miércoles, 27 de mayo de 2015

SENSIBILIDAD PARA LA FELICIDAD

Los chicos de hoy nacen, con un mayor equilibrio entre mente y corazón. Es por ello que están más permeables a la sensibilidad. Actualmente se deshecha el matrimonio, entre sentimientos, es mas cree que la feminidad es exclusiva de los varones; y también que lo masculino tiene que ver con el hemisferio izquierdo, con los procesos de pensamiento y el lenguaje; y que lo femenino tiene que ver con la sabiduría, la intuición, y el amor. Resulta que desde bebés la espiritualidad hace a los seres humanos más cariñosos, conscientes de su comportamiento, y de cómo este afecta al mundo que los rodea. Sería fantástico que desde pequeños toda la raza humana accediera a la posibilidad de entender las Leyes del Universo, seguramente se evitaría mucho dolor y sufrimiento"

Aún desde bebés, los niños aprenden acerca de su espiritualidad innata, desde cualquier credo religioso que ejerzan sus papitos. Total todos los dogmas religiosos le apuestan a la práctica del amor y la bondad, alrededor de estos sentimientos gira su interacción con familia, vecinos, amigos. Esta es una forma de introducirlos a la “oración” o meditación, que busca unas virtudes ejemplares para vivir en la paz y el amor y que en lo posible duren toda la vida, garantizando así adultos bondadosos y felices. En la oración interreligiosa los clérigos de diferente fe religiosa crean un terreno común para el servicio comunitario, y para la cooperación entre todos, extendiéndolo a las prácticas de vida diaria.

Desde bien bebés hay que inculcar el agradecimiento, para que se convierta en
un hábito de toda la vida, dar gracias puede ser la forma de oraciones mas ennoblecedora y de paso se están generando sentimientos de aprecio y gratitud en el chico. Ahora bien, esta acción va de la mano con hacerles sentir el afecto, el cariño, la admiración, eso los hace sentirse felices, y cuando el chico así sea un bebé manifiesta incomodidad, llanto, mala carita, es solo endulzar su momento con una caricia, una palabra amorosa, una sonrisa, un gesto de cariño, así ellos van percibiendo espiritualidad bondadosa venida de sus progenitores. Y en repetidas ocasiones agradecer, ya sea a Dios, la vida, en fin, ¡gracias por este maravilloso hijo! Gracias por este rico desayuno!, Gracias porque estamos sanos! En fin millones de motivos para agradecer!

Ojal, en lo posible cuando los chicos están mas grandes hacer un ritual sencillo, cerrar los ojos, para desear que papito llegue bien, para desear que el hermanito se mejore, y así existen muchos motivos para desear, agradecer, soñar, también, respirar profundo y permitir que los chicos imiten es una forma de introducirlos a la meditación, Tómate el tiempo para una pausa apacible en meditación cada vez que lo necesites. Después de una rabieta esta acción resulta una oportunidad para tranquilizar al pequeño y aprender una lección; quizás se puede también en los chicos de tres años en adelante cuando cierran lo ojitos, hacer ejercicios de relajación, hablarle subvente de sus pies, sus rodillas, inicialmente se le pueden ir tocando con mucha sutileza las partes del cuerpo mientras se nombran.

La opción de educar espiritualmente a un niño es una tarea fascinante para los papitos o los adultos que tienen a su cargo el cuidado, y aunque no existen fórmulas sencillas para el cultivo espiritual, hay algunas orientaciones reflexivas que pueden ayudar mucho en este empeño. Al igual que el desarrollo cognoscitivo y el sexual, el desarrollo espiritual es un proceso natural que ocurre espontáneamente si el niño encuentra apoyo y circunstancias apropiadas y, por el contrario, cuando este desarrollo se suprime o se obstaculiza, se priva al pequeño del ambiente favorable para el disfrute pleno de su existencia como ser humano.

Así como está la prioridad de atender las necesidades físicas e intelectuales de los niños a medida que avanzan en su proceso de crecimiento y desarrollo, de igual manera es necesario fomentar en los hijos el desarrollo y fortalecimiento de la dimensión espiritual. Yo diría, creo que los papitos que niegan una orientación de tipo espiritual a los pequeños, están errados, es que esto es diferente al ritual, a un bautizo, a una confirmación, esta parte es razonable que la dejen a elección para cuando el chico pueda intervenir activamente con su inclinación religiosa. Si la orientación espiritual no está presente durante la primera infancia, el niño cuando la conozca la considerará extraña al proceso y tendrá el concepto de que no es indispensable, es como inducirlos en el conocimiento de si mismos, como decía Heráclito: “el que conoce lo externo es un erudito, el que se conoce a sí mismo es un sabio”, por su puesto esta afirmación aplica a los adultos también.

El espíritu de un niño es espontáneo y único. Con su inocencia, los niños pueden
recordar a los adultos una espiritualidad que es sencilla, directa e increíblemente original. Con su dulzura y ternura, los niños hacen evocar creencias y valores esenciales. La formación de la dimensión espiritual de un niño se logra por medio de una estrecha comunicación entre los papitos y éste, en la que se dan respuesta a muchas preguntas esenciales de la vida.

Los siguientes elementos son fundamentales dentro del proceso de fomentar la espiritualidad en los niños según expertos en el tema: Crear confianza con el hijo. El amor y la confianza constituyen los dos elementos fundamentales para la relación entre los papitos y los hijos. El niño necesita sentirse lo suficientemente seguro para poder explorar, puesto que la exploración en la niñez se constituye en un elemento esencial de su espiritualidad en el sentido de que cuando los niños empiezan, por ejemplo, a apreciar la naturaleza, surgen entonces las preguntas sobre quien hizo la luz del sol, por qué llueve, etcétera, escalones importantes en la formación de la dimensión espiritual. Cultivar la libertad como una cualidad característica de un hogar espiritual y debe garantizarle al niño, libre de inhibiciones, expresar ideas, hacer preguntas y manifestar dudas acerca de cuestiones espirituales. Aparece aquí el reto grande, tratar de no reprimir al hijo, pero tampoco permitirle que vague sin ninguna orientación, cultivando un espíritu de libertad que combine la orientación con la tolerancia, en una relación caracterizada por la comunicación asertiva y el respeto mutuo. Demostrar interés en la vida del hijo, para poder crear un clima espiritual en la vida del hijo es necesario invertir tiempo, cariño y aportar una gran dosis de sinceridad por parte de los papitos. El ejercicio de una auténtica capacidad de escucha es fundamental, reconociendo al niño como un interlocutor válido de acuerdo con el momento de su desarrollo.

La pregunta del millón, ¿cuándo iniciar la formación espiritual? Nunca es demasiado temprano para comenzar con la educación espiritual del niño, ni siquiera el momento en que respira por primera vez. En algunas culturas aborígenes hay rituales muy tempranos, al igual que en el Islam y otras religiones, que marcan tempranamente el comienzo de la vida espiritual del niño. Es importante tener en cuenta, que desde el nacimiento. Todos los niños son sensibles a su entorno, saben si se les carga con ternura o con los brazos tensos y mucho antes de aprender el lenguaje saben si las voces o las miradas son amistosas o amables, bruscas o indiferentes. En la formación espiritual de los niños como en todo el proceso de la crianza, el ejemplo es el mejor maestro. El Agelito de la Guarda es una excelente opción para acercar los chicos a su espiritualidad, se puede afirmar que todo lo que se haga por fortalecer el desarrollo de la dimensión espiritual de los niños, redundará en una notoria mejoría de la calidad de vida no sólo de los niños sino también de la familia, y por ende de la sociedad.

La seguridad espiritual consiste en hacer recordar lo más a menudo posible al bebé, su lugar de origen. Reiterarle varias veces al día, verbal o mentalmente: “Tu vienes de la Luz, eres un ser de Luz. Eres divino, tu esencia es Luz. Eres un niñito de Luz y Amor, tu única función en la Tierra es irradiar esta Luz y Amor, no importa lo que pasa”. Eso es porque alrededor del bebé, muchos se preocupan de asuntos materiales, hay inquietudes familiares, hay las propias angustias de los adultos y disputas, a veces. Las palabras que escuchan son acerca del pañal sucio que hay que cambiar… ¡otra vez! ¡De cuan cara es la vida, especialmente los pañales desechables! del cansancio de los adultos, el fastidio, etc. Esto perturba al recién nacido que todavía está muy conectado con su lugar de origen. Háblenle de luz, de amor, de paz en la Tierra: cuánto estábamos esperando su llegada, cuánto honramos su decisión de venir aquí, etc… En nuestras propias palabras, de corazón. Esto nos hace recordar que nosotros también somos este niñito de Luz y Amor, y que nuestra única función en la Tierra es irradiar esta Luz y Amor, no importa lo que pase. Para poder recibir como merecen a los niños y niñas del Tercer Milenio, es indispensable que los futuros papás se preparen, tomen clases, formen grupos de apoyo con terapeutas. Hay que cuidar la cualidad de la concepción, del embarazo y del parto.

Cuando nace darle una bienvenida lo mas calida, dulce, tierna, cariñosa que sea posible, está tarea a cargo de la mamita, el papito, pero si se quedan mudos de la emoción, es bueno acudir a un ser carismático, dulce que haga la bienvenida. Obviamente el tono de la voz debe ser dulce, suave, melodiosa, y mas rico aun, acariciarle cada parte de su cuerpecito, y decirle que es sano y bello, que es amor, que es felicidad, ojala este ritual de bienvenida sea mientras el recién nacido descansa de su viaje en el pecho de la madre, y hay una cosas las visitas, gracias pero es mejor esperar siquiera un mes, es que llegan alborotadas a buscar parecidos, opinar, todos quieren verle los ojos, y esto no es apropiado ni para el bebé ni la mamita.

Para concluir que bueno enrutarlos en la amistad perpetua con su angelito de la
guarda!

Con Caricias calientitas.

lunes, 18 de mayo de 2015

ENTUSIASMO PARA LA FELICIDAD

Todos los papitos quieren que sus hijos sean  entusiastas,  optimistas, felices, seguros y equilibrados emocionalmente, en últimas quieren que sus tesoros sean exitosos, afronten con decisión y autonomía cualquier dificultad o reto. Quieren fervientemente que los chicos experimenten un autentico gozo y realización, desde la primera infancia, por su puesto estimular un estilo de vida saludable y prevenir la depresión en los chicos.

El desarrollo de pensamientos y reacciones emocionales en los niños se da a partir de lo que ellos observan en los adultos que viven en su entorno inmediato, es decir, que si sus relaciones tempranas son positivas, se sentirán seguros y queridos, y más adelante crearán relaciones afirmativas y experimentarán bienestar. El ejemplo se convierte como siempre en el mejor maestro, los papitos optimistas deben trascender la alegría y la diversión, su optimismo debe ser un habito, que abarque, el pensamiento, el sentimiento y la actitud, imparajitablemente tiene que ser así, pues los chicos en la primera infancia están como “esponjas” absorbiendo todo lo ven, oyen, perciben; igualmente ellos los chicos también se equivocan en sus imitaciones porque les llegan mensajes errados.

Aunque el optimismo tiene que ver con la alegría y el buen humor, no son lo
mismo, el optimismo es un hábito de pensamiento positivo, y como hábito se adquiere a través de la rutina, la definición léxica del optimismo es: “la propensión a ver y a esperar de las cosas la parte más favorable”. Existen miles de estudios sobre como “inculcar” optimismo en los niños desde la primera infancia, vale decir que la estrategia mas eficiente y eficaz es el ejemplo, papitos que no se deprimen, son más sanos, y aquí empieza el ciclo, los chicos obviamente son más sanos, mas alegres y triunfadores, igual que sus papitos. Está comprobado que un niño que crece en un hogar poco optimista, mas bien negativo, es un chico que tiene diez veces más probabilidades de estar deprimido y de estarlo en etapas más tempranas del ciclo de la vida. El optimismo es, además de un hábito de pensamiento positivo, una cualidad de la inteligencia emocional que se puede aprender (o no), si el entorno lo favorece.

La pregunta frecuente ¿cómo enseñar a ser optimista a los chicos? Pues lo primero se ejemplo, modelo de optimismo, porque los chicos copian la forma de enfrentar situaciones “problemáticas”, es considerar que los acontecimientos positivos y agradables ocurren habitualmente y que los contratiempos son sucesos puntuales y superables en mayor o menor medida. La persona con un pensamiento habitualmente positivo, pone los medios para lograr que las cosas buenas sucedan. Hay que revisar y replantear la forma de llamar la atención a los chicos, el lenguaje siempre en positivo, los papitos optimistas siempre ven una oportunidad de aprendizaje ante cualquier dificultad de su hijo y así se lo hace ver y sentir, Ejemplo: el chico olvido su morral escolar y allí llevaba su trabajo final de sociales, el papito optimista le pregunta cómo le fue, y luego le pregunto qué pasó con el trabajo de sociales, y además lee la nota de la escuela sobre el olvido de su hijo, entonces con el chico buscan soluciones positivas, reales para que no vuelva a suceder. El papito negativo, entra en cólera, grita, regaña y castiga, lo trata de irresponsable y le vaticina un futuro “negro”, y además lo culpa por la imagen que van a tener en la escuela de la familia, por favor! Siempre hay una solución y que decir cuando los chicos se hacen pipi, ojo hay que replantear la forma de llamar la atención.

Cuando los chicos se expresen “yo no puedo, no soy capaz” hay que volcarse inmediatamente en leguaje amable positivo, convincente, enriquecedor y creativo y hacer que el chico cambie su lenguaje, y… repasar las actitudes porque esas frases él chico las asimila de su medio ambiente.

Claro que se puede apreciar cómo la respuesta positiva, optimista frente a los conflictos con los niños determina la capacidad de sacra provecho, “aprendizaje” de cómo enfrentar los problemas. Si las respuestas son negativas y pesimistas el chico sale triste, “herido”; por eso hay que junto con el pequeño con un lenguaje claro, amable, optimista, a su altura, describir concreta y temporalmente el incidente.

Utilizar palabras como "siempre", "nunca", "otra vez igual", "no cambiarás nunca", etc. cierra al niño completamente el camino del cambio. Lo que se le está comunicando es que no va a progresar y mucho menos va a resolver sus problemas.

Buscar conjuntamente con el chico aunque sea pequeño, él puede, la oportunidad
de identificar el problema, ayudarle a que revise lo sucedido sin cargas negativas, sin críticas, ayudarlo con cariño, de modo que pueda analizar los hechos y sus consecuencias. De esa manera él sentirá que los papitos están a su lado para ayudarle, no para hundirle más. Ofrecer una salida adecuada que le ayude a resolver por sí mismo la situación. La primera infancia es, eminentemente, una etapa de aprendizaje.

Es conveniente tener presente que el optimismo es mucho más que un estado de ánimo, es una actitud frente a la vida, es un hábito de pensamiento. El optimismo le permite a los chicos sentirse mejor y percibir mejor a los demás, es mas se vuelven tan hábiles que ponen los errores y las imperfecciones en el lugar que le corresponden, sin dramatismos ni juicios exagerados. Una educación así equilibrada, divertida y sana, que obviamente tiene conflictos, es una educación en la felicidad y para felicidad. Aprender en familia a sacar provecho de los conflictos, las dificultades y los problemas edifican, construyen, unos hábitos sanos de crecimiento y superación.

Por su puesto durante el periodo de gestación es vital llevar el embarazo con optimismo.


Con Caricias Calientitas

lunes, 11 de mayo de 2015

DESPEDIDAS PARA LA FELICIDAD

La muerte es  lo único seguro después de nacer, un tema esquivo, tabú, pero al fin y al cabo un tema natural, que hay que abordar con los chicos cuando parte un ser querido, y ¿Cómo hablar de algo que no se conoce, hablar de un tema que en ciertas idiosincrasias culturales se le tiene miedo, un tema que en algunas religiones se le ve como un castigo?

Algunos chicos, vivos, despiertos, curiosos pueden atiborrar a los papitos con preguntas como: ¿Qué es morirse? ¿A dónde van los muertos? ¿Verdad papito que tú nunca te vas a morir?... Incluso en la edad adulta muchos se hacen las mismas preguntas y con más prevenciones; pues bien, es difícil explicar lo inexplicable. Pero eso no quita la importancia del tema, alrededor de los cuatro años de edad, muchos niños se harán y harán a los papitos esas preguntas. Y ¿qué hacen los papitos?

La muerte es un tema delicado y hay que elegir bien las palabras dulces, francas, concretas, como elegir adecuadamente el momento oportuno, para que los chicos no se afecten tanto, la pregunta sería, ¿qué tienen que saber los chicos de la muerte? Más allá de las creencias religiosas que cada familia desea transmitir, hay verdades, compartidas por todos, que no pueden dejar de decirse. Por ejemplo: ¿Qué es morir? Morir es terminar de vivir. Las explicaciones como " se fue", " está en el cielo ", "lo perdimos" o " desapareció", no son tranquilizantes, hay que explicar claramente de lo que se trata, es momento para que la naturalidad se apropie del tema, porque vital es como se aborde la muerte en el primer momento que el chico tienen contacto con ella.

Muchos papitos tienen dificultades para hablar de la muerte con los hijos y les
ocultan la muerte para que no sufran, pues esto, en vez de ayudarles, en muchos casos les perjudica, pues les incapacita para aceptar y vivir la muerte como algo natural. Por eso a los niños hay que decirles la verdad, sin entrar en detalles, decirles que un ser querido está grave y que puede morir, en vez de tratar de ocultárselo, pues aunque se intente, ellos captan que algo está pasando y al no tener la información de lo que ocurre, la confusión y la incertidumbre pueden apoderarse de ellos.

Conviene hacerles partícipes del proceso muerte; hablarles con naturalidad, con un lenguaje sencillo amoroso y asequible a su edad. Por ningún motivo trasladar culpas como: “es que tu como no comes tu papito se enfermó”, por favor, o decirles, “esta noche viene y te hala los pies”, jamás caer o incurrir en frases temerosas, amenazantes, la muerte hay que darle un tratamiento absolutamente natural. Así como los chicos se preparan en la academia, también hay que educarles para aceptar la muerte como un hecho natural, que claro está viene acompañado de la tristeza.

Más o menos durante la primera infancia como hasta los cinco años los niños aceptan la muerte con bastante naturalidad, sienten la pérdida, pero como viven el presente, continúan su vida con normalidad, salvo que perciban mucho drama en su entorno. A partir de esta edad conviene darles explicaciones y compartir sus sentimientos, si esto no se hace así, los chicos pueden presentar situaciones en las que les asalte el miedo o la angustia. Por ejemplo, si ha fallecido una persona de cuarenta años y sus padres tienen una edad parecida, pueden vivir con la angustia el hecho de que sus papitos se van a morir pronto.

También está bien hablar con los hijos sobre qué pasa después de la muerte y esta charla se hace a la luz de las creencias familiares; la tristeza un sentimiento tan natural como cualquier otro hace presencia ante una pérdida irrecuperable y demanda protección o autoprotección. Resulta adecuado permitir y vivir esta emoción y no taparla con otras, pues cuando no se vive de manera adecuada, se puede transformar en: depresión, angustia, ansiedad...La tristeza ayuda a los chicos a entender la vida como un proceso de pérdidas permanente. Cada día se asiste a muchas “muertes”, pues cada instante muere y ya no vuelve. De ahí lo importante que resulta vivir el presente y con el ejemplo inculcarles este sano hábito de vivir el ahora. Es más si los adultos vivieran el presente, lo harían de forma más intensa y profunda, evitarían desperdiciar el tiempo en discusiones y rabietas inútiles.

Tampoco hay que engañar a los chicos diciéndoles que se muere cuando se está
viejito, eso no es cierto, hay que dejarles claro que, todo lo que nace, muere. Hasta aproximadamente los 6 años de edad, los niños no se angustian con el tema de la muerte, es más hablan con naturalidad de ella, en momentos en que se les da la noticia, ellos la reciben y es probable que sigan en sus actividad normal, la angustia la captan y absorben de los adultos, los niños necesitan saber que el cuerpo sin vida queda en el cementerio, donde están las tumbas y en un lugar está escrito el nombre, apellido, fecha de nacimiento y de fallecimiento "de la persona que murió". Allí se puede ir a recordarlos.

La muerte toca un tema complejo, universal pero particularmente religioso, muere el cuerpo, y el alma y el espíritu? Una forma de respaldar el tema, con respecto a lo que queda es hablar de los lindos momentos, recuerdos, mirar fotografías, en este momento es muy importante tocar el tema con finura, delicadeza, respeto, hablar de herencias sentimentales, como la sonrisa, la amabilidad, la alegría, y explicarles que eso nos dejó, que en ultimas vuelve a ser el ejemplo el rey de las enseñanzas.

Antes de terminar es importante señalar que cuando los niños no hacen preguntas acerca de la muerte de un ser querido, no significa que no las tengan, ellos perciben que formularlas abiertamente provocaría angustia e incomodidad en los adultos, si de esto no se habla, aparecen síntomas (físicos y psíquicos) de distinta gravedad. La verdad puede ser triste, pero ignorarla, enferma.

Con  Caricias  Calientitas

viernes, 1 de mayo de 2015

DENTANDO PARA LA FELICIDAD.

La dentición, la salida de los primeros dientes del bebé, puede resultar algo molesta para los bebés y también para sus papitos y  abuelita,  mi vecinita, muy pronto mostrará con orgullo su primer diente, y claro los papitos también estarán felices. Obviamente es un proceso doloroso, el diente rompe la encía para salir, entonces rasca, y pica, y duele.

La dentición puede comenzar a partir de los 3 meses y continuar hasta que el niño(a) cumpla los tres años. La verdad puede variar en meses, cada chico tiene su propio ritmo, mi  vecina como algunos chicos tiene 6 meses y ya quieren asomar sus primeros dientes. Cuando el bebé tenga entre 4 y 7 meses de edad, la mamita puede notar que sus primeros dientes ya dan signos de querer abrirse paso a través de las encías. Los primeros dientes en aparecer generalmente son los dos dientes frontales inferiores, después de 4 u 8 semanas, les suceden los cuatro dientes frontales superiores. Aproximadamente un mes después, aparecen los incisivos laterales inferiores.

La mayoría de los chicos tienen sus 20 dientes de leche al cumplir su tercer año,
ahora que si el chico en esta edad no tiene sus dientes completos, hay que consultar con el odonto-pediatra. En algunos casos poco frecuentes, los bebés nacen con uno o dos dientes o producen un diente durante las primeras semanas de vida. Salvo que estos dientes interfieran con la alimentación o estén demasiado sueltos como para que el bebé pueda tragarlos, generalmente no es una causa de preocupación.

Cuando a los bebés les comienzan a salir los primeros dientes, probablemente babean más y empiezan a querer morder las cosas. Mientras que en otros bebés la salida de los dientes no es un proceso doloroso, otros pueden experimentar breves períodos de irritabilidad, y algunos se muestran irritados durante varias semanas, con episodios de llanto y patrones de sueño y de alimentación irregulares. La dentición puede ser incómoda, pero si el bebé se muestra muy irritable, hay que consultar con el pediatra. Aunque las encías sensibles e hinchadas pueden provocar un pequeño aumento de la temperatura del bebé, normalmente la salida de los dientes no ocasiona fiebre alta ni diarrea. Si el bebé tiene fiebre durante la dentición, puede que se deba a otro motivo y es mejor ponerse en contacto con el pediatra.

A continuación algunos tips que aplicados con cariño, amabilidad, dulzura asepsia, hacen que el bebé que están saliendo los dientes se relaje: Limpiar frecuentemente la cara del bebé con un pañito suave para quitarle el exceso de babas y evitar que se le irrite la piel. Dar al bebé una zanahoria grande bien pelada y lavada, y previamente esté un rato en la nevera, resulta un rascador natural excelente, hay que asegurarse que la zanahoria sea lo suficientemente grande para que no atore al querer tragarlo, y que tampoco pueda romperse en pequeños fragmentos. Los aros de goma que se venden para ayudar a los bebés con la dentición también son buenos, pero hay que evitar los que contengan líquido en el interior, porque pueden romperse o perder líquido de alguna manera. Si el bebé utiliza uno de estos aros, hay que sacarlo del refrigerador antes de que se endurezca demasiado, para evitar causar más daño en las encías de su bebé, ¡ya suficientemente hinchadas!

La mamita  que derrocha dulzura y paciencia, le frota la encía a su bebé con un dedo limpio en salsa de amor y alegría, y tiene muy claro jamás colgar del cuello de su bebé un mordedor para la dentición, ya que podría quedar atrapado en algún objeto y para nada es “sano”. A mi  vecina  tampoco jamás como a todos los bebés que están en su periodo de dentición se les frota aspira sobre sus encías y mucho menos untarles alcohol.

El cuidado y la limpieza de los dientes del bebé son importantes para la salud
dental a largo plazo. A pesar de que los dientes de leche se caen las caries dentales pueden acelerar este proceso y dejar huecos en su dentadura antes de que los dientes permanentes estén listos para salir. Es posible que los dientes de leche que aún no se hayan caído se junten para intentar llenar los espacios, y como consecuencia de esto los dientes fijos saldrán torcidos o en lugares que no les corresponden. El cuidado diario dental del bebé debe comenzar antes de la salida de su primer diente, limpiando las encías del bebé diariamente con una gasa o pañito limpio y húmedo, o cepíllelas muy suavemente con un cepillo de dientes suave para bebé y agua hervida ¡sin dentífrico! Tan pronto como los primeros dientes aparezcan, hay que cepillarlos con agua.

Utilizar dentífrico en los dientes del bebé está bien una vez que el niño esté preparado para escupir el dentífrico al lavarse los dientes, lo que ocurre generalmente alrededor de los 3 años de edad. Escoger un dentífrico con flúor y utilizar solamente una pequeña cantidad o incluso menos en los niños más pequeños. No hay que dejar a los niños que se traguen la pasta de dientes o que la tome directamente del tubo, porque una sobredosis de flúor puede ser peligrosa.

Cuando todos los dientes del bebé hayan salido, hay que limpiárselos al menos dos veces al día, especialmente después de las comidas. También es importante que el niño tenga este ritual para que pueda generar el hábito de higiene dental. 

Un buen momento para comenzar a utilizar el hilo dental es cuando los dientes empiezan a estar uno al lado del otro, la mamita también puede motivar a su pequeñito para que se interese en esta rutina dejando que él o ella le observen y le imiten cada vez que usted se cepilla los dientes y utiliza el hilo dental. Otro consejo importante para prevenir las caries dentales: no dejar que el bebé se quede dormido con un biberón. La leche o el jugo pueden permanecer en su boca y provocarle caries y placa dental.

Existen canciones lindas tiernas para acompañar el aseo dental, y como siempre miremos la relación de los dientes con la felicidad, pues toda, los dientes le ayudan a mostrar sonrisas arrolladoras que solo son muestras de que es un bebé feliz! Me imagino   si ahora que no tiene dientes es sonriente como será mi hermosa vecinita estrenado sonrisas con dientes!

Con Caricias Calientitas