La estimulación adecuada, conocida también como estimulación temprana; busca estimular al pequeño, de forma oportuna como su nombre lo indica, se trata de que sea oportuna, jamás de hacerla antes de tiempo, por ejemplo enseñar a leer al bebé recién nacido el uso del baño… pues no, cada aprendizaje tiene su momento, el objetivo es desarrollar niños con pensamientos felices, no es adelantarlos en su desarrollo natural, es proporcionarles una amplia gama de experiencias que sirvan como base para futuros pensamientos.
A pensar también se aprende, se basa en experiencias previas, entonces, mediante la estimulación se le proporcionarán situaciones que le inviten al aprendizaje de pensar. La idea es abrir canales sensoriales para que el niño adquiera mayor información del mundo que le rodea. Es sumamente importante estar al tanto de la normalidad en los etapas de evolución del niño (a) y hacerle una valoración observación focalizada, para saber por dónde empezar a ofrecerle las experiencias, dando énfasis en sus áreas de desarrollo y al mismo tiempo ir estimulando la atención, la memoria y el lenguaje.
La estimulación oportuna para el pensamiento, debe enmarcarse en dos corrientes o teorías: apoyar el desarrollo madurativo del niño (a) y que el desarrollo del pensamiento es un producto de experiencias y aprendizajes. La idea es lograr cruzar ambas conjeturas, por un lado respetando el nivel de madurez de cada chico, así como sus características personales y, por el otro, proporcionar experiencias enriquecedoras en las áreas por desarrollar.
Estudios genéticos dicen que la inteligencia está determinada en un 80% por la herencia y en un 20% por el medio ambiente, por lo tanto, lo que se puede hacer por los niños es sorprendente, los investigadores han informado a los educadores que el cerebro tiene una evolución desmedida en la primera infancia por lo tanto es el momento justo donde el aprendizaje tendrá una fuerza impresionante, de ahí la necesidad de una “Estimulación oportuna y adecuada”.
Es fundamental que los papitos, y más adelante los educadores, le brinden al niño (a) un ambiente rico para poder despertar sus energías ocultas. Con esto lograremos en un futuro niños(a) más investigadores, seguros, audaces, y capaces de ir en busca de la satisfacción de sus propias necesidades teniendo con esto aprendizajes significativos para ejercer con autonomía, lo cual quiere decir que el pensamiento tenga un sentido real para el niño (a), dejando atrás el aprendizaje mecánico y vacío, que posteriormente llevará a muchos al fracaso escolar, por ejemplo, enseñar a memorizar capitales, nombres de presidentes, identificar banderas, son aprendizajes memorísticos que para nada son adecuados y mucho menos estimulan el pensamiento creativo.
Desde antes de nacer, en el cerebro del niño comienza a presentarse la sinapsis, que consiste en las conexiones entre neuronas. Este proceso se prolonga hasta los seis o siete años, momento en el cual no se crean más circuitos. Durante éste tiempo algunos circuitos se atrofian y otros se regeneran, por esto, la misión dentro de la estimulación del pensamiento es conseguir el mayor número de conexiones para que no se pierdan. La estimulación hace que un circuito se regenere y siga funcionando y mantenga viva a la célula.
Es importante que el bebé participe en un programa de estimulación oportuna y adecuada a partir de los 3 meses, ya que antes de esto el niño se está adaptando a su nuevo mundo, su nuevo hogar, sus papitos y a su ambiente. Además durante las primeras semanas de vida la cantidad de estímulos es inmensa. Hay que dar tiempo a que el bebé se adapte para después llevarlo a una asimilación gradual de un mundo más amplio y con estímulos de mayor magnitud y diferentes entre sí.
La estimulación debe iniciarse de manera espontánea en casa, casi se puede afirmar que es inherente a la cotidianidad de su familia. Desde que el niño nace los papitos encuentran sus respuestas y aunque éstas sean de una manera automática a los estímulos exteriores, son los reflejos con los que viene dotado todo ser humano. Los reflejos van desapareciendo en la medida que el sistema nervioso vaya madurando, por lo tanto, es recomendable darle masajitos suaves al bebé, acariciarlo, hablarle con dulzura y mucho amor, por ejemplo; a la hora del baño irle nombrando las partes de su cuerpo, hacer movimientos ligeros de piernas y brazos; trabajar su sentido visual estimulando primeramente la fijación de un objeto y posteriormente el seguimiento del mismo, por ejemplo con móviles; su sentido olfativo se estimula con diferentes aromas; su sentido auditivo se estimula favoreciendo la capacidad de atención a los sonidos, lo cual es todo un proceso sin fin, pero maravilloso. Es primordial que durante el primer año, el niño (a) tengan amplias y agradables experiencias que le permitan ir conformando su mundo y su SER.
A partir del primer año, se debe extender la estimulación fuera de casa, en un lugar donde se ofrezcan objetivos claros de acuerdo al nivel de madurez del niño, o, por el contrario, seguir en la casa pero con un plan más estructurado para despertar en el bebé todo su potencial. Es un tiempo mágico en el que el bebé responde a su entorno a través de la reflexión de sus acciones y poco a poco va tomando conciencia del pensamiento y decisiones sobre cómo debe reaccionar, el bebé va recopilando información de sus experiencias y luego las revierte a la realidad. El niño es un participante activo e interactúa con su mundo. El bebé descubre las cosas examinando cómo su mundo afecta su cuerpo. Las sensaciones en su aprendizaje juegan un papel importante para el desarrollo del pensamiento, cuando el pequeño es capaz de tomar las cosas en sus manos, comienza a explorar y a entender la relación entre causa y efecto, como quien dice esta pensando. Se puede ver también cuando suelta un objeto y lo vuelve hacer repetidamente, está observando y descubriendo qué es lo que sucede, posteriormente lo lanzará desde su silla. Un bebé adquiere nuevas habilidades y destrezas para su pensamiento constantemente.
Todo el pensamiento es inseparable de la acción y depende de ella, en la acción se aprecian los procesos de adaptación, es decir, de adaptación a las relaciones que establece el niño con su medio. A través de estos intercambios y con base en la experiencia, el bebé va construyendo su pensamiento. El niño viene dotado de ciertas habilidades innatas y es responsabilidad de quienes están en su entorno lograr que esas habilidades sigan su desarrollo al máximo. La forma en que el niño procesa información tiene cambios muy fuertes durante el primer año de vida: la procesa cada vez más rápido; esto da lugar a los cambios que se suscitan en el cerebro. Los genes son los que proporcionan el potencial, pero es el medio ambiente el que determinará cuánto de ese potencial se utilizará. Por tanto la herencia y el ambiente se cruzan entre sí una vez más. El niño, desde el nacimiento hasta aproximadamente los dos años y medio, se encuentra en la etapa sensorio-motriz. Como su nombre lo dice es una etapa motora en que el niño experimenta un progreso de todo su cuerpo para lograr erguirse y caminar. También en esta etapa el niño conoce su mundo a través de los sentidos (chupando, palpando, viendo, oyendo, sintiendo, etc.).
Resulta sano que a un niño se le lea y se le ponga en contacto con las letras (lenguaje). Es más importante llenarle su mundo de cosas concretas que de abstractas, por tanto es necesario sacar los libros a la vida real, permitiéndoles que los toquen, manipule, chupen y huelan, que utilicen material que se encuentra plasmado en los libros en la vida real. Por ejemplo, si el cuento habla de una gallina y sus pollitos, ojala tener la oportunidad de que vea en vivo la gallina y los pollitos, así va estableciendo sus propias relaciones cognitivas. La gallina y los pollitos pueden ser también de peluche, de plástico con sonido, etc., así, el niño encuentra mas significado y por lo tanto tendrá mayor interés y se enriquecerá con las experiencias, partiendo siempre de experiencias para aprender, lo que se conoce como Aprendizaje del pensamiento significativo.
Un niño no sabe más por el simple hecho de leer o caminar antes que otros, un niño (a) sabrá más en relación a la estimulación que se le proporcione y al lograr despertar en él el interés por el conocimiento y la investigación. Es recomendable que se les lean cuentos todos los días y, en la medida de lo posible, de acuerdo a su edad, se debe iniciar con preguntas acerca de qué creen que sigue o de qué piensan que se tratará el cuento por el título del libro (lo que se conoce en lectura como anticipación). Es bueno seguir la lectura con el dedo ya que los niños comienzan a darse cuenta de la direccionalidad así como de que en las letras dicen algo y comienzan a darle significado a las mismas. Si bien es cierto que hay niños que a los dos años y medio ya leen algunos letreros, también lo es que se trata de una forma memorística – mecánica (como leen la mayoría de los niños (a) y adolescentes), ya que para iniciar con este aprendizaje se necesita de cierta madurez para la comprensión de aspectos arbitrarios como lo son las letras. El niño debe haber adquirido una lateralización espacial, discriminación visual, discriminación auditiva, coordinación viso-motriz y buena articulación en su lenguaje. Si todo esto anda bien junto con su aspecto emocional y la motivación que se le da al acto de leer, el niño aprenderá a pensar de manera gustosa y placentera. Así hay seguridad de que será un gran lector y, lo que es más importante, que será en el momento en que su nivel de madurez se lo permita y cuando realmente le encuentre un gusto y una utilidad.
Además si el niño (a), adquiere ese gusto natural por la lectura, será un beneficio interminable a lo largo de su vida; donde realmente se trabajó un proceso analítico, que respetó su proceso psicológico o de análisis y que puso al niño frente a la palabra o frase con un significado para él, dejando atrás signos, sonidos o letras sueltas o muertas, pues no significan nada por sí solas. A los chicos jamás hay que forzarlos a que aprendan algo antes que los demás, pues esto únicamente es por la necesidad de satisfacer el ego de los papitos. Hay que darles estímulos amorosos creativos, y armas suficientes en las que basen sus futuros pensamientos y sobre todo mucho afecto, cariño, atención; esto sí es realmente importante en su primera infancia, con esta fortaleza los niños aprenderán a pensar, es más importante formar personas felices que personas intelectualmente desarrolladas pero inadaptadas socialmente.
Adelante con estos niños y niñas, que de acuerdo a la estimulación y apoyo recibido, serán individuos exitosos y felices. El aprendizaje del pensamiento no se limita a los niños y niñas de determinada edad ni depende de la existencia de un ámbito escolar estructurado. De hecho, los bebés aprenden rápidamente desde su nacimiento. Crecen y aprenden más cuando reciben afecto, atención y estímulos además de una buena alimentación y atención de la salud adecuada. Las inversiones en el desarrollo de los niños mediante actividades de aprendizaje en la primera infancia y de preparación para la escuela, así como en las actividades relacionadas con su salud y alimentación, aumentan las probabilidades de que terminen la escuela primaria.
Hay que alentar a los niños a que jueguen e investiguen, a que aprendan y avancen en su desarrollo social como emocional, físico e intelectual. No se debe subestimar la importancia que tiene el juego en el desarrollo cognoscitivo. El juego cumple una función primordial con respecto al aprendizaje del pensamiento infantil, independientemente de su contenido real. El proceso del juego es una experiencia de aprendizaje poderosa en el pensamiento y multifacética. El juego infantil implica la exploración, la experimentación con el lenguaje, el conocimiento y el desarrollo de las aptitudes sociales.
Los niños aprenden a comportarse imitando la conducta de quienes les rodean. Por eso los papitos, maestros y otras personas que cuidan los niños deben contar con los conocimientos y las aptitudes necesarias para brindarles en la primera infancia los mejores ámbitos de aprendizaje y de interacción; ser capaces de reconocer los síntomas y señales que indican deficiencias en el crecimiento y desarrollo de los niños y niñas. En el pensamiento infantil funciona mejor la habilidad de reconocer que la de recordar. El recordar es necesario para el procesamiento y uso de la información. La memoria está influida por la motivación de destreza, las estrategias de estudio, el conocimiento general y las interacciones sociales. Según Piaget, el niño está en la etapa pre-operacional. Debido al recuerdo, el pensamiento no se limita a los hechos del entorno, pero el niño aún no puede pensar en forma lógica. La función simbólica aparece y se demuestra en la imitación, el juego y lenguaje simbólico, que le permite al niño representar mentalmente a las personas, objetos y sucesos.
Caricias Calientitas invitan a todos los papitos y adultos a que estimulen pensamientos felices, amables, autónomos, responsables, el pensamiento infantil es influenciable y se nutre de estímulos.
Con Caricias Calientitas
El Día del Niño o Día Universal del Niño es un día consagrado a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo...
A pensar también se aprende, se basa en experiencias previas, entonces, mediante la estimulación se le proporcionarán situaciones que le inviten al aprendizaje de pensar. La idea es abrir canales sensoriales para que el niño adquiera mayor información del mundo que le rodea. Es sumamente importante estar al tanto de la normalidad en los etapas de evolución del niño (a) y hacerle una valoración observación focalizada, para saber por dónde empezar a ofrecerle las experiencias, dando énfasis en sus áreas de desarrollo y al mismo tiempo ir estimulando la atención, la memoria y el lenguaje.
La estimulación oportuna para el pensamiento, debe enmarcarse en dos corrientes o teorías: apoyar el desarrollo madurativo del niño (a) y que el desarrollo del pensamiento es un producto de experiencias y aprendizajes. La idea es lograr cruzar ambas conjeturas, por un lado respetando el nivel de madurez de cada chico, así como sus características personales y, por el otro, proporcionar experiencias enriquecedoras en las áreas por desarrollar.
Estudios genéticos dicen que la inteligencia está determinada en un 80% por la herencia y en un 20% por el medio ambiente, por lo tanto, lo que se puede hacer por los niños es sorprendente, los investigadores han informado a los educadores que el cerebro tiene una evolución desmedida en la primera infancia por lo tanto es el momento justo donde el aprendizaje tendrá una fuerza impresionante, de ahí la necesidad de una “Estimulación oportuna y adecuada”.
Es fundamental que los papitos, y más adelante los educadores, le brinden al niño (a) un ambiente rico para poder despertar sus energías ocultas. Con esto lograremos en un futuro niños(a) más investigadores, seguros, audaces, y capaces de ir en busca de la satisfacción de sus propias necesidades teniendo con esto aprendizajes significativos para ejercer con autonomía, lo cual quiere decir que el pensamiento tenga un sentido real para el niño (a), dejando atrás el aprendizaje mecánico y vacío, que posteriormente llevará a muchos al fracaso escolar, por ejemplo, enseñar a memorizar capitales, nombres de presidentes, identificar banderas, son aprendizajes memorísticos que para nada son adecuados y mucho menos estimulan el pensamiento creativo.
Desde antes de nacer, en el cerebro del niño comienza a presentarse la sinapsis, que consiste en las conexiones entre neuronas. Este proceso se prolonga hasta los seis o siete años, momento en el cual no se crean más circuitos. Durante éste tiempo algunos circuitos se atrofian y otros se regeneran, por esto, la misión dentro de la estimulación del pensamiento es conseguir el mayor número de conexiones para que no se pierdan. La estimulación hace que un circuito se regenere y siga funcionando y mantenga viva a la célula.
Es importante que el bebé participe en un programa de estimulación oportuna y adecuada a partir de los 3 meses, ya que antes de esto el niño se está adaptando a su nuevo mundo, su nuevo hogar, sus papitos y a su ambiente. Además durante las primeras semanas de vida la cantidad de estímulos es inmensa. Hay que dar tiempo a que el bebé se adapte para después llevarlo a una asimilación gradual de un mundo más amplio y con estímulos de mayor magnitud y diferentes entre sí.
La estimulación debe iniciarse de manera espontánea en casa, casi se puede afirmar que es inherente a la cotidianidad de su familia. Desde que el niño nace los papitos encuentran sus respuestas y aunque éstas sean de una manera automática a los estímulos exteriores, son los reflejos con los que viene dotado todo ser humano. Los reflejos van desapareciendo en la medida que el sistema nervioso vaya madurando, por lo tanto, es recomendable darle masajitos suaves al bebé, acariciarlo, hablarle con dulzura y mucho amor, por ejemplo; a la hora del baño irle nombrando las partes de su cuerpo, hacer movimientos ligeros de piernas y brazos; trabajar su sentido visual estimulando primeramente la fijación de un objeto y posteriormente el seguimiento del mismo, por ejemplo con móviles; su sentido olfativo se estimula con diferentes aromas; su sentido auditivo se estimula favoreciendo la capacidad de atención a los sonidos, lo cual es todo un proceso sin fin, pero maravilloso. Es primordial que durante el primer año, el niño (a) tengan amplias y agradables experiencias que le permitan ir conformando su mundo y su SER.
A partir del primer año, se debe extender la estimulación fuera de casa, en un lugar donde se ofrezcan objetivos claros de acuerdo al nivel de madurez del niño, o, por el contrario, seguir en la casa pero con un plan más estructurado para despertar en el bebé todo su potencial. Es un tiempo mágico en el que el bebé responde a su entorno a través de la reflexión de sus acciones y poco a poco va tomando conciencia del pensamiento y decisiones sobre cómo debe reaccionar, el bebé va recopilando información de sus experiencias y luego las revierte a la realidad. El niño es un participante activo e interactúa con su mundo. El bebé descubre las cosas examinando cómo su mundo afecta su cuerpo. Las sensaciones en su aprendizaje juegan un papel importante para el desarrollo del pensamiento, cuando el pequeño es capaz de tomar las cosas en sus manos, comienza a explorar y a entender la relación entre causa y efecto, como quien dice esta pensando. Se puede ver también cuando suelta un objeto y lo vuelve hacer repetidamente, está observando y descubriendo qué es lo que sucede, posteriormente lo lanzará desde su silla. Un bebé adquiere nuevas habilidades y destrezas para su pensamiento constantemente.
Todo el pensamiento es inseparable de la acción y depende de ella, en la acción se aprecian los procesos de adaptación, es decir, de adaptación a las relaciones que establece el niño con su medio. A través de estos intercambios y con base en la experiencia, el bebé va construyendo su pensamiento. El niño viene dotado de ciertas habilidades innatas y es responsabilidad de quienes están en su entorno lograr que esas habilidades sigan su desarrollo al máximo. La forma en que el niño procesa información tiene cambios muy fuertes durante el primer año de vida: la procesa cada vez más rápido; esto da lugar a los cambios que se suscitan en el cerebro. Los genes son los que proporcionan el potencial, pero es el medio ambiente el que determinará cuánto de ese potencial se utilizará. Por tanto la herencia y el ambiente se cruzan entre sí una vez más. El niño, desde el nacimiento hasta aproximadamente los dos años y medio, se encuentra en la etapa sensorio-motriz. Como su nombre lo dice es una etapa motora en que el niño experimenta un progreso de todo su cuerpo para lograr erguirse y caminar. También en esta etapa el niño conoce su mundo a través de los sentidos (chupando, palpando, viendo, oyendo, sintiendo, etc.).
Resulta sano que a un niño se le lea y se le ponga en contacto con las letras (lenguaje). Es más importante llenarle su mundo de cosas concretas que de abstractas, por tanto es necesario sacar los libros a la vida real, permitiéndoles que los toquen, manipule, chupen y huelan, que utilicen material que se encuentra plasmado en los libros en la vida real. Por ejemplo, si el cuento habla de una gallina y sus pollitos, ojala tener la oportunidad de que vea en vivo la gallina y los pollitos, así va estableciendo sus propias relaciones cognitivas. La gallina y los pollitos pueden ser también de peluche, de plástico con sonido, etc., así, el niño encuentra mas significado y por lo tanto tendrá mayor interés y se enriquecerá con las experiencias, partiendo siempre de experiencias para aprender, lo que se conoce como Aprendizaje del pensamiento significativo.
Un niño no sabe más por el simple hecho de leer o caminar antes que otros, un niño (a) sabrá más en relación a la estimulación que se le proporcione y al lograr despertar en él el interés por el conocimiento y la investigación. Es recomendable que se les lean cuentos todos los días y, en la medida de lo posible, de acuerdo a su edad, se debe iniciar con preguntas acerca de qué creen que sigue o de qué piensan que se tratará el cuento por el título del libro (lo que se conoce en lectura como anticipación). Es bueno seguir la lectura con el dedo ya que los niños comienzan a darse cuenta de la direccionalidad así como de que en las letras dicen algo y comienzan a darle significado a las mismas. Si bien es cierto que hay niños que a los dos años y medio ya leen algunos letreros, también lo es que se trata de una forma memorística – mecánica (como leen la mayoría de los niños (a) y adolescentes), ya que para iniciar con este aprendizaje se necesita de cierta madurez para la comprensión de aspectos arbitrarios como lo son las letras. El niño debe haber adquirido una lateralización espacial, discriminación visual, discriminación auditiva, coordinación viso-motriz y buena articulación en su lenguaje. Si todo esto anda bien junto con su aspecto emocional y la motivación que se le da al acto de leer, el niño aprenderá a pensar de manera gustosa y placentera. Así hay seguridad de que será un gran lector y, lo que es más importante, que será en el momento en que su nivel de madurez se lo permita y cuando realmente le encuentre un gusto y una utilidad.
Además si el niño (a), adquiere ese gusto natural por la lectura, será un beneficio interminable a lo largo de su vida; donde realmente se trabajó un proceso analítico, que respetó su proceso psicológico o de análisis y que puso al niño frente a la palabra o frase con un significado para él, dejando atrás signos, sonidos o letras sueltas o muertas, pues no significan nada por sí solas. A los chicos jamás hay que forzarlos a que aprendan algo antes que los demás, pues esto únicamente es por la necesidad de satisfacer el ego de los papitos. Hay que darles estímulos amorosos creativos, y armas suficientes en las que basen sus futuros pensamientos y sobre todo mucho afecto, cariño, atención; esto sí es realmente importante en su primera infancia, con esta fortaleza los niños aprenderán a pensar, es más importante formar personas felices que personas intelectualmente desarrolladas pero inadaptadas socialmente.
Adelante con estos niños y niñas, que de acuerdo a la estimulación y apoyo recibido, serán individuos exitosos y felices. El aprendizaje del pensamiento no se limita a los niños y niñas de determinada edad ni depende de la existencia de un ámbito escolar estructurado. De hecho, los bebés aprenden rápidamente desde su nacimiento. Crecen y aprenden más cuando reciben afecto, atención y estímulos además de una buena alimentación y atención de la salud adecuada. Las inversiones en el desarrollo de los niños mediante actividades de aprendizaje en la primera infancia y de preparación para la escuela, así como en las actividades relacionadas con su salud y alimentación, aumentan las probabilidades de que terminen la escuela primaria.
Hay que alentar a los niños a que jueguen e investiguen, a que aprendan y avancen en su desarrollo social como emocional, físico e intelectual. No se debe subestimar la importancia que tiene el juego en el desarrollo cognoscitivo. El juego cumple una función primordial con respecto al aprendizaje del pensamiento infantil, independientemente de su contenido real. El proceso del juego es una experiencia de aprendizaje poderosa en el pensamiento y multifacética. El juego infantil implica la exploración, la experimentación con el lenguaje, el conocimiento y el desarrollo de las aptitudes sociales.
Los niños aprenden a comportarse imitando la conducta de quienes les rodean. Por eso los papitos, maestros y otras personas que cuidan los niños deben contar con los conocimientos y las aptitudes necesarias para brindarles en la primera infancia los mejores ámbitos de aprendizaje y de interacción; ser capaces de reconocer los síntomas y señales que indican deficiencias en el crecimiento y desarrollo de los niños y niñas. En el pensamiento infantil funciona mejor la habilidad de reconocer que la de recordar. El recordar es necesario para el procesamiento y uso de la información. La memoria está influida por la motivación de destreza, las estrategias de estudio, el conocimiento general y las interacciones sociales. Según Piaget, el niño está en la etapa pre-operacional. Debido al recuerdo, el pensamiento no se limita a los hechos del entorno, pero el niño aún no puede pensar en forma lógica. La función simbólica aparece y se demuestra en la imitación, el juego y lenguaje simbólico, que le permite al niño representar mentalmente a las personas, objetos y sucesos.
Caricias Calientitas invitan a todos los papitos y adultos a que estimulen pensamientos felices, amables, autónomos, responsables, el pensamiento infantil es influenciable y se nutre de estímulos.
Con Caricias Calientitas
El Día del Niño o Día Universal del Niño es un día consagrado a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo...
Se ha escapado un corazón y dicen que está en el Cielo del Mar Caribe, la Reina del Mar lo bajó para ponerle color y felicidad a todos los que la lean!
ResponderEliminarMuchos corazones se están llenando de alegría!
Buen Fin de Semana Tita!