Los berrinches o pataletas son comunes en los niños, ya que la primera infancia es la edad de querer que se haga lo que ellos dicen y quieren. Cuando son más pequeños y se empecinan en algo se les puede echar manos de los “sofismas de distracción”, distraerlos con otra cosa y cambiar su foco de atención para que se tranquilicen, pero conforme van creciendo se van dando cuenta que existen límites en su comportamiento y como no les gusta se ponen a hacer berrinches.
Siempre los papitos deben mantenerse firmes en sus decisiones, si un día se le dijo al pequeño, que no hiciera algo, pues al día siguiente y por siempre es No a esa situación, porque si al día siguiente se le permite, el chico puede pensar: si un día me dijeron que no y al día siguiente que si, “mejor me porto mal para que siempre me dejen hacer lo que quiera.” Esto demuestra que existe una falta de disciplina o reglas establecidas, lo cual hace que el niño trate de llevar el control de estas situaciones, pero ojo la disciplina no está asociada a los gritos, y mucho menos al maltrato, y de ninguna manera ponerlo en ridículo o humillarlo en público, sino más bien de hablarle con amor, paciencia, claridad y constancia para que entienda que cuando se le dice No es por una razón o circunstancia, que redunda en su bienestar.
Si el chico hace un berrinche o pataleta en la casa o en la calle, hay que tener presente: Primero que los papitos no se enfurezcan porque pierden el control, hay que actuar serenamente, amables y decirle que si quiere pedirle algo no lo debe hacer gritando, ni llorando, que cuando lo pida decentemente, hablan; Luego escuchar su petición y analizar rápidamente si se le puede dar gusto o no; por eso siempre se les debe dar una respuesta clara de por qué si o no.
Todos creo hemos visto casos de adultos que pasan de tranquilos a enfurecidos en segundos, y parece ser que los chicos “son expertos” en lograr estos cambios, los de dos años, son maestros; los berrinches resultan porque los chicos son incapaces de manejar la frustración, la buena noticia es que hay algunas medidas que pueden tomar los papitos para prevenir algunas de estos “sainetes”. Primero hay que conocer bien las causas u orígenes de la pataleta, y tomen atenta nota, que no es porque los chicos son desobedientes o tercos, o porque el niño es terrible; ocurren sencillamente porque los no han aprendido a aceptar la frustración, sus sentimientos de impotencia e insatisfacción, les quedan grandes y la pataleta se convierte en un vehículo para liberar esos sentimientos; ahora bien tampoco es regla que todos los chicos hagan berrinches, de pronto los chicos entre 2 y tres años, hacen intentos una vez por semana, siendo definitiva la actitud de los papitos en su primer intento, y es que cuando ya pasa a ser parte del circulo habitual para conseguir algo puede durar entre 15 y 30 minutos.
Entonces una estrategia, puede ser sacar de su alcance objetos, juegos que son de su fascinación pero que aun no es capaz de manejar; hay que estar atentos a los signos de cansancio y asegurarse de que el niño tenga suficiente descanso. Hay una situación común en los papitos, obvio no en todos, llegan a la guardería o jardín, y dicen: “por favor no lo djen dormir”, por favor a los papitos nada mas incomodo e irritable que tener sueño y que no dejen dormir! Tampoco exceder en estimulación, mejor dicho, utilizar el No lo menos posible, los sofismas de distracción actúan perefectamente como tranquilizadores de un berrinche, ojo que no se con comida, es decir si el niño hace pataleta porque no quiere la sopa, tampoco es que haya que ofrecerle un helado a cambio! Mostrarles como se hacen las cosas correctamente, con dulzura, con amabilidad, alegría y mucha naturalidad, sin llegar a explicaciones científicas.
Los chicos necesitan de un adulto tranquilo, para irse serenando, necesitan calma, amabilidad y hasta unas caricias cuando termina el berrinche y una explicación clara y corta de porque es mejor sin berrinches. En otras ocasiones se puede dejar solo al chico, previendo que queda seguro y protegido; sólo por un periodo corto de tiempo. Otras veces, ayuda simplemente abrazar dulcemente al niño enojado. Ahora que si es en público, se debe sacar al chico del circulo y llevarlo a un lugar solitario o reservado hasta que se calme un poco. Siempre la tranquilidad es la invitada especial de los papitos, y si este es un reto, pero si ellos pierden el control, el berrinche será peor. De pronto si en alguna ocasión se le graba el llanto, el berrinche y se le pone en el momento adecuado eso ayuda!
Un vez más, queda en evidencia que se educa para la felicidad con el ejemplo!
Con Caricias Calientitas
HERMOSO TEMA MUSICAL TITA ME EMOCIONO MUCHO PORQUE ES DE CORAZON LO QUE YO SIENTO Y COMO ME SIENTO,PEROQUE DIFICILES SON LOS LIMITES PARA MI UN BESO.GI
ResponderEliminarBuenísimo Tita.
ResponderEliminarel poner límites es tarea dificíl, pero no imposible, y este post es de mucha ayuda.
Quien no vivió alguna vez pataletas con los niños?
abrazos!!
Sin duda, sin berriche, el mundo sería distinto. Saludos
ResponderEliminarSigo aprendiendo mucho sobre los niños. Esos pequeños diablillos que cuando se enfandan acaban con la paciencia de los mayores.
ResponderEliminarUn beso.
ufff...qué momentos los berrinches. a veces, según el lugar, nos ponemos peor los papás...pero, no hay nada que un juego o mimo no pueda calmar.
ResponderEliminaren esos días en que estamos que ni nosotras nos aguantamos, habrá que armarse de paciencia y negociar, no??
gracias amiguita por tu cálido comentario en mi último post.
kisses