sábado, 19 de abril de 2014

TIEMPO Vs CALIDAD PARA LA FELICIDAD

Hoy los Papitos se debaten entre el tiempo y la calidad que dedican a sus hijos, algunos papitos creen que si han pasado una hora de tiempo “de calidad” con sus niños, ya es suficiente. Normalmente esta hora se pasa haciendo algo agradable: mirar la televisión, salir a comer algo, ir a mirar una película, etc. Vale decir que el tiempo se debe dedicar desde la gestación, hablarle, mimar la barriguita, ponerle música en fin.

Aunque hoy el mundo se mueve de prisa y los papitos quedan volando sin saber
qué hacer, Caricias Calientitas les hace recomendaciones para pasar tiempo con calidad durante la primera infancia. Hay que marcar la diferencia de tiempo con calidad y tiempo sin calidad; por ejemplo los papitos separados que pasan un fin de semana con sus hijos hay que asegurar que sea un tiempo divertido, sin olvidar la integralidad del pequeño, pues si asiste al jardín hay que estar pendientes de sus logros, de estimular sus recientes conocimientos, su espíritu investigativo, es decir hay que trascender la diversión. Por supuesto se le abona y reconoce el esfuerzo que hacen los padres por pasar tiempo con calidad, las limitaciones del tiempo y su conocimiento de lo que el niño necesita de los papitos, y bueno nuevamente una declaración a que quieren ser los mejores papás y mamás. Sin embargo, aparece el sentimiento de culpa, y tristemente tratan de suplirlo u opacarlo dándoles gusto en todo y así no es; esta es una manera de obrar que se conoce como “crianza culpable”. Este tiempo dedicado puede causar efectos nocivos en la relación y la confianza.

En vez de ser honestos, compensamos excesivamente y actuamos como amigos en vez de como padres. Es importante observar que esto no es exclusivo de los papás, aunque tradicionalmente éstos tienen menos tiempo para estar con sus niños. Basta decir que la crianza culpable compensa excesivamente y hace que los niños se vean como víctimas. Y esto es por el ejemplo que nuevamente recalco es el mejor maestro, entonces los chicos imitan el comportamiento y exigen y acusan a los papitos. Habrá que examinar el concepto del termino tiempo, una máxima dice: “El tiempo es lo más precioso que tenemos”. Pero como los adultos llevan vidas con tiempos llenos de precipitación, preocupaciones y actividades, a menudo se recalca la importancia de pasar “un” tiempo con calidad con los niños.

Pero en realidad y aunque suena supremamente triste, la última prioridad es la de
los hijos, cuando de tiempo con calidad se refiere, seguramente sus necesidades básicas de, comida, vestido, techo, están satisfechas, pero el afecto, la ternura, la comprensión, el juego ¿dónde quedan? Se les asegura peor aún se les promete pasar un tiempo con ellos, y en la mayoría de casos se les involucra en actividades propias de los padres y se dejan de lado sus verdaderas necesidades.

Se ven chicos desde recién nacidos en las colas de los supermercados atestados.. por favor, se les ve en los coches al lado de mesas humeantes de cigarrillo mientras los papitos y mamitas departen con sus amigos, durmiendo entre comillas con una música estridente a todo volumen…. Así habría que concluir que la calidad se fue y bien lejos. El punto es que la cantidad de tiempo es tan importante, o tal vez más importante, que el tiempo de calidad. Si bien llevar a los niños a Disneylandia está bien, esto no remplaza la buena crianza con calidad en el tiempo dedicado. 

Los papitos son los principales presentes en la vida de sus niños. Esto significa crear buenos momentos, amables, dulces, con normatividad, pero, lo que es más importante, estar presentes cuando las situaciones se tornan difíciles. Significa ser un participante activo de las luchas diarias de su hijo/a. Por ejemplo: acompañarle en su proceso de lenguaje, motricidad, leerle cuentos, canalizar sus rabietas, estimularlo, y esto demanda tiempo con paciencia, lo que lo hace tiempo con calidad; si acciones cotidianas, como lavarse lo diente, hacer pis antes de dormir, comer amenamente, pasa a un segundo plano, pues queda en evidencia que se dedica tiempo en cantidad pero carente de calidad; es que por ejemplo los papitos creen que después de ir a un parque finaliza su tiempo con calidad y el resto a quién se le encomienda?. Aquí hay que traer a la colación al feo señor dinero, que se ha ido robando el tiempo, la mayoría de los adultos se la pasan trabajando para conseguirlo y claro suplir las necesidades básicas materiales, y de paso se sacrifica el tiempo de todos y para todo, por eso es muy importante jerarquizar las prioridades, y los chicos son la principal preferencia de toda familia, y sociedad, pues la solución está ahí, es sencilla y simple: decidirse a hacer que la familia sea feliz. Cuando la felicidad de los chicos es la prelación resulta más fácil eliminar las actividades que necesitan mucho tiempo. Tan sencillo que antes de tener hijos el tiempo era todo nuestro, y con la familia cambia, pues a tomar decisiones, fáciles y difíciles, eso implica decir “no” a las personas y a las actividades que no son importantes en la calidad del tiempo dedicada a los niños. Obviamente, esto es un acto de equilibrio, pero mientras más se elige, más clara es la prioridad de dedicarles tiempo con calidad a los hijos.

En esta sociedad tan rápida, las relaciones necesitan tiempo y atención. Pasar tiempo con los niños no debe ser visto como “hacer tiempo”—no debe sentirse como un castigo. (Si éste es el caso, jugar con su hijo/a será la medicina más grande, ya que te enseñará a relajarte). Repensar la vida: un día por semana, ajustar el horario a su vida familiar, en vez de la familia a su horario. Buscar actividades que puedan hacer juntos como familia. Asegúrese de dar una atención personalizada a cada uno de sus niños. Hablar con sus hijos; saber cómo están. Hacerse solidario con lo que sienten, piensan y hacen sus hijos. Esté fácilmente disponible, incluso si está ocupado. Pasar el tiempo no quiere decir necesariamente hacer algo especial. 

Basta con que usted dé su interés y su atención, con amor, alegría, amabilidad, y si tiene demasiadas tareas que hacer en la casa, pídale a su hijo/a que le ayude. Invitar a otras personas a ayudar en las tareas de rutina facilita la conversación y la conexión. Sobre todo, cerciórese que usted no esté usando las golosinas, el dinero, los juguetes o los viajes para compensar por no estar disponible. 

Recuerde que a menudo esto es una defensa astuta para apaciguar el sentimiento
de culpa. El tiempo no programado (tiempo pasado espontáneamente y dado libremente) es un gran remedio para sanar las relaciones. Aprenda a darles tiempo a las personas en su vida. Tenga algunos días o al menos algunos momentos en los que pueda dar su tiempo libremente. No se preocupe si la ropa lavada no ha sido doblada, o si tiene miles de cosas que hacer. Ponga todo de lado y dele tiempo a sus niños. Al hacer esto les estará dando la cosa más valiosa que usted posee, tiempo con calidad.


Con Caricias Calientitas

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