“La inteligencia es considerada como la capacidad de procesar la información y utilizarla para resolver problemas de la vida cotidiana. Según este criterio sería un error decir que sólo es inteligente aquella persona que puede solucionar problemas matemáticos o lógicos, ya que estaríamos dejando de lado aquellas capacidades personales que permiten enfrentar problemas relacionados al bienestar personal y a la convivencia social.”
Cuando se habla de inteligencia se hace referencia también a aquellos procesos cognitivos como la atención, concentración, la memoria, el aprendizaje, etc., ya que el funcionamiento de estas variables sumado a una adecuada nutrición y un ambiente familiar favorable permiten constituirla. Y por su puesto la inteligencia está asociada a la felicidad, es por eso que hay que estimularla adecuadamente desde la gestación. Y ¿Cómo se puede potencializar el desarrollo de la inteligencia en los primeros años de vida? La inteligencia humana es producto de dos factores: El potencial biológico y el entono donde se crece y se educa. El potencial biológico está dado por el desarrollo cerebral que se posee, ya que al nacer las neuronas entran en conexión (sinapsis) con mayor rapidez y es en durante la primera infancia que se formaran las estructuras o redes neuronales que posibilitan el desarrollo de la inteligencia y que son utilizadas posteriormente en la etapa adulta para el aprendizaje de nuevas habilidades. El entorno es otro factor importante, ya que es necesario un ambiente rico en estímulos, sensaciones, emociones nobles y expresiones de amor y creatividad, que éstos sean adecuados en calidad y cantidad, y que exista un ambiente favorable que propicie el bienestar del niño. El niño debe estar en contacto con los objetos, descubrir sus formas y funciones, realizar actividades que posibiliten desarrollar su potencial.
¿Qué son las inteligencias múltiples? Actualmente, existe una teoría que recibe bastante aceptación por los psicólogos y educadores ya que se relaciona íntimamente con el concepto de inteligencia vigente, la teoría de las inteligencias múltiples, modelo propuesto por Howard Gardner, define a la inteligencia como la capacidad de resolver problemas o de crear productos, que sean valiosos en uno o más ambientes culturales, refuta la primacía del CI (coeficiente intelectual) argumentando que no existe una única clase de inteligencia, sino un amplio espectro de ellas, no tenemos una sola capacidad mental, sino varios modos de ser inteligente, entre las que se conocen: la inteligencia lógico-matemática, la espacial, la lingüística, la musical, la corporal, la interpersonal y la intrapersonal. Este criterio permite comprender cómo algunos niños son buenos para determinadas materias, mientras otros son mejores entablando relaciones interpersonales o demostrando habilidad para la música o el arte.
Por estas razones se deben propiciar actividades y juegos que permitan desarrollar las inteligencias múltiples en nuestros niños, así se puede notar qué tipos de inteligencia son más predominantes en ellos, descubrir cuáles son sus fortalezas y sus debilidades y darle la oportunidad para que explore libremente, sin presiones y que desarrolle sus propias inclinaciones durante su crecimiento.
La inteligencia emocional; como se deja claro, la inteligencia no está referida sólo al aspecto racional, el desempeño también depende de utilizar otras habilidades y estrategias con eficacia como ser capaz de motivarse y persistir frente a las decepciones, controlar el impulso y demorar la gratificación, regular el humor y evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de pensar, mostrar empatía y abrigar esperanzas (Goleman, 1995). A esto se le conoce como Inteligencia Emocional, y tampoco son capacidades innatas sino que pueden ser aprendidas y mejoradas por los niños, siempre y cuando se les enseñe con amor, paciencia, claridad y mucho ejemplo.
La inteligencia emocional se forma desde la primera infancia, en la familia a partir de la crianza con amor y se refuerza o consolida en la escuela; es reflejada en el actuar del niño y le sirve para lograr el éxito en el plano personal, social, laboral y en general, en todas las relaciones humanas. En conclusión, se necesita que la familia y la escuela, principales educadores para la felicidad, busquen desarrollar las inteligencias múltiples, enfocando en todo momento el aprendizaje y la práctica de habilidades como manejar emociones y aprender a expresarlas adecuadamente, aprender a compartir en grupo, respetar a los demás.
Un niño inteligente no es aquel que sabe más, es aquel que sabe actuar de manera inteligente frente a cualquier problema, personal, social o académico. Cada niño tiene un talento especial. Es ideal manejar estos conceptos para ser cautelosos con los hijos y aceptar sus talentos en ciertas áreas e incentivar su desarrollo en aquellas menos favorecidas. A continuación unas amables sugerencias:
Para incentivar la inteligencia lógica –matemática enseñarle desde muy chico a explorar su entorno físico: Ordenar sus juguetes y clasificarlos por tamaños o formas. Si se quiere potenciar su lenguaje, la inteligencia lingüística puede ser motivada con cuentos o ilustraciones que en principio despierten su curiosidad por la lectura. Trabajar mucho los sinónimos, leerles poesía y practicar con él trabalenguas.
Mientras crece hay que animarlo para que haga ejercicios: correr, saltar, natación e incluso el baile lo ayuda a desarrolla la inteligencia cinéstica-corporal. Esta es una difícil realidad a la que enfrentan muchos papitos de familia, creer que su hijo no es capaz de aprender, lo dicen, los maestros, los vecinos, los amigos y los familiares, frases como: ¡Tu hijo es tonto!, ¡No le puedo enseñar nada! o peor aún, ¡deberías sacarlo de la escuela! ¡Ponlo a trabajar, porque para la escuela no sirve! Se van repitiendo continuamente, lastimando nuestra percepción y la autoestima del chico si éste llega a escucharlas. Esta situación es triste, o aquella que desde chico se le está empaquetando: “él no sirve para las matemáticas, yo tampoco ni para los idiomas”, y termina el chico creyéndose tales atrocidades. Y si a lo anterior se le suma que su rendimiento escolar es bajo, se confirma el diagnostico que hacen los papitos y mamitas inseguros, el chico es lento! Sin embargo ¿Qué tanta verdad se encierra en estas frases? ¿Será cierto que los niños son incapaces de aprender?, demos otra mirad.
Generalmente los padres de familia han visto que si bien sus hijos obtienen bajas calificaciones en la escuela, son capaces de sorprenderlos en muchas otras actividades, por ejemplo al tocar un instrumento musical, reparar un motor, al expresar una idea, al acomodar un mueble, al observar la naturaleza, etcétera. Los papitos, observan esto y muchas veces le dan poca importancia, a pesar de ello, deberían dar mayor importancia y cuidado a este tipo de situaciones, que están expresando las inteligencias más determinantes. Hoy en día se ha descubierto que los seres humanos tenemos no una, sino múltiples inteligencias, es decir, que no todos procesamos el conocimiento de la misma manera, ni le damos la misma importancia a las cosas. Por ello es conveniente que los papitos conozcan de sus hijos el tipo de inteligencia que tienen, a fin de que éstos puedan desarrollarla y afinar cada vez en mayor medida.
El presupuesto básico es que pensemos que los chicos NO SON TONTOS, sino que por el contrario falta saber descubrirle la inteligencia que tienen, y por ello los papitas en muchas ocasiones se ven enfrentados a pensar que son incapaces de aprender, pero esto no es una realidad. A continuación unas definiciones que a veces se ignoran:
Inteligencia Lógica - matemática, la que se utiliza para resolver problemas de lógica y matemáticas. Es la inteligencia que tienen los científicos. Se corresponde con el modo de pensamiento del hemisferio lógico y con lo que nuestra cultura ha considerado siempre como la única inteligencia.
Inteligencia Lingüística, la que tienen los escritores, los poetas, los buenos redactores. Utiliza ambos hemisferios cerebrales.
Inteligencia Espacial, consiste en formar un modelo mental del mundo en tres dimensiones, es la inteligencia que tienen los marineros, los ingenieros, los cirujanos, los escultores, los arquitectos, o los decoradores.
Inteligencia Musical es, naturalmente la de los cantantes, compositores, músicos, bailarines.
Inteligencia Corporal - kinestésica, o la capacidad de utilizar el propio cuerpo para realizar actividades o resolver problemas. Es la inteligencia de los deportistas, los artesanos, los cirujanos y los bailarines.
Inteligencia Intrapersonal, es la que permite entendernos a nosotros mismos. No está asociada a ninguna actividad concreta. Inteligencia Interpersonal, la que nos permite entender a los demás, y la solemos encontrar en los buenos vendedores, políticos, profesores o terapeutas. La inteligencia intrapersonal y la interpersonal conforman la inteligencia emocional y juntas determinan nuestra capacidad de dirigir nuestra propia vida de manera satisfactoria.
Inteligencia Ecológica, la que utilizamos cuando observamos y estudiamos la naturaleza. Es la que demuestran los biólogos o los herbolarios.
Entonces como se puede apreciar existen muchos tipos de inteligencia, lo único que corresponde a los papitos y educadores es ver cuáles de ellas son las la que tienen desarrollada los chicos a fin de potenciarla. Esto significaría en esencia que los niños en la primera infancia solo necesitan una manera distinta de aprender, y que esto se da en el momento en que los papitos y educadores son capaces de potenciar su tipo de inteligencia. Y ¿Cómo descubrir el tipo de inteligencia que tiene mi hijo?, ¿de qué instrumento se pueden valer papitos y educadores?
Primero la observación hecha de manera personal hacia los hijos, existen en Internet muchos instrumentos para descubrir y potenciar el uso de las inteligencias múltiples. Una vez descubierto el tipo de inteligencia, le queda a los papitos, y educadores, potenciarla, abrir camino a fin de que el hijo, por sus propios medios, pero con la guía y ayuda del adulto, pueda desarrollarse de la mejor manera en el ámbito que le toca.
Hasta los 6 años de edad, se produce un gran desarrollo en el cerebro del niño que no volverá a tener en toda su vida. Y los papitos pueden y deben ayudar mucho, por éste motivo es imprescindible encontrar las mejores formas de potenciar las capacidades del niño. La estimulación del bebé desde el primer momento de su nacimiento, conocido como “aprendizaje temprano” va a favorecer el desarrollo de la curiosidad, capacidad y atención del niño. Todo esto hará que aprenda más rápidamente y mejor.
Existen formas de estimular la inteligencia desde bebés pero sobre todo lo más importante es que el niño disfrute y los papitos deben estar atentos para que el bebé no se canse ya que puede producir en él irritabilidad o hasta insomnio.
De 0 a 3 meses: Estimular en estos meses al bebé visualmente con juguetes de colores. Cuando se le cambie el pañal se pueden hacer ejercicios de movilidad, en piernas y brazos. Ponle música relajante. Acariciarlo con frecuencia. Cuando le bañes familiarízale con movimiento dentro del agua. Colgar un móvil, que el bebé pueda apreciar desde la cuna, grande de colores fuerte y ojala musical.
De 3 a 6 meses: Seguir estimulando el sentido de la vista con objetos móviles que seguirá con su mirada. Estimular el sentido del oído: hacer palmadas suaves, silbar, hablarle desde distintos puntos o incluso colocarse donde el bebé no alcance la vista. Hay que hablar al bebé con mucha frecuencia. Hacer juegos sencillos como esconder y aparecer juguetes o peluches. En éstos meses es el mejor momento para iniciarlos en la natación. Cambiar su cuna de puesto en el mismo cuarto, le permite al bebé nuevas miradas, dejarlo solo en su habitación, de forma que pueda ver la puerta, el mejor muñeco para aparecer y desaparecer es la mamita.
De 6 a 12 meses: El momento de aprender a gatear es muy importante, ya que gatear o trepar para ponerse de pie requiere serie de movimientos y habilidades imprescindibles para aprender a dominar su cuerpo y desarrollar su inteligencia. Hay que promoverles este placer, hay que gatear al lado de él. Jugar con el bebé a reconocer sonidos, olores y sensaciones al tacto con objetos duros, calientes, fríos, rugosos, suaves, húmedos, secos…
Estimular el sentido del gusto, las comidas serán toda una aventura para el pequeñín, un gran descubrimiento, dejarlo que la toque con sus manitas, aunque no lo parezca está aprendiendo, ya tendrá tiempo de aprender buenos modales en la mesa, todo llegará. Es momento también de crear rutinas en los momentos claves del día, baño, comidas, paseo, siesta, la hora de acostarse en la noche, lectura del cuento diario y así alcanzar hábitos! Hay que permitirle tocar la cara del adulto: cuando toque la nariz, sacar la lengua resulta divertido para ellos.. Si tira de la oreja sonará una fanfarria, si pulsa la mejilla, cerrar los ojos. Estos juegos sencillos donde el niño tiene que descubrir relaciones de causa-efecto son muy interesantes y provocan muchas sonrisas.
De 12 a 18 meses: Es el momento de incentivar a hablar al bebé, se puede hacer animándole a que participe de las conversaciones, también haciéndole preguntas sencillas de responder afirmativamente o negativamente, repetir algún estribillo de canciones que amplíen su vocabulario, cuentos o poesías, pues en esta etapa aprende a decir sus primeras palabra, aunque hay bebés más charlatanes que otros, cada niño llevará su ritmo. Y como a esta edad ellos se fascinan tirando todo el suelo, es un interés compulsivo, es aquello de causa efecto, a demás de experimentar, texturas, colores, sonidos.
Primeras palabras. Cualquier momento y situación será buenos para enseñarle nuevas palabras y repasar las que ya conoce. Las partes del cuerpo, nombres de animales, colores, prendas de ropa. Preguntas claves como: ¿dónde está el perrito?, ¿dónde está la nariz?, ¿dónde está el peluche…?. Se trata de jugar a una especie de escondite con los objetos y sus nombres. Y ojala en orden los juguetes y libros en el mismo lugar, porque así va aprendiendo el orden y el aseo.
De 18 a 36 meses: Alrededor de los dos años pueden ir entendiendo las bases de juegos como el dominó y tener sus primeros contactos con el ajedrez y las damas. Usar imágenes de colores con números y palabras para que se familiarice con sus formas mediante el juego. Hay que permitirle y facilitarle hacer dibujos, o garabatos, dejarlo que ponga a volar su imaginación, también se puede ir iniciándolo en rompecabezas simples.
De 3 a 6 años: Puede empezar a aprender mas de dos idiomas, seguir con la práctica de fomentar su reconocimiento de objetos con el tacto, Puede empezar a aprender a tocar algún instrumento musical, puede si es posible para los papitos tenerle algunos instrumentos musicales, como panderete, acordeón, flauta, dulzaina, tambor. Leer cuentos e inventar historietas, hacer repasos de lo que se hizo en el día, repasar emociones, resolver por qués? ayudados de ejemplos reales, memorizar versos, y bueno algo en la computadora, no adicción. Como empiezan la etapa escolar, es importante que aprenda un idioma, ahora son esponjas y aprenderán más rápido. Si los papitos o uno de ellos sabe el idioma, es importante hablarles en él y cuando sea un poco más mayorcito ayúdale con alguna academia.
Se trata por lo tanto de ofrecer al chico, el máximo de oportunidades para que desarrollen al máximo todas sus capacidades. Es imprescindible además de todo esto, el cuidado básico y una buena alimentación. Y por su puesto cuidar de la parte afectiva que sea amorosa, dulce, amable, creativa, tierna, segura, tan sencillo como hacer sentir bien, divinamente, feliz, que el chico se sienta querido y apoyado. Todo esto va a favorecer no solo el desarrollo intelectual sino también el psicológico.
Hay que dejar claro que la estimulación temprana es diferente a forzar al niño a hacer algo para lo que no esté preparado. La mejor forma de estimular a los niños es a través del juego, sustentando en el amor y con el respeto por la diferencia.
Con Caricias Calientitas
Qué artículo más interesante Tita! Es cierto lo de las inteligencias múltiples, no hay una inteligencia, sino que hay inteligencias. Aprendizajes significativos que se dan por andamiaje, construcción o asociasión (según distintias teorías).
ResponderEliminarMuy importante este aporte. Un abrazo enorme!
Holaaaaaaaa. Solo pasaba a dejarte una abrazito cargado de buuena vibraa.
ResponderEliminarNamaste
Sùper interesante Tita.
ResponderEliminarEs cierto, los niños estàn cada vez màs despiertos, captan todo rapidamente, aprenden con facilidad.
en ocasiones (casi todas) son nuestro mejores maestros.
Gracias por difundir como siempre este tipo de informaciòn, tan necesario hoy dìa.
un abrazo grande!!
Magnifica lección sobre la inteligencia infantil. Una vez más, !FELICIDADES!
ResponderEliminarUn beso.