jueves, 29 de julio de 2010

PADRASTROS Y MADRASTRAS PARA LA FELICIDAD


La imagen de los padrastros y, sobre todo, de las madrastras, está asociada a relaciones negativas y, a menudo, invariables. Con frecuencia los niños los ven como “ladrones” del puesto que ocupan su papito o su mamita biológicos y relacionan a este nuevo personaje con una fuente de problemas y odiosas competencias. Son muchos los pequeños que se niegan a quererlos porque sienten que al mostrarles afecto traicionan a sus y por su puesto esta situación afecta desfavorablemente la felicidad e los chicos. Y si, además, la relación aparece después de la muerte de uno de sus papitos, la situación se complica aun más. La clave, aseguran los psicólogos, es ser pacientes y conceder a los niños el tiempo que necesitan para descubrir que esta nueva persona no es un nuevo papito o mamita, sino un miembro más de la familia que ayuda a formar un hogar.

Los cuentos han sido lo responsables, de presentarlo como seres malos, odiosos, regañones, que se empeñan en quitarles el cariño de su papito o mamita según sea el caso, esta imagen parece haber calado en los más pequeños generación tras generación. Es importante que el papito que tiene a su cargo la custodia se arme de paciencia, cariño y ternura para hacerles comprender con “actitud” que el nuevo personaje es un amigo jamás un enemigo. Por eso es importante que el nuevo miembro tenga buenas relaciones con el /la ex; así los chicos ven que la situación no es tan complicada. Es obvio que el nivel de facilidad o dificultad con la que el niño acepta la nueva figura del padrastro-madrastra es directamente proporcional al modo en que esta figura se introduce en su vida. Los niños tienden más a actuar que a explicar cómo se sienten y necesitan “asegurar” la atención y el cariño del papito o la mamita, a pesar de que éste tenga una nueva pareja; y como los cambio siempre generan ansiedad, hay que imaginar lo que pasa por la cabecita y el corazón de un chico que ahora se enfrenta a padrastros por partida doble, la pareja del papito y de la mamita…por esta situación es importante que el padrastro-madrastra e vaya introduciendo lentamente.

Sin embargo, a veces los padrastros asumen roles principales, ahora bien cada chico es un mundo particular, las formulas mágicas no aplican, solo el respeto, la consideración, la amabilidad, son cualidades necesarias para que el proceso resulte exitoso; la actitud que los padrastros tienen ante el niño es vital para que éste lo acepte o rechace. No es sencillo para los padrastros saber cómo comportarse porque cada niño reacciona a su manera, tampoco quiere decir, ni mas faltaba que lo padrastro se impongan “nuevas personalidades”, para nada simplemente es actuar sacando a flote sus virtudes y cualidades, manteniendo su forma de ser, es que ellos está, en desventaja frente a tradiciones, costumbres, y los recuerdos de una historia en común, y deben esperar el transcurrir del tiempo y vivencias compartidas para poder generarlas y sentirse un "miembro de pleno derecho". Incluso en el caso de un papito o una mamita que haya fallecido, siempre son parte del pasado de los hijos y éstos necesitan que se les permita tener un vínculo o recuerdos de él o ella.

La prioridad de los padrastros siempre debe estar asociada a la educación para la felicidad, por lo tanto su ejemplo debe ser impecable, para encajar óptimamente en su nuevo rol, e ir desmitificando la mala fama de los padrastros y madrastras. Actuar con naturalidad y no querer representar el papel de "papito o mamita buen”@" porque los niños ya tienen un progenitor. Asumir primero su rol de pareja y luego el de padrastro-madrastra, de carácter obligatorio es ser “Honestos” con los chicos desde el principio, jamás aprovechar su posición para desmandarse en regaños y mucho menos golpes, sé que lo que voy a decir suena crudo e increíble, pero hoy en día se conocen casos de maltrato, abuso, con menores por parte de sus padrastros y peor aun con el consentimiento del progenitor; por su puesto la felicidad queda olvidada, ojala estos casos se denuncien y claro se eviten.

También hay que decirlo, existen algunas familias, donde esté proceso se da de manera “perfecta”; otras familias que se unen tras un segundo matrimonio son tan diferentes entre sí que lo mejor que pueden hacer es apretar los dientes y hacer un enorme esfuerzo para poder pasar juntos un largo fin de semana. Construir una relación de padrastro o madrastra con chicos pequeños es bastante diferente a entablar otro tipo de relaciones, de hecho, el chico ofrece una resistencia natural, y es el adulto él que tiene la responsabilidad de ir perneando sus afecto gradualmente y con sumo respeto, los chicos aún no entienden claramente que a su papito o mamita les gusta o están enamorados de una nueva persona, que es un perfecto extraño para el pequeño. Como se dijo anteriormente, cada situación es diferente, no existen fórmulas mágicas fáciles para que el padrastro o la madrastra sean aceptados. Otros chicos les toca un padrastro o una madrastra después de la muerte de uno de sus papitos, y como en todo algunos papitos tardan años en conocer y casarse con otra persona; otros se casan casi inmediatamente.

Hoy solo padrastros y madrastras, falta tocar el tema de “hermanastros”, medios hermanos, celos, como dicen los tuyos, los míos y los nuestros, y tristemente, o desafortunadamente, los más afectados son los chicos en la primera infancia, y en la adolescencia también. Como siempre una amable invitación para que estos procesos no afecten la felicidad de los chicos, ojala llevar la fiesta en paz y alegría, y por sobre todo el respeto por los chicos y papitos ausentes.

Con Caricias Calientitas

Son miles y miles los
niños que hoy viven en familias reconstruidas, lo cual quiere decir que existen millones de padrastros y madrastras.

jueves, 22 de julio de 2010

NIETOS PARA LA FELICIDAD


La llegada de un bebé, infunde una alteración de la cotidianidad del amor, los motivos, los cuidados, aumenta los compromisos y responsabilidades, se adicionan, la crianza con amor, el acompañamiento en el crecimiento, mejor dicho múltiples tareas, dulces, a veces estresantes, pero nada de nervios todo con amor, resulta maravilloso! Falta mencionar el sueño, que debe ajustarse al horario del pequeñín, del nuevo tesoro; y si bien los papitos están a cargo de toda esta maratónica vida en función de l felicidad, tranquilidad y confianza del bebé, están los abuelitos, estrenándose en el amor sin limites, en la celebración de la vida, su continuación hecha realidad; ellos están estrenando nieto.

Los chicos necesitan de sus abuelitos, ellos consuelan, ellos comparten experiencia, juegos, cantos, remedios caseros, y siempre son un apoyo importante, en la crianza del bebé. Ojo, los abuelitos no son los responsables de la crianza, ellos son cómplices del amor, la ternura, la dulzura, sin embargo esta participación demanda una relación armónica, entre nueras, suegros, yernos, consuegros, por eso es importante que los papitos tengan claro que los abuelitos son los encargados de consentir, guardar besitos de algodón de azúcar, pero jamás son responsables de la crianza y educación; las pautas generales las dan los papitos, los abuelitos respetan los limite puestos por ellos.

Obviamente los abuelitos representan una asistencia práctica, apoyo, y una cadena de consejos útiles para cuidar a los nietos. El encuentro de los abuelitos con sus nietos es siempre enriquecedor para ambas partes. A la mayoría de los chicos, les encanta estar con sus abuelitos, por diferentes y variadas razones. Algunos porque al lado de los abuelitos no existen tantas órdenes y los limite son flexibles, ni obligaciones, otros porque pueden hacen cosas distintas con ellos, como preparar galletas juntos, comer dulces, dar paseos, ir al parque, y realizar una infinidad de actividades que hacen que ellos se sientan más libres. Algunos nietos ven a sus abuelitos como sus amigos de juego, una especie de guía, como divertidos, cariñosos, mimosos y que les gusta estar con ellos. Pero, claro, todo depende de la forma de ser de los abuelitos. Hay también los que apenas envejecen y continúan tratando a los más pequeños de una manera muy autoritaria y demasiado exigente.

Pero, por lo general, los abuelitos sienten mucho placer con sus nietos. Estar con ellos es también una forma de renovarse personalmente. Es tener más participación en la familia, y sentirse más jóvenes y actualizados. Se aprende mucho con los niños. Tristemente en algunas ocasiones la relación de los abuelitos con los papitos de sus nietos no es la mejor posible, desafortunadamente, existen conflictos cuando de reprender se trata, y como las generaciones son distintas y diferentes también son los criterios de educación, entran en discusión la experiencia de los unos contra el conocimiento moderno de los otros. Pero como ya se había dicho los abuelitos no están Los abuelos no están más para educar, ellos ya cumplieron su tarea educativa, vale decir además que sus energías se quedan rezagadas cuando se trata de correr detrás de un bebé caminador, o de un chico explorador de 5 años; ellos echan una mano de vez en cuando, y pasar un buen rato con sus nietos. Para eso, es necesario que entre los papitos y los abuelitos exista una relación tranquila, específica y verdadera, libre de celos, en la que reine el respeto a las exigencias y a los hábitos del otro.

Algunos abuelitos son considerados unos bárbaros atrasados, otros saboteadores de la disciplina paterna, otros que malogran a los niños. Sin embargo, los psicólogos, psiquiatras y hasta algunos papitos, se están dando cuenta de la importante contribución que los abuelos hacen a la vida del niño preescolar y a su desarrollo. Algo supremamente triste es que algunos papitos castigan a los abuelitos y nietos por situaciones del pasado, los unen a rencores viejos.

Está comprobado que los abuelitos juegan un papel preponderante y casi irremplazable en el desarrollo del nieto para su comprensión del mundo. Además de servir como sustitutos honorarios de padres ausentes o muy ocupados, los abuelitos generalmente son fuente constante de una medida extra de cariño, lo que representa un buen equipaje para hacer más estable el estado emocional del niño y su educación para la felicidad. Ellos sirven sin saberlo, para agrandar el horizonte del nieto, enseñándole que existen otras personas además de los papitos que también pueden hacerles agradables la vida y que también tienen conocimiento de las cosas importantes, que solo tenían sus papitos. El nieto llega a ver que existen formas similares pero no idénticas a las de sus papitos cuando pasa algún tiempo con la generación madura, y llega a darse cuenta que existe otras formas agradables de comer, salir a pasear, etc. y se dan cuenta que las variaciones sobre un tema conocido, como la rutina diaria no es unos temas azarosos, sino bien agradable.

Que los abuelitos engrandecen a sus nietos, la gran mayoría de las veces es cierto, este es un derecho. Indudablemente algunos abuelitos no son tan severos en algunos asuntos como los papitos, los abuelitos utilizan un lenguaje dulce, respetuoso, amable, claro, y ellos aclaran a sus nietos que ciertas situaciones son permitidas “solo” por los abuelitos, que con lo papitos ni riegos! Pero esta actitud tampoco se puede calificar como un saboteo a la educación paterna, hay que tener en cuenta que los abuelitos tienen mas tiempo para sus nietos, para escuchar, jugar, leer cuentos, en fin.

Los niños que se educan para la felicidad, necesitan indudablemente tiempo con calidad y los papitos lastimosamente no lo tienen, las historias que los abuelitos les cuentan sobre la vida de sus hijos, o sea, los papitos, cuando ellos también eran niños, hacen que el niño tenga un sentido de continuidad de la familia, aceptar que ellos también son humanos y así poder identificarse con ellos. El hecho de saber el niño que es apreciado por su valer y por ser miembro de una cadena, le hace sentirse más seguro tanto como individuo independiente como por ser parte de la familia. Por último estos lazos familiares se acentúan aun más ante los ojos de los niños cuando ve que sus padres acuden donde sus abuelitos por un consejo o por intercambio de ideas.

A todas las familias una amable sugerencia, dejen las peleas y rencillas atrás, compartan armónicamente con los abuelitos, trátenlos bien, porque siempre el mejor maestro es el ejemplo. Dejar a los chicos disfrutar de sus abuelitos debería ser un derecho de la infancia!

Con Caricias Calientitas.

Los abuelos ocupan un lugar muy especial en la vida de los nietos. Generalmente, luego de los padres, suelen ser las figuras más significativas para ellos.

miércoles, 14 de julio de 2010

TIEMPOS COMPARTIDOS PARA LA FELICIDAD


Los divorcios y las separaciones van en aumentado considerablemente en los últimos años. Lo que significa que muchos niños (los hijos) están ingresando en entornos para los cuales no están preparados. Y aunque se piensa que es mejor que la pareja se separe a que continúen viviendo situaciones conflictivas de convivencia, indudablemente, una separación afecta los hijos.

En todo caso, si el niño está viviendo situaciones continuas de discusiones y agresiones, que terminan en maltrato, problemas de alcoholismo o drogas, y que el ejemplo del papito y la mamita es inaceptable, lo mejor es la separación. Esta comprobado que el niño sufre mucho más en situaciones en que los papitos son infelices juntos que cuando deciden vivir separados. Los niños necesitan sentir que sus papitos son felices. Es importante considerar al tomar la decisión de separarse que se analice primero la relación con los hijos, los cambios que éstos pueden sufrir, las razones que tienen para presentar a los hijos, y sobretodo que la decisión no afecte ni comprometa a las necesidades básicas de los niños. El niño continúa necesitando de cariño, de cuidados, de atención, de apoyo, comprensión, etc...Claro que la separación también se da, antes del nacimiento, lo que conlleva al alto número de madres solteras.

Aunque separados, los papitos jamás dejan de ser “padres”; vale recordar, que los chicos tienen derechos y necesidades básicas como la alimentación, el alojamiento, el cuidado en cuanto a la salud, la educación, la vestimenta, en resumen, atenciones integrales, basadas en el afecto, el respeto, el buen ejemplo; pues los chicos sólo se sienten seguros si existe un clima de confianza, respeto, y de afecto con sus papitos. Considerando estos derechos, los papitos deben ofrecer una educación basada en valores como el optimismo, la responsabilidad y la familia, compartiendo con sus hijos una convivencia civilizada, integradora y social, observando el comportamiento de sus hijos y estando a su lado en todas las horas en las que necesiten y no solo durante las establecidas visitas, ahora que si la relación está sujeta a un horarios de visitas, pues ni modo, emprender con entusiasmo, mucho amor estos tiempos compartidos, y hay que decirlo las obligaciones económicas son fundamentales.

Por lo general los chicos “sufren” procesos traumáticos durante la separación de los papitos, pero evitar esta situación con un “engaño” seguir viviendo juntos por el hijo, puede resultar mas grave aún, y como el ejemplo es el mejor maestro, la farsa y la falta de amor influyen negativamente el evolución normal de los chicos. Es obvio que la separaciones no son buenas, mucho menos el ideal, pero sí, se hace una excelente, apropiada y oportuna diferenciación entre los roles de papitos y pareja los efectos en el contexto de los chicos se vuelve menos nocivo.

Lo adecuado, es informar a los chicos, con sumo amor, paciencia, cariño, amabilidad, dulzura, ética y estética, sobre la situación de una forma adecuada según la edad, evitar, prescindir, de hablar mal de la pareja, eso es bajo, ruin, mezquino, eso hace sentir mal a los chicos, y peor aún hay papitos que llegan a culpar a los hijo, “es que i tu no hubieras nacido”.. Ah? Y por su puesto los únicos autorizados son los papitos a dar esta triste noticia.

Hay que enfrentar la situación con la verdad, papito y mamita, son muy peleones juntos, entonces cada uno a su casita, y así todos mas felices, ojo, todo depende de la edad, es vital hacer énfasis en el cariño, incondicional para el chico; y en esta información no debe haber culpable, eso pasa! Lo mas importante es reiterar continuamente que el amor, la dulzura, las atenciones, el juego, la camaradería, la confianza siempre va estar presente, dejar muy claro que ellos, los hijos no son culpables, también es acertado no generar expectativas como, es posible que papito vuelva a la casa.

Los chicos tienen su propia idea de cada papito, es mas durante la primera infancia ellos idealizan a sus progenitores, entonces reafirmar estos conceptos es favorable para que el chico asimile y acepte la nueva vida. Los papitos procuren llevar una relación civilizada, tomar decisiones juntos con lo que tiene que ver con la educación integral y la crianza de sus hijos; que si bien hay juez de por medio, pues ser mas flexible, el único beneficiado es el hijo.

Los chicos no son “cosas”, los papitos deben evitar pelear y agredirse por la “tenencia” de los hijos, los chicos necesitan amor, seguridad, confianza, protección y ese no es el método apropiado, mi deseo es que en estos momentos los papitos se inspiren y se motiven en el amor por sus tesoros; el ejemplo en estas situaciones se vuelve aun mas trascendental, de manera que las buenos modeles, son vitales para dar un buen ejemplo, de solucionar los problemas de manera pacifica, los gritos sobran, las agresiones desentonan, lo que se necesita es que reine el respeto, hay que recordar que para los chicos sus papitos son irremplazables, por lo tanto, hay que actuar con tacto, y ética y estética.

Caricias calientitas invita a los papitos separados, que tienen tiempos compartidos con sus hijos, que conviertan esos momentos en experiencias de felicidad, armonía, respeto por el otro, a que sean padres amorosos por siempre.

Con Caricias Calientitas.

Reacción de ansiedad, e incluso angustia, durante el conflicto y tras la separación de los padres. Suelen sentir miedo.


jueves, 8 de julio de 2010

SIN MENTIRAS PARA LA FELICIDAD



Las mentiras en los niño tienen su propio significado, lo que no pasa en los adultos los pequeños, en la primera infancia creen que sus papitos, son los “sabelotodo” e incluso creen que les leen el pensamiento. Cuando mienten por primera vez los chicos, creen que los papitos guardarán el secreto, y resulta que los papitos hacen de esa mentira un acontecimiento, social y familiar, situación que inmediatamente empieza a desmoronar la perfección de los papitos; y los chicos de alguna manera se dan cuenta que la realidad es distinta a la que ellos percibían.

En los chicos de menos de 4 años, los sueños, deseos y fantasías no siempre se diferencia de la realidad objetiva. La confusión entre la realidad palpable, y los deseos que se satisfacen en su mundo imaginario, inducen la mentira infantil, y es aquí cuando los limites afectuosos, amables, deben aparecer. Ahora bien, la mentira la deben diferenciar los papitos y los adultos del imaginario del juego, en ciertos momentos, los chicos elevan su autoestima con mentiras sobre el carro del papito, estas mentiras, son ocasionales en la mayoría de los niños y no se les debe dar el valor dado a la mentira moralmente como algo a sancionar con una penitencia o castigo, sino tratar de entrever la causa que lo llevó al niño a ese accionar y aclararle que eso es una mentira y como tal no se debe repetir.

También mienten los chicos, como una estrategia para ganar beneficios y evitar oficios, tales como: lavarse los dientes, o decir que no tiene ganas de hacer chicha, para seguir jugando. Nuevamente hay que diferenciar las mentiras ocasionales de las mentiras reiteradas, ya que en este caso, están expresando algo por su medio, adquiriendo un valor particular que tiene que ver con cierta verdad histórica e interrelaciones de carácter familiar o social. Papitos y mamitas, las mentiras en los chicos llevan verdades inmersas de sumo cuidado, por ejemplo: “mami la profe dijo que yo soy el mejor”, y todo es mentira, lo que busca el chico es que le presten mas atención, que de alguna manera celebren sus logros, por eso la actitud de los papitos es vital, la honradez de la palabra debe ser limpia, sin exageraciones ni mermada, además no lo había dicho antes porque asumo está claro y entendido que el mejor maestro es el ejemplo y asuntos de mentiras, el ejemplo sigue siendo el mejor maestro.

A ciertas preguntas infantiles como, la muerte, el nacimiento de los niños, las respuestas o explicaciones que se les dan, distan la mayoría de las veces de la verdad, porque se asume que no entienden, si bien no entienden una explicación científica, técnica, larga y complicada, bobitos no son, y si se responde distorsionando la realidad no se ayuda para nada. Las preguntas de los chicos están íntimamente ligadas con sus historia de vida, y la edad de los por qué, que genera sus primeros interrogantes, de dónde vengo, por qué el abuelito se fue al cielo? Por qué mami no tiene pene? . Es una búsqueda permanente de la “verdad”, verdades que ellos aplican a las preguntas simple, por ejemplo, de dónde sacaste esa falda tan bonita? Y contesta, del closet, a lo que adulto hace una fiesta, se ríe, y el chico lo toma como una burla, en estos casos se están enviando mensajes distorsionados de la realidad, en su raciocinio el chico se confunde, y para evitar la “burla” la próxima vez, mas bien miente.

La tarea de los papitos, es un reto, trasmitir la verdad sin agredir el ímpetu curioso e imaginativo en el niño, su curiosidad por los grandes interrogantes que hacen a la humanidad y que cada uno tratará de apropiarse alguna respuesta. Los papitos normalmente están creyendo y queriendo hacer ver que la verdad es todo, pero simultáneamente involucran al niño en sus mentiras, “dile que mamita salio”, “dile a los abuelitos que fuimos a la playa”, y peor aún cuando las discusiones entre los papitos son por mentiras. Atención papitos, los chicos en la primera infancia son como esponjas, todo se lo están “pillando”. Es como vivir en una mentira, modelos de comportamiento que afectan el carácter, la personalidad, las habilidades y destrezas para la vida de los chicos.
Hay, mentiras comunes, por ejemplo lo que pasa en el jardín con su desempeño escolar, ice el viejo refrán que: “los borrachos y los niños nunca mienten”, y eso no es verdad”, los chicos mientes, especialmente cuando sabes que algo estuvo mal hecho, yo no fui, es su primera respuesta, e inculpa sin compasión al hermanito, a quien sea; y esto sucede por miedo al castigo, al regaño y en ocasiones a los golpes, mientes porque tienen pánico, y porque creen que su mentira es creíble, una vez conocí una niña de 5 años que no hizo su plana escolar, y cuando se la pidieron, dijo, “es que se me borró”, la profe llamó a su papá y ella delante de él se mantuvo diciendo, “es que se me borró”, todo por miedo físico a una fuerte golpiza, que en últimas se la dieron… Los chicos aprender a mentir para defenderse, de la agresión física, emocional, de la sanción que lo excluye familiar y socialmente.

Muchas veces las mentitas son una imitación de sus papitos, ellos oyen cuando mienten y se dan cuenta, nuevamente recalcar que los chicos aprenden mas de las acciones que de lo que oyen, la clave está en hablar con el niño, hacerle entender con situaciones comprensibles para su edad los efectos de las mentiras, para quien las dice, y las situaciones malucas y desagradables que genera una mentira, lo mal que se pueden legar a sentir los otros y que a no nos gustaría eso para nosotros; yo soy de las que piensa que las mentiras son mentiras, que no existen las mentiras piadosas o que una mentirilla, para nada la mentira es eso, una mentira.

Cuando los papitos descubren a su hijito en una mentira, lo primero es asegurarse que no tenga un motivo poderoso para decirla, en caso contrario hay que sancionar la acción y explicarle dulce, respetuosamente la importancia que tiene la honestidad en su felicidad y la de los seres que lo aman. Todos los papitos y docentes alguna vez se enfrentan a la mentira infantil, a veces inocente, y otras veces con verdadera premeditación, lo cierto es que la mentira en el niño es casi una forma normal de comunicarse en el ambiente en que cotidianamente nos desenvolvemos. Cuando se le dice a un niño "Estás mintiendo", hay que tener sumo cuidado. Mentir es decir falsedades, es engañar a través de la palabra. Un niño que miente no siempre lo hace con intención. Normalmente, en la primera infancia los niños confunden la realidad con la fantasía. De ahí que sus juegos parecen tan reales. En esas edades, cuando un niño se acerca al adulto y dice: “Por favor cómprame esta sopita de letras, que prepare en mi restaurante”, está invitando a participar de su fantasía y no está intencionalmente queriendo engañar. Este tipo de "mentira" es inocente, sin premeditación y sobre todo sin querer conseguir ningún beneficio con ello. Queda claro, entonces, que durante la primera infancia la mentira se da como parte del juego, como viviendo su fantasía en la realidad.

Resumiendo los chicos mienten por imitación, por miedo, o respondiendo a una exigencia, es cuando se le hace ver que de él se espera mucho; y entonces mientes para satisfacer las expectativas de los papitos. Sea cual fuere la causa concreta de la mentira, siempre es señal de que el niño está en apuros. El que miente es porque lo necesita. Con la mentira, el niño nos está diciendo "auxilio".
No siempre la mentira es tan grave como para preocuparse. Cuando la mentira es surgida de la fantasía, normalmente con la madurez del niño, ésta desaparece. Cuando se trata de mentira propiamente dicha, tendríamos que preocuparnos si es recurrente o si se presenta como: La mentira patológica: La famosa "mitomanía" que surge del niño que intenta persuadir y convencer a los demás de la realidad de sus relatos. Esta es la mentira que se vuelve habitual, una forma normal de reaccionar en el niño. La mentira neurótica: Surge como producto de un nivel elevado de ansiedad en el niño o del temor en general. Por ejemplo el caso del niño que habitualmente miente acusando a sus profesores de mal trato para ocultar su rechazo escolar. Hay que cerciorarse de qué tipo de mentiras se está enfrentando, pues, se corre el riesgo de una equivocación garrafal en la intervención. Siempre reaccionar con calma aunque con disciplina. Felicitar o premiar al niño que confiesa la verdad. Si se le castiga a pesar de que ha confesado, se esta motivando el hábito de mentir (la próxima vez lo hará con más cuidado para que no lo descubran...). Sólo en última instancia habrá que acudir al castigo. Impulsar un ambiente de confianza, en la que el niño se anime a contar sus travesuras y sus errores. Estar alertas. Por mucho amor a los hijos, hay que aceptar que a veces fallan, que no son perfectos e ideales como los sueñan los papitos. Lo ideal es que estas condiciones se den como prevención de la mentira en el niño; esto desde el hogar, es allí donde se crea el primer modelo de comportamiento de los chicos.

¡Animo papitos! Un gran reto los espera en la formación de la honestidad en sus adorados tesoros.

Con caricias Calientitas

En los últimos años, un grupo de investigadores se decidió a tratar de entender por qué mienten los niños.


domingo, 4 de julio de 2010

HUELLAS PARA LA FELICIDAD


Ahora que estamos incursionando en la espiritualidad de los chicos, saltan preguntas, cuándo comienza la mamita a comunicarse, a conectarse con su bebé? ¿Cómo lo hace? ¿En qué momento? Las respuestas son tan particulares y únicas como cada ser, lo importante es crear un lazo con el bebé, e ir construyendo un vínculo, ir dejando huellas de amor.

El conectarte con el bebé desde el vientre, es una forma de sembrar enlaces de amor, ternura, dulzura, e importante, es dedicarle tiempo a relacionarse con el bebé. Acariciar la “barriguita”, es una caricia que ellos los bebés perciben, les brinda seguridad, confianza y comodidad; el papito también debe participar de estas caricias pre-natales. Hablarle cantarle, dedicarle tiempo, es tan sencillo. Estas muestras de afecto están imprimiendo una huella en su formación psíquica y emocional. Resulta tierno, simpático, contarle o que esta pasando, no la noticias mundiales, pero si, Tus papitos te estamos esperando con mucho amor, ya tienes ojitos, oyes, ve, cuando llegues vamos a estar mas felices por poder abrazarte, ahora estas en tu casita de agua, los abuelitos.. Y así hablarle! Un ejercicio sencillo es escribirles pequeños cuentos, y leérselos, cantarle, ponerles música, esto durante la gestación hace que la tarea de educar para la felicidad, durante la primera infancia después del nacimiento resulte más fácil.

Después del nacimiento viene la impresión de una huella mas resistente, aparece la amabilidad, que genera en los chicos y en los bebés, experiencias de satisfacción y energía, se vuelven más cariñosos y agradables y gozan de estabilidad en su ámbito familiar, escolar y social. Varios estudios demuestran que en la edad adulta la amabilidad y la inteligencia son los rasgos más relevantes que se tienen en cuenta a la hora de buscar pareja en cualquier cultura.

El Agradecimiento, desarrolla en los niños y los bebés su actitud de reconocimiento y gratitud hacia las “bendiciones” cotidianas, empiezan a comprender el sentido del regalo, del dar y recibir, también beneficia la estabilidad mental y enriquece su crecimiento en el entorno familiar. Cuando en el medio ambiente hay ejemplo de muestras de respeto por las diferencias, actitudes, tenencias, los chicos experimentan el sentido de pertenencia, que viene de la mano, con la gratitud, la seguridad y la confianza.

Los chicos que desde la primera infancia son educados para la felicidad, hacen una interpretación mas positiva del mundo son más seguros y creen más en sí mismos. Adquieren paulatinamente un mayor control de su mente y las interpretaciones que ésta haga de la realidad son fundamentales para definir la calidad de vida percibida y alcanzar la plena felicidad. Y beneficios a futuro muchos, por ejemplo, valoran las oportunidades y hacen el esfuerzo por aprovecharas, enfrentas los problemas sin rodeos, son persistentes y responsables, se deprimen menos y tienden a ser enormemente apreciadas en sus círculos sociales debido a la empatía y energía que genera esta actitud positiva.

Si bien existen las huellas positivas, también las negativas, como rotular, etiquetear, las etiquetas limitan y perjudican el desarrollo de la identidad de los pequeños, ejemplo, "eres un niño malo e insoportable" o "los niños no lloran, pareces una niña” son expresiones que usan los adultos, cuando los pequeños reiteran sus actitudes y lo grave es que predisponen al niño a moldear su actitud para encajar en este perfil. La mejor manera de desarrollar la felicidad en la infancia es tratarles como si fuesen lo que deberían ser para convertirles en lo que potencialmente pueden ser: jamás rotular con actitudes negativas, esto es como decirle, así tienes que ser, entonces lo que pasa es que los chicos aprenden inconscientemente, así soy yo, mas bien cambiar por frases positivas, como: “eres un chico feliz” “eres juicioso y ordenado”, enlutando al chico a un pensamiento positivo sobre si mismo.

Otro detalle importante es no hacer “dramas” por todo y para todos, me refiero a los adultos, que se empiliculan y hacen una tormenta en un vaso de agua. Hay que educarlos para que le den a las cosas su justo valor, mejor diferenciarán y aprenderán a distinguir los rasgos realmente importantes de la vida. En ocasiones, se ve como hay papitos y mamitas que arman un drama porque en el pre–escolar a su chico le llamaron la tención porque mordió a otro compañerito, obviamente que no es sano que muerda, pero exageran queriendo hacer notar que el otro les pegó, que esta bien que se defienda, que no se deje, en fin, y lo importante aquí es trabajar a actitud agresiva, pedir disculpas, si al niño se le excusan estas actitudes va a crecer con la actitud de agredir para lograr lo que quiere y así no funciona el mundo.

Está comprobado, que los pequeños son un 49% más felices si consiguen sus objetivos por méritos propios. Los psicólogos utilizan el principio de Restricción de Privilegios (ordenador, móvil), para provocar la reacción de normalización por parte del niño "mimado", que aparece tras reacciones iniciales de pataleta del niño y resistencia de los papitos ante la eliminación de objetos cotidianos, muchos papitos hacen afirmaciones como, "hace mucho tiempo que no veía a mi hijo tan tranquilo." Resulta que desde bebés hasta la adolescencia, los niños sufren de manera creciente en los el “síndrome de niño insaciable", donde sus actitudes desembocan en problemas de personalidad y conducta, provocando aislamiento, marginalidad e insatisfacción personal.

Los niños desarrollan su independencia y autonomía, del entorno familiar, conforme van creciendo, esto promueve su autoestima y su confianza en sí mismos. Dejar que juegue solo o que realice algunas tareas del hogar sencillas es también una manera de educar en la igualdad. Se trata de favorecer una correcta autonomía en el niño que le haga más feliz y más seguro. También es bueno dejar que el niño esté enfadado en algunos momentos, los papitos tienden a proteger a sus hijos de cualquier sufrimiento pero esto limita su independencia y capacidad de experimentar sus sentimientos. No es malo sentirse triste a veces.

Es importante educar al niño para que desarrolle estas habilidades, esto es, aprender a controlar y regular sus emociones para resolver los problemas de manera pacífica. Esto genera tranquilidad y armonía en el carácter de los pequeños: las emociones son buenas, y los niños reaccionan de una forma física ante ellas, produciendo por elementos bioquímicos generados por el cerebro que ayudan a detectar si hay peligro, a protegernos del daño, a superar nuestros miedos, etc.

Cada edad tiene su encanto, de hay que ir promoviendo y marcando huellas indeleble de felicidad, según la etapa en que esté el pequeño, las habilidades y destrezas para la vida marcan cada edad de los pequeños, es decir que cada chico, desarrolla según su etapa de crecimiento, su conocimiento individual personal, su identidad, su autoestima que en últimas o primeras mas bien determinan en gran medida el éxito en la vida adulta.

Con caricias Calientitas

Educando así a nuestros hijos les enseñamos a ser felices en la generosidad,