienen dotados, impregnados e una gran sensibilidad, que los hace más tiernos, cariñosos, y mientras van creciendo van siendo mas conscientes de su comportamiento, y de cómo este afecta al mundo que los rodea. Sería fantástico que desde pequeños toda la raza humana accediera a la posibilidad de entender las Leyes del Universo, seguramente se evitaría mucho dolor y sufrimiento.

Aún desde bebés, se les debe estimular su sensibilidad, desde cualquier credo religioso que ejerzan sus papitos, en últimas todos los dogmas religiosos le apuestan a la práctica del amor y la bondad, alrededor de estos sentimientos gira su interacción con familia, vecinos, amigos. Esta es una forma de seducirlos e inmiscuirlos en la bondad, de vivir siempre, cada momento con un tinte de sensibilidad, es enseñarlos a vivir con amor! Incluso e abordar una religiosidad con mucho amor.

Sensibilidad viene de sentir, y hay un principio universal, un sentimiento que se llama “Gratitud”, que bueno es que desde chicos, aprendan a agradecer por sus bendiciones, por simples y encillas que sean, agradecer por los seres queridos, dar más sentido a todos los momentos de la vida, y definitivamente hay que empezar por agradecer. Que el agradecimiento, se convierta en un hábito de toda la vida, dar gracias puede ser la forma de disfrutar la vida más ennoblecedora y de paso se están generando sentimientos de aprecio y gratitud. Ahora bien, esta acción va de la mano con hacerles sentir el afecto, el cariño, la admiración, eso los hace sentirse felices, y cuando el chico así sea un bebé manifiesta incomodidad, llanto, mala carita, es solo endulzar su momento con una caricia, una palabra amorosa, una sonrisa, un gesto de cariño, así ellos van percibiendo sensibilidad venida de sus papitos. Y en repetidas ocasiones agradecer, ya sea a Dios, la vida, en fin, ¡gracias por este maravilloso hijo! Gracias por este rico desayuno!, Gracias porque estamos sanos! En fin millones de motivos para agradecer!

Incluso, cerrar los ojos, para desear que papito llegue bien, para desear que el hermanito se mejore, y así existen muchos motivos para desear, agradecer, soñar, también, respirar profundo y permitir que los chicos imiten es una forma de llenarlos de sensibilidad, es que todos los momentos son aptos para estimular la sensibilidad, hasta después de un berrinche esta acción resulta una oportunidad para tranquilizar al pequeño y aprender una lección; quizás se puede también en los chicos de tres años en adelante cuando cierran los ojitos, hacer ejercicios de relajación, hablarles suavemente de sus pies, sus rodillas, inicialmente se le pueden ir tocando con mucha sutileza las partes del cuerpo mientras se nombran.

La opción de educar sensiblemente a un niño es una tarea fascinante para los papitos o los adultos que tienen a su cargo el cuidado, y aunque no existen fórmulas sencillas para el cultivo sensible, hay algunas orientaciones reflexivas que pueden ayudar mucho en este empeño. Al igual que el desarrollo cognoscitivo, el desarrollo de la sensibilidad es un proceso natural que ocurre espontáneamente si el niño encuentra apoyo y circunstancias apropiadas. Así como está la prioridad de atender las necesidades físicas e intelectuales de los niños a medida que avanzan en su proceso de crecimiento y desarrollo, de igual manera es necesario fomentar en los hijos el desarrollo y fortalecimiento de los buenos sentimientos. Si la orientación de los sentimientos no está presente durante la primera infancia, el niño cuando se encuentre con acciones puras de sensibilidad considerará extraño al proceso y tendrá el concepto de que no es indispensable, es como inducirlos en el conocimiento de sí mismos, como decía Heráclito: “el que conoce lo externo es un erudito, el que se conoce a sí mismo es un sabio”, por su puesto esta afirmación aplica a los adultos también.

La sensibilidad de un niño es espontánea y única. Con su inocencia, los niños pueden recordar a los adultos una sensibilidad que es sencilla, directa e increíblemente original. Con su dulzura y ternura, los niños hacen evocar creencias, sentimientos y valores esenciales. La formación de la sensibilidad de un niño se logra por medio de una estrecha comunicación entre los papitos y éste, en la que se dan respuesta a muchas preguntas esenciales de la vida.

Los siguientes elementos son fundamentales dentro del proceso de fomentar la sensibilidad en los niños según expertos en el tema: Crear confianza con el hijo. El amor y la confianza constituyen los dos sentimientos fundamentales para la relación entre los papitos y los hijos. El niño necesita sentirse lo suficientemente seguro para poder explorar, puesto que la exploración en la niñez se constituye en un elemento esencial de su sensibilidad en el sentido de que cuando los niños empiezan, por ejemplo, a apreciar la naturaleza, surgen entonces las preguntas sobre quien hizo la luz del sol, por qué llueve, etcétera, escalones importantes en la formación de la dimensión sentimental. Cultivar la libertad como una cualidad característica de un hogar sensible y debe garantizarle al niño, libre de inhibiciones, expresar ideas, hacer preguntas y manifestar dudas acerca de los sentimientos. Aparece aquí el reto grande, tratar de no reprimir al hijo, pero tampoco permitirle que vague sin ninguna orientación, cultivando una sensibilidad que combine la orientación con la tolerancia, en una relación caracterizada por la comunicación asertiva y el respeto mutuo. Demostrar interés en la vida del hijo, para poder crear un clima sensible en la vida del hijo es necesario invertir tiempo, cariño y aportar una gran dosis de sinceridad por parte de los papitos. El ejercicio de una auténtica capacidad de escucha es fundamental, reconociendo al niño como un interlocutor válido de acuerdo con el momento de su desarrollo.

La pregunta del millón, ¿cuándo iniciar la formación de su sensibilidad? Nunca es demasiado temprano para comenzar, ni siquiera el momento en que respira por primera vez. En algunas culturas aborígenes hay rituales muy tempranos, al igual que en el Islam y otras religiones, que marcan tempranamente el comienzo de la vida sensible del niño. Es importante tener en cuenta, que desde el nacimiento, todos los niños son sensibles a su entorno, saben si se les carga con ternura o con los brazos tensos y mucho antes de aprender el lenguaje saben si las voces o las miradas son amistosas o amables, bruscas o indiferentes. En la formación de los bueno sentimientos de los niños como en todo el proceso de la crianza, el ejemplo es el mejor maestro.

La seguridad de su sensibilidad consiste en hacer recordar lo más a menudo posible al bebé, su lugar de origen. Reiterarle varias veces al día, verbal o mentalmente: “Tu vienes de la Luz, eres un ser de Luz. Eres divino, tu esencia es Luz. Eres un niñito de Luz y Amor, tu única función en la Tierra es irradiar esta Luz y Amor, no importa lo que pasa”. Eso es porque alrededor del bebé, muchos se preocupan de asuntos materiales, hay inquietudes familiares, hay las propias angustias de los adultos y disputas, a veces. Las palabras que escuchan son acerca del pañal sucio que hay que cambiar… ¡otra vez! ¡De cuan cara es la vida, especialmente los pañales desechables! del cansancio de los adultos, el fastidio, etc. Esto perturba al recién nacido que todavía está muy conectado con su lugar de origen. Háblenle de luz, de amor, de paz en la Tierra: cuánto estábamos esperando su llegada, cuánto honramos su decisión de venir aquí, etc… En nuestras propias palabras, de corazón. Esto nos hace recordar que nosotros también somos este niñito de Luz y Amor, y que nuestra única función en la Tierra es irradiar esta Luz y Amor, no importa lo que pase. Para poder recibir como merecen a los niños y niñas del Tercer Milenio, es indispensable que los futuros papitos se preparen, tomen clases, formen grupos de apoyo con terapeutas. Hay que cuidar la cualidad de la concepción, del embarazo y del parto.

Cuando nace darle una bienvenida lo mas cálida, dulce, tierna, cariñosa que sea posible, está tarea a cargo de la mamita, el papito, pero si se quedan mudos de la emoción, es bueno acudir a un ser carismático, dulce que haga la bienvenida. Obviamente el tono de la voz debe ser dulce, suave, melodiosa, y más rico aun, acariciarle cada parte de su cuerpecito, y decirle que es sano y bello, que es amor, que es felicidad, ojala este ritual de bienvenida sea mientras el recién nacido descansa de su viaje en el pecho de la madre, y hay una cosas las visitas, gracias pero es mejor esperar siquiera un mes, es que llegan alborotadas a buscar parecidos, opinar, todos quieren verle los ojos, y esto no es apropiado ni para el bebé ni la mamita.

Con Caricias Calientitas.




lunes, 22 de noviembre de 2010

SIN BERRINCHES PARA LA FELICIDAD


Los berrinches o pataletas son comunes en los niños, ya que la primera infancia es la edad de querer que se haga lo que ellos dicen y quieren. Cuando son más pequeños y se empecinan en algo se les puede echar manos de los “sofismas de distracción”, distraerlos con otra cosa y cambiar su foco de atención para que se tranquilicen, pero conforme van creciendo se van dando cuenta que existen límites en su comportamiento y como no les gusta se ponen a hacer berrinches.

Siempre los papitos deben mantenerse firmes en sus decisiones, si un día se le dijo al pequeño, que no hiciera algo, pues al día siguiente y por siempre es No a esa situación, porque si al día siguiente se le permite, el chico puede pensar: si un día me dijeron que no y al día siguiente que si, “mejor me porto mal para que siempre me dejen hacer lo que quiera.” Esto demuestra que existe una falta de disciplina o reglas establecidas, lo cual hace que el niño trate de llevar el control de estas situaciones, pero ojo la disciplina no está asociada a los gritos, y mucho menos al maltrato, y de ninguna manera ponerlo en ridículo o humillarlo en público, sino más bien de hablarle con amor, paciencia, claridad y constancia para que entienda que cuando se le dice No es por una razón o circunstancia, que redunda en su bienestar.

Si el chico hace un berrinche o pataleta en la casa o en la calle, hay que tener presente: Primero que los papitos no se enfurezcan porque pierden el control, hay que actuar serenamente, amables y decirle que si quiere pedirle algo no lo debe hacer gritando, ni llorando, que cuando lo pida decentemente, hablan; Luego escuchar su petición y analizar rápidamente si se le puede dar gusto o no; por eso siempre se les debe dar una respuesta clara de por qué si o no.

Todos creo hemos visto casos de adultos que pasan de tranquilos a enfurecidos en segundos, y parece ser que los chicos “son expertos” en lograr estos cambios, los de dos años, son maestros; los berrinches resultan porque los chicos son incapaces de manejar la frustración, la buena noticia es que hay algunas medidas que pueden tomar los papitos para prevenir algunas de estos “sainetes”. Primero hay que conocer bien las causas u orígenes de la pataleta, y tomen atenta nota, que no es porque los chicos son desobedientes o tercos, o porque el niño es terrible; ocurren sencillamente porque los no han aprendido a aceptar la frustración, sus sentimientos de impotencia e insatisfacción, les quedan grandes y la pataleta se convierte en un vehículo para liberar esos sentimientos; ahora bien tampoco es regla que todos los chicos hagan berrinches, de pronto los chicos entre 2 y tres años, hacen intentos una vez por semana, siendo definitiva la actitud de los papitos en su primer intento, y es que cuando ya pasa a ser parte del circulo habitual para conseguir algo puede durar entre 15 y 30 minutos.

Entonces una estrategia, puede ser sacar de su alcance objetos, juegos que son de su fascinación pero que aun no es capaz de manejar; hay que estar atentos a los signos de cansancio y asegurarse de que el niño tenga suficiente descanso. Hay una situación común en los papitos, obvio no en todos, llegan a la guardería o jardín, y dicen: “por favor no lo djen dormir”, por favor a los papitos nada mas incomodo e irritable que tener sueño y que no dejen dormir! Tampoco exceder en estimulación, mejor dicho, utilizar el No lo menos posible, los sofismas de distracción actúan perefectamente como tranquilizadores de un berrinche, ojo que no se con comida, es decir si el niño hace pataleta porque no quiere la sopa, tampoco es que haya que ofrecerle un helado a cambio! Mostrarles como se hacen las cosas correctamente, con dulzura, con amabilidad, alegría y mucha naturalidad, sin llegar a explicaciones científicas.

Los chicos necesitan de un adulto tranquilo, para irse serenando, necesitan calma, amabilidad y hasta unas caricias cuando termina el berrinche y una explicación clara y corta de porque es mejor sin berrinches. En otras ocasiones se puede dejar solo al chico, previendo que queda seguro y protegido; sólo por un periodo corto de tiempo. Otras veces, ayuda simplemente abrazar dulcemente al niño enojado. Ahora que si es en público, se debe sacar al chico del circulo y llevarlo a un lugar solitario o reservado hasta que se calme un poco. Siempre la tranquilidad es la invitada especial de los papitos, y si este es un reto, pero si ellos pierden el control, el berrinche será peor. De pronto si en alguna ocasión se le graba el llanto, el berrinche y se le pone en el momento adecuado eso ayuda!

Un vez más, queda en evidencia que se educa para la felicidad con el ejemplo!

Con Caricias Calientitas




miércoles, 17 de noviembre de 2010

PRIMER MES PARA LA FELICIDAD


Felicitaciones! El bebé ya tiene un mes de nacido, este tiempo es benéfico para los papitos, pues el periodo de conocimiento mutuo avanza. Los papitos ya lo cargan con más seguridad, lo bañan y los visten con más confianza, y el bebé precioso y hermoso ya reconoce los sonidos más habituales, las voces de los papito y de las personas que lo cuidan; también la mamita aprende a distinguir los distintos tipos de llanto: hambre, tiempo de cambiar el pañal, dolor o molestia.

Y el tesoro más preciado del papito y la mamita, ya responde a sonidos, mira el rostros de los papitos, sigue tus movimientos con la mirada, incluso “responde” a las voces paternas, y qué decir de su logro de levantar la cabeza cuando está boca abajo, hace sus propios ejercicios, moviendo brazos y piernas, emite sonidos guturales, es más atento, y algo importante duerme por tres o cuatro horas seguidas. A esta edad la mayoría de los bebés ya se están alimentando bien, y por favor la lactancia materna debe ser a libre demanda.

Es normal que lloren algo más durante las primeras seis semanas. Estos llantos irán disminuyendo gradualmente hasta desaparecer. Probablemente, el bebé duerma la mayor parte del tiempo, pero rara vez por periodos prolongados, entonces los papitos y mamitas parecen cansados, pues lo ideal hacer descansitos cuando el bebé duerme. Es normal que la mamita se sienta triste o deprimida, ahora que si esta situación altera la actitud con el bebé lo mejor consultar con un especialista cuanto antes.

El primer mes es un periodo de gran intimidad en el que los papitos y el bebé comienzan a descubrir sus ritmos, todo es nuevo, los papitos están aprendiendo a reconocer y responder a cada una de sus necesidades, por eso es importante y vital que mientras el bebé se alimenta o e le baña, igual cuando se le cambia pañal, aprovechando esos momento para hablarle mirarlo acariciarlo, darle besitos tiernos, cantarle suavemente, sonreírle, abrazarlo y seguro que el bebé va a responder con una sonrisa tierna de gusto y placidez. Los bebés `perciben perfectamente la calidez de la mamita entonces se empieza a formar una comunicación solida. Es tan sencillo y tan placentero para lo papitos mirarlos, observarlos, incluso mientras duermen, es una sensación indescriptible.

Indudablemente el llanto del bebé es su primer acto comunicativo, entonces hay que estar atentos, puede ser por gases, hambre, incomodidad, cólicos, y otra cosita aquí, las mamitas tienden a abrigar en exceso a los bebés y eso les incomoda, lo envuelven como tabaquitos, y le impiden el movimiento, entonces es importante encontrar la causa del llanto, también pudiera ser que e está estrenando en llanto! Usualmente se le consuela meciéndolo suavemente, hablándole, susurrándole las palabras que dicta el corazón; algunas veces los bebés simplemente necesitan llorar y no hay mucho que se pueda hacer. Si el llanto ofusca a la mamita, pues entonces es mejor buscar una persona con paciencia, porque una mamita alterada jamás va a calmar el bebé por el contrarío lo va a inquietar mas, obviamente el papito también debe participar y si el llanto es excesivo, pues consultar con el pediatra, porque puede ser por algún motivo de salud.

Un bebé de un mes se nutre básicamente de leche materna. La frecuencia con que los pequeños necesitan ser alimentados varía mucho de un niño a otro. Los que suben de peso y lucen saludables seguramente están recibiendo suficiente alimento. Otro buen indicador es la necesidad de cambiar el pañal más seguido. Amamantar el bebé debe ser a libre demanda durante el día. Hacerlo en forma continua, recordar que se deben vaciar y alternar los pechos. Asegurarse de estar alimentando bien, descansando lo suficiente y tomado abundante líquido. Tratar de hacer que el momento en que está amamantando sea relajado y tranquilo. No debe tener dolor al amamantar, es muy importante que el bebé cubra toda la areola y el pezón para succionar adecuadamente y si tiene algún problema, hablarlo con el especialista.

Es normal que los bebés de esta edad devuelvan una pequeña cantidad de leche después de haberse alimentado, si el bebé devuelve todo lo que toma, puede deberse a que traga demasiado rápido el alimento o que traga aire al succionar. La posición para amamantar debe ser cómoda para los dos, es una técnica particular cada pareja, mamita-bebé tienen su propia técnica, conservando los patrones universales, de higiene, y normalidad. Indiscutiblemente hay factores que preocupan como: Rechazo al pecho, vómitos o diarrea´, tos, respiración rápida o dificultosa, llanto agudo por más de una hora, somnolencia excesiva, flojera o palidez inusual y en estos casos pues consultar al pediatra en imperativo.

Un bebé de un mes necesita cuidados preventivos para prevenir accidentes, y garantizar sus seguridad: Hacerlo dormir de lado, preferentemente hacia el derecho, nunca sacudirlo o moverlo fuertemente, por ningún motivo dejarlo solo en la bañera, o en superficies elevadas, tales como el mudador o la cama. Siempre verificar la temperatura del agua con el codo si quiere hacerlo a la antigua. Mantenerlo alejado de la luz solar directa. No usar protectores solares hasta que tenga al menos seis meses de edad. No dejarlo solo con un hermano menor o con una mascota. No beber o sostener líquidos calientes mientras lo tienen alzado. No fumar ni permitir que otros fumen cerca del bebé.

El primer mes de vida de los bebés recién nacidos significa para ellos una etapa de adaptación a la vida fuera del útero materno, de su casita de agua, igual para los papitos este periodo exige muchas adaptaciones. Unas son visibles y concretas: adaptar la casa, nuevas actividades... Y otras menos perceptibles y profundas, de índole psicológica. Una duda que se plantean la mayoría de los papitos sobre el desarrollo y el comportamiento del bebé de un mes es: ¿Qué significa su primera sonrisa?

Una de las dificultades del primer mes es la ausencia de respuesta "social" del bebé. Muchos bebés sonríen mientras duermen o cuando están tranquilos, relajados después de comer. Pueden sonreír desde las primeras horas de vida. Se trata de una sonrisa automática, es decir, no es una respuesta a otra persona. No es una respuesta social. Constituye un indicador positivo de bienestar del bebé y de normalidad de su cerebro. En algunas culturas dicen que el bebé se sonríe con los angelitos!

Aunque no se obtenga respuesta de forma inmediata a las caricias, arrullos y frases cariñosas, amables, dulces, tiernas, el cerebro del bebé las necesita para madurar; como dijo Julián de Ajuriaguerra, neuropsiquiatra infantil francés de origen español (1911-1993), "Un cerebro que no es acariciado, no se desarrolla bien".

Hacia la 3ª ó 5ª semana de vida puede aparecer una sonrisa diferente, la sonrisa social, que sí es una clara respuesta a las caricias o a la voz de la mamita, esta sonrisa constituye un hito importante en el desarrollo del bebé. Confirma la normalidad de su cerebro y es el inicio del desarrollo del bebé como persona. Es importante saber que, si un bebé no sonríe después de la 6º- 8ª semana de vida, debe ser evaluado por el especialista.

Otra duda se refiere a los horarios del bebé, que antes de nacer, no tenía horario, porque se alimentaba de forma continua a través de la placenta y no tenía hambre y dormía cuando le parecía y nadie lo controlaba. Durante el primer mes de vida, el horario de un bebé suele ser un poco caótico y se rige básicamente por la necesidad de alimentarse. Después de saciar el hambre, el bebé se relaja y suele dormir. Algunos bebés sí son regulares para comer y dormir, otros lo son menos. Esto depende del temperamento del bebé. Los bebés suelen hacer entre 8 y 12 tomas de pecho las primeras 2-4 semanas de vida y las reparten de dos formas diferentes: Unos, a lo largo del día y de la noche. Los intervalos son siempre de 2-3 horas. Otros, durante la noche hacen una pausa más larga (de 4-5 horas), con igual número de tomas en total, o sea, que toman cada 1 hora y media o 2 horas. Ambos tipos de bebés ingieren similar cantidad de leche en total.

El ritmo interno del bebé no es fácil de modificar, y menos lograrlo enseguida. El horario de los bebés se va adaptando con respecto a dos aspectos: El flujo de leche, cuando la mamita empieza a producir cantidad de leche adecuada a las necesidades del bebé, normalmente a partir de la tercera semana, a veces, más tarde y los cuidados recibidos, que condición la cantidad y calidad de los estímulos ambientales. Durante el primer mes, el bebé duerme aunque haya ruido a su alrededor o aunque sea pleno día. Más adelante, estos factores le influyen cada vez más.

Un último tema referente al bebé de un mes, su higiene: Durante los primeros meses el bebé recibe una serie de cuidados que lo limpio y aseado. Algunos de los principales hábitos de higiene en el primer mes son el baño, el cambio del pañal, la limpieza de ojos y oídos... El baño diario, forma parte de la higiene diaria, aunque el bebé no se ensucia como un niño mayor, sirve para ayudar a eliminar el sudor y las células muertas de la piel, Además, es relajante y favorece el sueño. También favorece el contacto corporal. Hay muchos tipos de bañeras: de plástico, plegables... Suele ser cómodo que pueda colocarse sobre una mesa o superficie elevada para no tener que agacharse, la temperatura del agua debe estar cercana a la temperatura del cuerpo 35-37º. Es preciso asegurarse de que no quema con un termómetro o metiendo el codo. Por favor! No hace falta utilizar jabón a diario, pues reseca en exceso la piel. Sólo es necesario si está muy sucia la zona del pañal, se pueden utilizar aceites vegetales para favorecer la elasticidad de la piel.

Cambiar los pañales debe ser tantas veces como sea necesario, se pueden utilizar pañales desechables o lavables, basta con utilizar agua para limpiar la zona del pañal, aunque el bebé haya hecho popis, ni tampoco colocar excesivamente crema protectora si el bebé no tiene escoceduras. La mejor manera de prevenir las escoceduras es manteniendo la piel seca y limpia. Las toallitas húmedas comerciales son cómodas si se está fuera de casa, pero los productos que las impregnan, en ocasiones alteran la piel del bebé; ahora si la piel se enrojece, conviene dejar al bebé un par de horas sin pañal, envuelto en toallas de algodón, y si i no mejora, se puede utilizar una crema protectora a base de óxido de zinc llamada también "pastas al agua"; se deben evitar las cremas que contengan corticoides, antimicóticos y antibióticos; son frecuentes las infecciones por hongos en la zona del pañal. Con frecuencia son precedidas o acompañadas de hongos en la boca, manchitas blancas adheridas a la mucosa de la boca. Se caracteriza porque la piel está roja, sobre todo por dentro de los pliegues de la ingle y de los muslos, y se va extendiendo cada vez más. En los bordes, entre la zona roja y la piel normal, hay pequeñas manchas redondas rojas, con el borde blanquecino, en este caso siempre hay que consultar al pediatra.

Es normal que en los ojitos tengan alguna lagaña, que se puede retirar con una gasa suave empapada en agua hervida o suero fisiológico. Cuando exista secreción abundante de color amarillo o verdoso "conjuntivitis purulenta", se debe desinfectar a menudo con agua hervida, si no se resuelve espontáneamente, es necesario consultar con el pediatra jamás medicar, con recetas que le dieron a los sobrinos, nunca por ningún motivo medicar al bebé por cuenta propia. Los bebés pequeños no suelen tener lágrimas.

Los oídos de los bebés, hay que procurar que no les entre agua durante el baño, ojo no usar copitos o los bastoncillos de algodón, pues a veces se queda el algodón dentro y puede resultar difícil de extraer. Además, el bastoncillo puede empujar la cera más al fondo del conducto auditivo en vez de sacarla.

A esta edad la boca del bebé no requiere unos cuidados especiales, a veces se observa en el labio superior del bebé amamantado un pequeño callo que se desprende de vez en cuando. Es del tamaño de una lenteja grande, es normal en los bebés amamantados y desaparece más adelante, sobre todo con el uso de la cuchara.

Y bueno el primer mes del bebé una fantasía de cuidados y una sinfonía, de afectos ternura, dulzura, que marcan definitivamente el camino de la felicidad!

Con Caricias Calientitas




sábado, 13 de noviembre de 2010

LÍMITES PARA LA FELICIDAD


Todos los niños necesitan límites, dada su naturaleza. Aunque no conocen las reglas, o si las conocen aun no entienden muy bien por qué hay que cumplirlas. Poner límites a los niños es necesario para su seguridad, (cuidado con el fuego), y también para un sano desarrollo y un conocimiento del mundo en el que deberá vivir. Poner límites claros y que otro los acepte es algo muy complejo. Los mensajes a los hijos imperativamente deben inspirarse en el amor.

Decir NO con firmeza y convicción requiere que los papitos estén seguros de que realmente ellos no contradicen la norma y que sea viable para el chico, y por favor cero golpes o palmadas ni mas faltaba, por ejemplo meter los dedos en el enchufe, las situaciones violentas solo conducen a la violación de la norma. Obviamente los chicos son seductores, envolventes y hasta manipuladores, pero si encuentra una respuesta amorosa lógica, pero enérgica, con seguridad va a aprender de límites.

Es importante que los chicos asimilen que no todo se puede conseguir cuando lo quiere, además porque los chicos deben aprender a tolerar la frustración, aprender los tiempos de demora y de espera, aprender las normas de convivencia social, son las bases para toda la vida. De esta forma, se fomenta un mejor relacionamiento familiar, aportando la capacidad de resolver conflictos de forma saludable.
Por ejemplo, si el niño quiere un carrito en un almacén, y lo quiere ya, y hace un berrinche si se le dice que no, es importante remarcar que el NO, no es por falta de dinero, sino porque no puede tener todo lo que quiere, que él ya tiene otros juguetes con los que también puede disfrutar, y que se dejará la compra de carrito para otra oportunidad, por ejemplo, su cumpleaños.

Este ejemplo marca un concepto importante, en el que el NO, no es porque sí o porque yo lo digo, o porque soy la mamita. Para que un límite sea efectivo, debe tener una razón que el niño pueda entender, justificada y razonable. El límite con un perfil educativo, más que restrictivo, es el que facilitará el entendimiento del mundo, habilitando la capacidad de preguntarse y crecer. Este perfil, hace énfasis no solamente en los errores, sino que también toma en cuenta las conductas positivas del niño, reconociéndolas y estimulándolas.
Hay que tener en cuenta, que la finalidad del límite, no es el total acatamiento solamente, sino la posibilidad de aprender, la autoconciencia sobre lo realizado, y la responsabilidad por las propias acciones. El rasgo más significativo a la hora de elegir el perfil educativo para poner límites, lo constituye la habilidad explicativa de los papitos, que sean claros, concisos, amables, dulces, lógicos y por sobre todo “oportunos”. Si un niño le pega a otro, "porque él me pegó primero", se debe tener en cuenta que este niño chico aun no sabe y no conoce otra forma de reaccionar, y le parece lo más natural del mundo reaccionar de esta manera frente a otro compañero, entonces allí entra a pavonearse la paciencia y la habilidad de los papitos, en poder explicar de qué otra manera puede actuar frente a esta situación, sin culparlo por lo sucedido, pero atendiendo a que en un futuro pueda hacerlo de otra manera.

Hoy se habla mucho de la importancia de poner límites a los hijos y del valor educativo de los límites. Se desarrollan teorías pedagógicas y psicológicas para explicar las diferencias de comportamiento observadas entre jóvenes que han crecido en ambientes distintos. Estas teorías —en principio, descriptivas— llevan implícita una crítica a alguno de los agentes educativos de los niños y los jóvenes. Pero quienes las exponen en general no hablan de cómo poner límites, sin tomar en cuenta que esta pregunta puede derribar cualquier teoría. Por eso, cabe preguntarse seriamente: ¿Qué criterios prácticos deben guiar a los papitos para que los límites que pongan no crucen la línea que separa lo educativo de lo autoritario?

Don Bosco (1815-1888), sostenía que a los límites o normas hay que explicarlos cuidadosamente, el límite tiene que ser lógico y razonable, es indispensable el diálogo sereno con los chicos, en el cual se explique el sentido o la razón por la cual se debe respetar ese límite. Cuando los papitos explican a sus hijos el sentido o la razón de un límite, los están valorando como personas capaces de comprender. En cambio, si les dice: «Algún día entenderás, todavía eres muy chico», le están diciendo implícitamente que son poco inteligentes y lo único que logran con ello es generar su rebeldía a corto o largo plazo. Los niños pueden ser pequeños, pero no son irracionales. Los papitos y mamitas se quejan con frecuencia porque los hijos son rebeldes, y se olvidan de que ellos han sido primero arbitrarios y autoritarios, esto los irrita y con razón, porque menosprecia su capacidad de comprender, ofende su racionalidad humana e implica una subvaloración que seguramente los conducirá a una actitud de rebeldía.

Además de dar las razones de los límites que se fijan, hay que demostrar el afecto que se les tiene como personas. Don Bosco lo decía así: “Que los jóvenes no sólo sean amados, sino que ellos mismos se den cuenta de que son amados.” No hay que dar nunca por supuesto el amor a un hijo. Quizás para el papito el amor sea algo obvio, pero para el niño el amor abstracto suele ser algo invisible. Hay que decirle que la razón principal por la cual se le ponen límites es porque lo quieren. Si amamos de verdad a una persona, querremos que no le ocurra nada malo, incluso aunque ella misma así lo quiera. Por otra parte, al poner límites hay que fijarse de qué manera se dice «no». Nunca los gritos van a poder más que la explicación. Claro que este criterio requiere de una paciencia mayor, hasta llegar a la solución del conflicto. Muchas veces los hijos ceden ante la violencia de un grito o de una mala cara, pero con ello no se soluciona nada sino que agrava la futura rebeldía. El respeto de los límites no se basa en los gritos o en las expresiones hirientes sino en la seguridad del adulto y en la consistencia de la pauta. Si lo que dicen es verdadero, el límite se impondrá sin necesidad de la violencia de ningún tipo.

Y bueno hay que hablar como siempre del mejor maestro: El Ejemplo, la coherencia de vida del educador, hay que vivir lo que se enseña, en algún momento serán descubiertos y desacreditados y todo lo que transmiten se verá arrastrado por ese descrédito. Si los adultos, no viven de acuerdo a los límites que ponen será imposible que eduquen a los hijos en ellos. Se pueden imponer pero no trasmitir.

Resumiendo, ¿cómo poner límites? Respetando estas tres máximas: Dando el sentido o la razón del límite que se va a imponer. Aunque lleve más tiempo, los frutos no tardarán en aparecer. Demostrando el afecto por la persona. Ello relajará la tensión y hará sentir al niño que se lo valora. Siendo coherentes. Si transgredir el límite que se impuso, tarde o temprano ello es percibido y tanto papitos como el propio límite son desacreditados.

Y por último un texto que ilustra de manera sencilla los Limites de los Papitos:

“LOS LIMITES DE SER PADRES

Te di la vida, pero no puedo vivirla por ti.
Puedo enseñarte muchas cosas, pero no puedo obligarte a aprender.
Puedo dirigirte, pero no responsabilizarme por lo que haces.
Puedo instruirte en lo malo y lo bueno, pero no puedo decidir por ti.
Puedo darte amor, pero no puedo obligarte a aceptarlo.
Puedo enseñarte a compartir, pero no puedo forzarte a hacerlo.
Puedo hablarte del respeto, pero no te puedo exigir que seas respetuoso.
Puedo aconsejarte sobre las buenas amistades, pero no puedo escogértelas.
Puedo educarte acerca del sexo, pero no puedo mantenerte puro.
Puedo platicarte acerca de la vida, pero no puedo edificarte una reputación.
Puedo decirte que el licor es peligroso, pero no puedo decir no por ti.-
Puedo advertirte acerca de las drogas, pero no puedo evitar que las uses.
Puedo exhortarte a la necesidad de tener metas altas, pero no puedo alcanzarlas por ti.
Puedo enseñarte acerca de la bondad, pero no puedo obligarte a ser bondadoso.
Puedo amonestarte en cuanto al pecado, pero no puedo hacerte una persona moral.
Puedo explicarte cómo vivir, pero no puedo darte vida eterna.
Puedes estar seguro de que me esforzaré hasta el máximo por darte lo mejor de mi.. Porque te quiero!! Pero lo que hagas de tu vida, dependerá de ti. Aun cuando siempre esté junto a Ti, las decisiones las tomarás Tu.. Solo le pido a la Vida que te ilumine para que tomes las correctas.”

Con Caricias Calientitas



domingo, 7 de noviembre de 2010

CRIANZA PARA LA FELICIDAD


Desde la dulce espera hasta los seis primeros años de vida tiene lugar en el ser humano un desarrollo físico y cognitivo, que se potencia a través de la cultura. El cuidado y afecto de los papitos, mamitas, familiares, cuidadores y adultos significativos es indispensable para la supervivencia de los niños y niñas, y para desarrollar un sano ambiente que le permita adquirir y aprender habilidades para desenvolverse en su medio y por sobre todo ser Feliz!

La crianza con amor, bondad, respeto, jamás será sinónimo de “permisividad”, vale la pena hacer esta aclaración, porque se está confundiendo la crianza con amor para la felicidad con la crianza permisiva e incluso negligente.

Hay un refrán o proverbio que dice, “hay que ponerse en los zapatos ajenos para comprender”, igual con los niños, colocarse en su lugar, dejarlo jugar, mancharse, llorar y desahogarse, dejarlo correr, probar y caerse, respetarlo y hablarle con respeto, amabilidad dulzura, etc. El chico no está reñido con las normas de convivencia de la sociedad ni con los famosos “límites” que tantos pregona, está viviendo su infancia primera. Caricias calientitas defiende a capa y espada la crianza con amor y la importancia del afecto en la educación para felicidad de los niños y niñas; obviamente estos comportamientos afectuoso son objeto de críticas familiares, sociales e incluso escolares, precisamente porque aun se confunde la crianza con amor con la permisividad, y si los niños necesitan normas, limites pero con amor!

Existen dos maneras bien diferentes de “permitirles” a los hijos hacer algo: desde la comunicación, la mirada, la presencia paterna que respeta sus necesidades, su condición de niño y su personalidad; o desde la ausencia, desde la ignorancia, desde la pereza, la comodidad o la negligencia de los papitos, que simplemente “pasan” de sus hijos, no los escuchan ni los conocen, no pasan tiempo con ellos, y por tanto, tampoco los respetan, simplemente los ignoran. Es importante hacer esta distinción para incautos, la crianza con amor para la felicidad, se basa en el afecto, la mirada, la empatía, el tiempo dedicado y realmente compartido con los hijos. Educar es acompañar. Con coherencia, con criterio, con creatividad, con alegría, con cariño y con respeto por el niño pequeño.

Eso es bien diferente de la familia “permisiva” donde los niños permanecen solos una gran parte del tiempo, haciendo lo que quieren, “entretenidos” para no “molestar” al adulto; donde unas veces son regañados o reciben gritos o golpes cuando sus papitos están enojados, o de mal humor, y otras son consentidos o se les permite hacer lo que quieran siempre que “no molesten”; donde se cambian el tiempo, la presencia y la atención por regalos y objetos materiales; donde los papitos están en el bar o fumando un cigarrito mientras los niños juegan solos todas las tardes en el mismo parque; donde los niños se crían solos sin apoyo y sin sostén emocional; donde no hay coherencia ni criterio educativo; donde los papitos, ya sea por trabajo, por inconsciencia, por pereza o por falta de recursos materiales, intelectuales y emocionales, permanecen ajenos a las auténticas necesidades del niño, y este sigue siendo huérfano de mirada, contacto y atención… Más que de educación permisiva, parece más adecuado hablar en este caso de educación negligente, o incluso de no educación, simplemente abandono. El presente frente a la crianza de los niños, está contaminado por el conductismo, sin embargo, existen estudios científicos profundos, en los afectos y las emociones y en la comprensión de la primera infancia, que demuestran que el amor es el pilar fundamental en la crianza para la felicidad desde la autonomía y respeto por la diferencia.

Tampoco llegar a los extremos, simplemente es comprender la importancia que tiene la primera infancia, que es y ha sido completamente ignorada por las posturas “oficiales”, que aún hoy siguen defendiendo más que nunca como la gran victoria de la “igualdad” que propone “abandonar” las criaturas en escuelas infantiles a las 16 semanas de vida. Es darle el lugar que merece a la primera infancia, pues cada etapa se construye sobre la base de la anterior. Y si no ha sido, no importa, nunca es tarde para comenzar a respetar y a construir una relación con los hijos basada en la sinceridad, el afecto, la comunicación y la presencia, la amabilidad, el respeto.
Y ni mas faltaba que se trate de culpabilizar a las mamitas, si se culpabiliza a alguien, es en todo caso a la sociedad en su conjunto que no apoya ni prestigia a las mamitas ni a la maternidad, que está exclusivamente enfocada en la producción y no en la re-producción, que hace invisible todo lo que se sale de los circuitos de la producción y el consumo, que no invierte recursos en apoyar la primera crianza de los bebés en manos de sus propias familias, y mucho menos tiene en cuenta las necesidades afectivas de los niños pequeños.

Pareciera que implementan una teoría absurda: el niño se educará bien a sí mismo si lo dejamos solo. Los principios de la crianza con amor se basan precisamente en la defensa crucial del afecto, de la corporalidad materna para los bebés, de la importancia de la presencia maternal y paternal a lo largo de toda la infancia y la adolescencia de los hijos. Los seres humanos no son innatamente buenos ni innatamente malos, la interacción con el entorno es lo que los convierte en una cosa u otra.

El pilar fundamental de la crianza amorosa y respetuosa es la empatía con los niños, la verdadera empatía por sus necesidades y también el conocimiento de lo que realmente necesitan los bebés humanos para su desarrollo emocional. Muchos de los conceptos que promueve la crianza con amor pueden parecer raros, obsoletos o exóticos, por eso es importante asimilar menudito para que se comprenda bien algo fundamental: lo verdaderamente importante es el bienestar del hijo, hay situaciones que la crianza con amor considera básicas pero como ya se sabe, cada familia es un mundo y cada bebé una personita individual con sus gustos, apegos, emociones, etc.
La crianza respetuosa debe despojarse un poco y paulatinamente de todas las imposiciones culturales con las cuales se convive a diario, por ejemplo siempre hay algún “metido” que dice: ¿Tan grande y todavía toma pecho? Ya va siendo hora de que lo destetes. ¿Y cuándo lo vas a sacar de tu pieza? Si no lo ponen a dormir en su habitación se malacostumbra y después no lo sacan con nada. No lo cargues que se acostumbra a estar en brazos. Es mejor una palmadita a tiempo. ¡Los niños son muy manipuladores! Estas frases y otras similares nos son dichas a diario a los papitos que cometen tamaños errores con los hijos y dejan que duerman en su habitación, los cargan mucho, jamás les pegan, les permiten seguir al pecho cuando están “mayorcitos” -a propósito, ¿qué mente iluminada; dijo alguna vez cuándo son “demasiado mayorcitos” para tomar pecho? y acuden inmediatamente cada vez que los reclaman. Pues bien, a donde quiero llegar es aquí: todas esas creencias son elaboraciones culturales que van surgiendo con el tiempo casi sin que lo advirtamos, son prejuicios invasores, están por todas partes y lo común es que jamás los papitos se toman el tiempo de sentarse a pensar un poco si tienen algún sentido, si son ciertas, si contradicen el instinto y lo más importante si coinciden con la naturaleza de su hijo.

En la crianza con amor hay que apostar por el respeto. El amor no conoce “términos medios”, aunque cada uno ve el “centro” según la cantidad y calidad de los afectos que haya recibido en su propia vida. Es una forma de entender la educación infantil que ha tenido muy pocos antecedentes -escritos- en la historia de la sociedad occidental hasta hoy día. Es criar y educar desde el amor profundo, que comienza desde la dulce espera, en la importancia del continuum con el cuerpo de la mamita en los primeros meses del recién nacido, continúa con la identificación emocional en los primeros años, y sigue con la comunicación profunda toda la vida.

El amor expresado desde la dulce espera, demuestra que cuando el niño o la niña nacen, ya tienen un pasado de nueve meses amoroso, cálido. Los papitos deben ser conscientes de: las necesidades de contacto físico de sus niños, de la importancia de aceptar sus emociones sin juzgarlos y aceptando la expresión de sus sentimientos, la confianza que deben depositar en sus habilidades, la importancia de conocer sus ritmos de aprendizaje, la importancia de la motivación, la calidad y dedicación de tiempo que deben brindarles, al igual que la autonomía que deben adquirir para que resuelvan sus propios conflictos. Como quien dice: SI a la Crianza con Amor y Respeto! NO al Castigo físico y trato humillante!

Con Caricias Calientitas