sábado, 18 de febrero de 2012

BUENOS MODALES PARA LA FELICIDAD



Los niños desde chicos deben aprender cuáles son los comportamientos adecuados en diferentes ámbitos y situaciones. Todos los papitos y mamitas desean estar seguros de los buenos modales de sus hijos en su presencia o en su ausencia.

Los papitos, sienten un orgullo inmenso cuando se dice que sus hijos están

bien educados, es el reconocimiento a una ardua tarea que ellos, los

progenitores deben iniciar desde muy temprana edad. Inculcar a un

chico, buenos modales y normas de comportamiento le ayudará en el

futuro en su proceso de socialización y le permitirá adquirir valores y

actitudes imprescindibles para relacionarse con los demás. La paciencia y

el buen ejemplo como siempre son las principales estrategias pedagógicas

para conseguirlo.

Conseguir que un niño pequeño, pida siempre las cosas "por favor" o que dé las "gracias" cuando recibe algo no es fruto del azar, es más bien un efecto del buen ejemplo y el medio ambiente, detrás de este logro persiste un importante trabajo educador por parte de las familias. Pero los buenos modales no se fundamentan sólo en estos dos términos son un conjunto de actitudes que se respaldan en las famosas palabras mágicas.

El Diccionario de la Real Academia define la cortesía como: "la demostración o acto con el que se manifiesta la atención, el respeto o afecto de una persona a otra”.

Al momento de educar a los niños pequeños, siempre decimos “las enseñanzas entran por los ojos, los oídos son un mero acompañamiento”. ¿Cuántas veces le dices a tu hijo, una y otra vez “no pongas los codos en la mesa”? Te pregunto, ¿tú predicas con el ejemplo? Se nos olvida que en la edad de 0 a 6 años, en la enseñanza de algunos modos de comportamiento el ejemplo es vital.

En esta edad, la imitación y el juego son básicos para que los niños asimilen cualquier aprendizaje relacionado con su comportamiento. Sin embargo, hay niños a los que les cuesta más trabajo que a otros adquirir estos hábitos y no es porque sean menos inteligentes que otros, simplemente tiene que ver con que les cuesta más trabajo mantener la atención. En este caso, es muy importante enseñarles a observar.

A los niños hay que enseñarles cuando son pequeños y no decir “déjalo es un niño, ya aprenderá cuando sea mayor”, pues perdemos la oportunidad de sentar las bases para un sólido crecimiento.

¿Cuándo empezar?

Cuando empieza a hablar, a decir sus primeras palabras es un momento importante en la educación de tu hijo. Cuando escuchas por primera vez la palabra “papá” o “mamá” es momento de ponerse a trabajar. Aunque tu hijo no hable mucho, comienza a enseñarle a dar las “gracias” y a pedir las cosas “por favor”. Aunque no es capaz de repetirlo, debes ser consistente y te sorprenderás con los resultados.

En la medida en que tu hijo va creciendo, necesita diferentes atenciones que requieren de tu tiempo y paciencia. Algo que debes pensar es en “invertir” en tus hijos, no sólo a invertir dinero sino a “invertir” tiempo. No necesariamente implica que pases toda una tarde enseñándoles buenos modales, piensa que más vale que sea tiempo de calidad que será fundamental para el futuro.

A partir de los 2 años aproximadamente, cuando tu hijo ya tiene mayor coordinación en sus movimientos y es ‘independiente’, puedes enseñarle a tomar sus cubiertos, el vaso y a limpiarse su boquita con la servilleta. En esta etapa tendrás que recurrir a tu paciencia para insistir pero sin atosigarlo. Los resultados valen la pena.

A los 3 o 4 años tu hijo empieza a experimentar su vida social. En esta etapa ya va a la escuela, a la guardería y empieza a tener amiguitos que lo invitan a fiestas de cumpleaños, es decir, ya tiene amigos propios, no de los padres. Es en este momento cuando tu hijo comienza a poner en práctica las enseñanzas que le diste, pero ¡ojo! También empieza a aprender malos hábitos de sus compañeritos.

A esta edad tendrá cierta autonomía de comportamiento, empezará a hacer cosas cuando tú no estés presente; a veces los chicos tienen influencias nefastas, que pueden ser vecinitos más grandes, primos, o hermanos mayores, que los tratan mal, usan un vocabulario soez delante de ellos, y los presionan bajo chantaje a que se porten mal, y a que si acusan les irá peor. Es aquí cuando los papitos, maestros en la escuela, los cuidadores, tienen un papel muy importante en el reforzamiento de estas enseñanzas, y además para que no cedan a las pretensiones de chicos mayores, que llegan a ser humillantes y maltratadores.

Ahora, hay que recordarles con el buen ejemplo, los comportamientos aprendidos y enseñarle nuevos enfocados a su vida social, por ejemplo: cómo comportarse en el restaurante, en el centro comercial, en el transporte. Ahora sí: tu hijo tiene su maleta con todas las enseñanzas que le diste para desenvolverse en la sociedad de forma correcta. Con ella podrá ir a todos lados.

Tips para enseñar buenos modales:

Cada vez que haga algo incorrecto dile cómo se hace de forma correcta. Nunca lo regañes en público.

Los buenos modales se transmiten en familia, pídeles a los hermanos, abuelos y tíos que te ayuden a repetirlos. Recuerda, sé consistente.

Crea un ambiente de ayuda, colaboración y respeto en la familia. No lo critiques si se equivoca.

Anímalo, hazle ver que te gustan sus progresos y explícale por qué.

No lo agobies con reglas, encuentra el punto medio.

Explícale el motivo de tus órdenes y prohibiciones, aunque no las acepte o no las entienda. No entres en discusiones interminables.

Los buenos modales son buenos hábitos.

Buenos modales le ayudarán a tu hijo a su desarrollo social.

Sé el ejemplo.

Dile lo que sí quieres. En vez de decir “¡No grites en la casa!”, dile: “Por favor, habla más quedito”. Esto te hará estar en calma y en control; a su vez, le dará a tu hijo una instrucción que seguir.

Cuando vayas a algún lado, hazle saber cómo debe ser su comportamiento.

Enseña buenos modales jugando

En una sala de espera: Permite a tu hijo llevar una mochilita con colores, carritos, muñecos y cuadernos de iluminar, todo con lo que él quiera entretenerse en la sala de espera. Puedes jugar a ver por la ventana pajaritos, coches, etc. Así lograrás tenerlo entretenido.

En la tienda: Juega a encontrar cosas rojas, verdes o azules (el que encuentre más, gana). Cuéntale cosas sobre los alimentos que vas comprando. De esta forma no andará corriendo por los pasillos.

En la calle: Este tiempo es maravilloso para conversar con él, hacer planes para los juegos del día, cantar o contar coches por colores.

En fiestas infantiles: Planea juegos organizados que duren poco, de esta forma evitarás que los niños se aburran.

En reuniones con adultos: Busca tenerlos entretenidos con películas, libros para colorear, muñecos o cualquier cosa que los tenga alejados de la conversación de los adultos, pues siempre buscan llamar la atención.

La consistencia y paciencia son fundamentales para enseñar buenos modales. Cuando te sientas agobiada o cansada, piensa que estas “invirtiendo” en tu hijo. Además, ¿a qué mamá no le gusta que le digan que su hijo está muy bien educado?

Recuerda que todos los conocimientos que demos a nuestros hijos en materia de educación en los buenos modales, se ganarán para la vida. Muy importante: disfruta este proceso con tus hijos con paciencia y amor.

Los buenos modales pueden parecer algo tan sencillo como un conjunto de reglas sobre la conducta, pero estas pautas están muy ligadas a la educación en valores. Actitudes como el agradecimiento, el reconocimiento, el respeto, la consideración, la amabilidad o la cortesía se reflejan en una buena educación. Como afirma el sociólogo Salvador Cardús en su obra 'El desconcierto de la educación', "no se trata de enseñar normas estrictas, los modelos de comportamiento se aprenden como estilos de vida". La principal herramienta con la que cuentan los padres es el ejemplo.

"Por favor" y "gracias": la repetición es la clave para que los niños incorporen estas dos palabras a su vocabulario de forma habitual. Desde muy pequeños, hay que utilizarlas al dirigirse a ellos e insistir en que las usen para que las entiendan como una fórmula mágica para obtener sus necesidades y para agradecerlo.

Saludar: un "hola" basta en las edades más tempranas, más adelante se les puede enseñar a incluir detrás de esta fórmula el nombre de la persona que se saluda. Decir "buenos días", "buenas tardes", etc. cuando se llega a un lugar, son costumbres que se deben inculcar de manera progresiva.

Interrupciones: llamar a la puerta antes de entrar, esperar el turno para hablar y no interrumpir las conversaciones de los demás son pautas fundamentales de buenos modales. Ya sea en casa o en actos públicos, los niños deben entender que cualquier momento no es bueno para hablar y que, si es imprescindible, deben pedir permiso para hacerlo.

Cuando estén capacitados, hay que enseñarles a asearse antes de salir de casa

Orden e higiene: el aspecto externo de un niño refleja su modo de actuar. Cuando estén capacitados, hay que enseñarles a asearse antes de salir de casa y mantener la pulcritud en la medida de lo posible, no hay que olvidar que son niños. Es fundamental inculcarles la importancia del orden, tanto con sus cosas como con las pertenencias de los demás y, en este último caso, que aprendan a respetar los objetos ajenos y a no coger nunca nada que no sea de ellos sin permiso.

Con Caricias Calientitas…

Los Niños Aprenden lo que Viven Por Dorothy Law Nolte





3 comentarios:

  1. por favor y gracias palabras de poder!que placer me da escuchar cuando mis chicos las utilzan entre ellos.exelente post!besos tita!

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  2. Excelente video!!!! de quien es la cancion!!!!!

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