viernes, 7 de mayo de 2010

IDIOMAS PARA LA FELICIDAD

Hasta hace poco, se fomentaba el empleo de un solo idioma, cualquiera que fuera, la lengua materna, y, por otra parte, cuando se escuchaba otro idioma diferente al local, eran objeto de admiración y curiosidad. Los idiomas extranjeros, inglés, francés, alemán, portugués, se aprendían en la escuela, pero poco se podían practicar. Pero hoy en día este panorama ha cambiado rápidamente en los últimos años y hasta meses. Hoy vivimos en un mundo en que se hablan múltiples lenguas y cada vez con mayor frecuencia algunos idiomas se han ido universalizando, el inglés y otros idiomas se imponen y se ve la necesidad de introducirlos a edad cada vez más temprana, de forma que los chicos hablen y dominen varios idiomas.

Nuevamente el ejemplo se roba el papel de maestro principal, ante esta situación, muchos papitos se preguntan si es realmente conveniente educar a su pequeño, en un medio donde se vea expuesto a muchas lenguas desde temprana edad, o si es mejor mantener una sola lengua para que "no se arme lío". Hoy Caricias Calientitas tiene el propósito de orientar a los papitos que se encuentran ante esta disyuntiva y asesorarles sobre el efecto que tiene en los niños estar expuestos a varios idiomas.

Sobre todo, hay que decir que según los estudios realizados, en ningún momento escuchar y hablar varias lenguas a la vez ha perjudicado negativamente la personalidad del niño. Entre los niños bilingües, por ejemplo, el número de trastornos de personalidad no es superior al que se da en los niños con una sola lengua. Al contrario, el niño sale beneficiado, porque aprende nuevos modelos de comportamiento y costumbres, y eso le ayuda a no ser intransigente en el futuro. Pero eso sí, una reflexión: en un caso sí puede ser perjudicial para la psicología del niño; cuando los padres se esfuerzan por suprimir o desprestigiar una determinada lengua ante el niño, sobre todo cuando esa lengua o esa cultura es la propia de uno de los papitos. Así, por ejemplo, si uno de los papitos habla árabe, resultaría perjudicial intentar hablar en casa castellano y suprimir totalmente el idioma y las costumbres del padre. Esto solo crearía en el niño sentimientos de frustración y contrariedad, porque se está negando una parte de sí mismo. Por el contrario, fomentar en el niño varias lenguas y culturas supondrá para él un verdadero enriquecimiento personal y cultural.

Por lo tanto, es fundamental, tanto en el ambiente familiar como en el escolar, no forzar al niño a abandonar una lengua. Y bueno la pregunta del millón, ¿cuántos idiomas puede aprender un niño? Algunos papitos, sobre todo aquellos que se encuentran ya en zonas bilingües, se preguntan si no será excesivo exponer a su hijo no a dos sino a tres o más idiomas. Por ejemplo, al aprendizaje de castellano e ingles, se le añade el de francés y hasta alemán. ¿Es contraproducente? Vuelven y e preguntan los papitos. Pues no, los papitos no tienen por qué preocuparse de que resulte excesivo para sus hijos aprender un tercer o cuarto idioma. Al contrario, a menudo se ha observado que los niños que manejan varios idiomas tienen una actitud positiva y confiada respecto al aprendizaje de varios idiomas. En realidad, el haber aprendido uno o dos idiomas les ha demostrado que no debería costarles aprender un tercero o un cuarto. El estar en contacto con varios idiomas fomenta en los niños un interés por los idiomas en general y les facilita el aprendizaje de idiomas nuevos.

Eso sí, la introducción de nuevos idiomas en el niño no ha de hacerse como una ardua tarea escolar, sino sumergiendo al niño en un ambiente agradable en el que se emplee ese idioma. La mejor forma de promover la adquisición de un nuevo idioma es que el niño tenga experiencias gratas con personas amables en entornos agradables, donde el aprendizaje sea espontáneo e inconsciente. Por otra parte, los papitos no han de olvidar nunca lo importante que es mantener y fomentar el idioma que se habla en casa. De hecho, estudios realizados recientemente han demostrado que cuando el niño progresa en un idioma, eso trae emparejado progreso en ambos idiomas. Este punto es muy importante, porque da la seguridad a los niños de expresarse con facilidad, lejos de ser perjudicial, eso contribuye al aprendizaje de un segundo idioma fuera de casa.

¿Y la escritura? Evidentemente, en el niño predominará la escritura y la ortografía impartida en el colegio. Pero los papitos no deberían aceptar pasivamente esta situación. La ortografía del idioma que no se enseña en la escuela, como el caso del idioma que tan solo se habla en casa, no es menos importante. Por eso, los papitos pueden desarrollar con sus hijos actividades divertidas para desarrollar en casa la escritura del idioma desfavorecido. Si la actividad es divertida, tanto mejor.
Algunas sugerencias: Poner alfabetos magnéticos en la nevera, para que se entretengan mientras las mamitas hacen otras actividades. El juego de "la búsqueda del tesoro", en el que los niños esconden algún utensilio y solo podrán encontrarlo si siguen las instrucciones escritas que les den en otro idioma, leerle cuentos en otro idioma.

Uno de los factores más importantes para que los chicos desde la primera infancia aprendan a expresarse en varios idiomas sin contradicciones ni fallas es la actitud de los papitos. Si el aprendizaje de varios idiomas causa angustia a los papitos, porque no saben cómo sus hijos se van a desenvolver, esa angustia se va a transmitir a los hijos. Y este sentimiento no le ayudará para nada. En general, la experiencia ha demostrado que los niños, cuando están expuestos a varios idiomas, los aprenden con una rapidez sorprendente. Por eso, cuanto menos expresen su preocupación los papitos por este tema, mejor. Lo mejor que los papitos pueden hacer es promover las situaciones en las que los hijos tengan que hablar en un determinado idioma, y que ocurra en un entorno agradable para ellos. Lo demás, vendrá de forma natural.

Está comprobado que es mediante la interacción con otras personas que un niño adquiere la lengua. La televisión puede utilizarse bien cuando se ve en compañía, se repiten algunas frases, se hacen preguntas, etc. jugando entre todos. Un infante por si solo no va a prestar atención a un programa por mucho tiempo. Ponerlo frente al televisor no es garantía de que haya una escucha activa del idioma. A veces estos chicos se le pregunta en un idioma y contestan en otro, es importante desde un principio establecer reglas sobre el uso de las dos lenguas. Muchos papitos hacen énfasis desde el comienzo en que sus hijos hablen SIEMPRE con ellos en el idioma.

Esto prepara para evitar situaciones de este tipo, a la vez que ofrece a los chicos mayor oportunidad de práctica. Luego de elegir el método, establecer reglas y mantenerlas es fundamental. Si los papitos son flexibles en este punto o mezclan los idiomas con el menor en cualquier momento, los chicos aprenden rápidamente que pueden usar cualquiera de ellos. Por eso la coherencia y consistencia son las claves de cualquier programa. Si esto ya sucede, igual es posible corregirlo. Mientras el niño sea capaz de comprender lo que se le dice, la producción de parte de ellos puede trabajarse, insistiendo, motivando con juegos, animando con libros, etc. y las reglas pueden volver a establecerse.

Volviendo a los interrogantes de los papitos, ¿hasta cuántos idiomas se le puede enseñar a un bebé? Por lo general, se aconsejan hasta tres idiomas. Sin embargo hay experiencias de familias que utilizan hasta cuatro lenguas diferentes. El número máximo más lógico suele establecerse calculando la cantidad de idiomas que se hablan en casa más uno adicional. Puede ser el caso de un padre que hable italiano, la madre ruso y viven en Argentina donde se habla español. Los hijos cuentan con dos idiomas en casa, más uno en la comunidad.

Otro interrogante, ¿cuándo es el mejor momento para empezar con los bebés? El mejor momento es antes de que nazca el bebé. Se necesita tiempo para informarse, elegir un método, planificar el plan de acción, establecer reglas, buscar o confeccionar materiales, etc. Al iniciar un programa de educación bilingüe, surgen preguntas y situaciones no previstas quizás. Cuanto más preparados estén los papitos, mejor podrán resolver qué hacer en determinados casos. ¿Se puede enseñar un segundo idioma cuando ni la mamita ni el papito son nativos en ese idioma? Sí, pero el trabajo con los papitos, audio, libros, etc. no suele ser suficiente. Se necesita el contacto con un hablante nativo, que puede ser una niñera, un profesor nativo especializado, alguien que le ofrezca la lengua de primera mano. El bebé necesita escuchar una pronunciación perfecta, de una manera natural de expresión, etc. ¿Hay chicos que no están capacitados o no tienen la habilidad para aprender un idioma? No. El cerebro humano está preparado para adquirir y desarrollar uno o más lenguajes. El éxito de un programa de esta clase depende más de los papitos, que de las capacidades intelectuales de los chicos. Se necesitan tiempo para dedicar a la transmisión de la lengua, paciencia para esperar los resultados y ganas de involucrarse preparando materiales, buscando cómo motivar a los chicos, etc.

Pero definitivamente el idioma universal que acompaña cualquier lengua es el amor, la dulzura, la ternura, acentos que deben estar presentes en la cotidianidad de la comunicación con el niño, los idiomas no se aprenden por contactos esporádicos, el idioma del amor es para siempre; diferenciando el amor condicional (el que está basado en los logros o el rendimiento) del amor incondicional (aquel que acepta al otro por lo que es, no por lo que hace). Hecha esta distinción, se le estará apostando a idiomas que los chicos van a expresar con amor, lo ideal sería dar y recibir amor en todos los idiomas porque así los chicos se comunicarían más fácilmente con un mayor número de personas.

El idioma o los idiomas que se fomentes en los chicos que siempre lleven el sello, del amor , de la amabilidad, el respeto y la alegría.

Con Caricias Calientitas

Cuando dos idiomas están bien equilibrados, los niños bilingües tienen ventaja de pensamiento sobre niños monolingües, lo que quiere decir que el bilingüismo tiene efectos positivos en la inteligencia y en otros aspectos de la vida del niño.

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