jueves, 25 de julio de 2013

TRAZOS PARA LA FELICIDAD

Siempre que  estamos incursionando en la espiritualidad de los chicos, saltan preguntas, cuándo comienza la mamita a comunicarse, a conectarse con su bebé? ¿Cómo lo hace? ¿En qué momento? Las respuestas son tan particulares y únicas como cada ser, lo importante es crear un lazo con el bebé, e ir construyendo un vínculo, ir dejando huellas de amor.

El conectarte con el bebé desde el vientre, es una forma de sembrar enlaces de amor, ternura, dulzura, e importante, es dedicarle tiempo a relacionarse con el bebé. Acariciar la “barriguita”, es una caricia que ellos los bebés perciben, les brinda seguridad, confianza y comodidad; el papito también debe participar de estas caricias pre-natales. Hablarle cantarle, dedicarle tiempo, es tan sencillo. Estas muestras de afecto están imprimiendo una huella en su formación psíquica y emocional. Resulta tierno, simpático, contarle o que está pasando, no la noticias mundiales, pero si, Tus papitos te estamos esperando con mucho amor, ya tienes ojitos, oyes, ve, cuando llegues vamos a estar más felices por poder abrazarte, ahora estás en tu casita de agua, los abuelitos.. Y así hablarle! Un ejercicio sencillo es escribirles pequeños cuentos, y leérselos, cantarle, ponerles música, esto durante la gestación hace que la tarea de educar para la felicidad, durante la primera infancia después del nacimiento resulte más fácil.

Después del nacimiento viene la impresión de una huella más resistente, aparece la amabilidad, que genera en los chicos y en los bebés, experiencias de satisfacción y energía, se vuelven más cariñosos y agradables y gozan de estabilidad en su ámbito familiar, escolar y social. Varios estudios demuestran que en la edad adulta la amabilidad y la inteligencia son los rasgos más relevantes que se tienen en cuenta a la hora de buscar pareja en cualquier cultura.
El Agradecimiento, desarrolla en los niños y los bebés su actitud de reconocimiento y gratitud hacia las “bendiciones” cotidianas, empiezan a comprender el sentido del regalo, del dar y recibir, también beneficia la estabilidad mental y enriquece su crecimiento en el entorno familiar. Cuando en el medio ambiente hay ejemplo de muestras de respeto por las diferencias, actitudes, tenencias, los chicos experimentan el sentido de pertenencia, que viene de la mano, con la gratitud, la seguridad y la confianza.

Los chicos que desde la primera infancia son educados para la felicidad, hacen una interpretación más positiva del mundo son más seguros y creen más en sí mismos. Adquieren paulatinamente un mayor control de su mente y las interpretaciones que ésta haga de la realidad son fundamentales para definir la calidad de vida percibida y alcanzar la plena felicidad. Y beneficios a futuro muchos, por ejemplo, valoran las oportunidades y hacen el esfuerzo por aprovecharas, enfrentas los problemas sin rodeos, son persistentes y responsables, se deprimen menos y tienden a ser enormemente apreciadas en sus círculos sociales debido a la empatía y energía que genera esta actitud positiva.

Si bien existen las huellas positivas, también las negativas, como rotular, etiquetear, las etiquetas limitan y perjudican el desarrollo de la identidad de los pequeños, ejemplo, "eres un niño malo e insoportable" o "los niños no lloran, pareces una niña” son expresiones que usan los adultos, cuando los pequeños reiteran sus actitudes y lo grave es que predisponen al niño a moldear su actitud para encajar en este perfil. La mejor manera de desarrollar la felicidad en la infancia es tratarles como si fuesen lo que deberían ser para convertirles en lo que potencialmente pueden ser: jamás rotular con actitudes negativas, esto es como decirle, así tienes que ser, entonces lo que pasa es que los chicos aprenden inconscientemente, así soy yo, mas bien cambiar por frases positivas, como: “eres un chico feliz” “eres juicioso y ordenado”, enlutando al chico a un pensamiento positivo sobre si mismo.

Otro detalle importante es no hacer “dramas” por todo y para todos, me refiero a los adultos, que se empiliculan y hacen una tormenta en un vaso de agua. Hay que educarlos para que le den a las cosas su justo valor, mejor diferenciarán y aprenderán a distinguir los rasgos realmente importantes de la vida. En ocasiones, se ve como hay papitos y mamitas que arman un drama porque en el pre–escolar a su chico le llamaron la atención porque mordió a otro compañerito, obviamente que no es sano que muerda, pero exageran queriendo hacer notar que el otro les pegó, que está bien que se defienda, que no se deje, en fin, y lo importante aquí es trabajar la actitud agresiva, pedir disculpas, si al niño se le excusan estas actitudes va a crecer con la actitud de agredir para lograr lo que quiere y así no funciona el mundo.

Está comprobado, que los pequeños son un 49% más felices si consiguen sus objetivos por méritos propios. Los psicólogos utilizan el principio de Restricción de Privilegios (ordenador, móvil), para provocar la reacción de normalización por parte del niño "mimado", que aparece tras reacciones iniciales de pataleta del niño y resistencia de los papitos ante la eliminación de objetos cotidianos, muchos papitos hacen afirmaciones como, "hace mucho tiempo que no veía a mi hijo tan tranquilo." Resulta que desde bebés hasta la adolescencia, los niños sufren de manera creciente en los el “síndrome de niño insaciable", donde sus actitudes desembocan en problemas de personalidad y conducta, provocando aislamiento, marginalidad e insatisfacción personal.

Los niños desarrollan su independencia y autonomía, del entorno familiar,
conforme van creciendo, esto promueve su autoestima y su confianza en sí mismos. Dejar que juegue solo o que realice algunas tareas del hogar sencillas es también una manera de educar en la igualdad. Se trata de favorecer una correcta autonomía en el niño que le haga más feliz y más seguro. También es bueno dejar que el niño esté enfadado en algunos momentos, los papitos tienden a proteger a sus hijos de cualquier sufrimiento pero esto limita su independencia y capacidad de experimentar sus sentimientos. No es malo sentirse triste a veces.

Es importante educar al niño para que desarrolle estas habilidades, esto es, aprender a controlar y regular sus emociones para resolver los problemas de manera pacífica. Esto genera tranquilidad y armonía en el carácter de los pequeños: las emociones son buenas, y los niños reaccionan de una forma física ante ellas, produciendo por elementos bioquímicos generados por el cerebro que ayudan a detectar si hay peligro, a protegernos del daño, a superar nuestros miedos, etc.

Cada edad tiene su encanto, hay que ir promoviendo y marcando huellas indeleble de felicidad, según la etapa en que esté el pequeño, las habilidades y destrezas para la vida marcan cada edad de los pequeños, es decir que cada chico, desarrolla según su etapa de crecimiento, su conocimiento individual personal, su identidad, su autoestima que en últimas o primeras mas bien determinan en gran medida el éxito en la vida adulta.

Con Caricias Calientitas




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