lunes, 17 de diciembre de 2012

DULCE NAVIDAD SIN PÓLVORA PARA LA FELICIDAD


Luces multicolores, estallidos sin fin y ambiente navideño giran alrededor de la pólvora, un demonio vestido de ángel. Algunos se preguntan ¿qué sería de la Navidad sin pólvora? Otros, simplemente, les responden que se encontrarían con una época sin pabellones de quemados en los hospitales. ¿De qué está hecho este material de diversión y tragedia? ¿Por qué los niños en la primera infancia tienen que escuchar los estruendos de la pólvora para pasar bueno? Una tradición que ha encantado a generaciones en todo el mundo pero que también ha sido la culpable de diversas pesadillas, donde los más chicos son los más afectados.

Luces en el cielo “Entre pitos y matracas, entre música y sonrisas, el reloj ya nos avisa que ha llegado un año más. Las mujeres y los hombres un besito nos daremos y entre todos cantaremos llenos de felicidad”. Y estos coros decembrinos también están acompañados por el sonido de la pólvora, que anima hasta un velorio en estos tiempos de fiesta, las luces en el cielo representan esa magia de la Navidad y la unión que existe entre los pueblos, evidentemente, este artefacto explosivo sólo debe ser manipulado por profesionales; todo un ritual gira alrededor de la pólvora: “Los juegos pirotécnicos son tan bellos como peligrosos, es por eso que sólo debe ser manejada por gente especialista en estos explosivos,  papitos educadores para la Felicidad ni siquiera las famosas luces de bengala son inofensivas, por el contrario se conocen infinidad de casos donde los chicos pierden la vista, un dedito…Y muchas veces son los papitos los que inducen a los niños a la quema de estos artefactos; cuando hay un espectáculo de juegos pirotécnicos deben estar presentes el cuerpo de bomberos, ambulancias y policías para prevenir cualquier accidente”, dicen que el fruto prohibido es el más tentador.

En este caso, la pólvora, ilegal en todo sentido, se resiste a desaparecer en cada diciembre y se muestra como un títere de la irresponsabilidad de la sociedad, no empieza la temporada y ya hay más quemados que gente disfrutando, aquellos sujetos con ojos rasgados, los chinos, le han regalado al mundo la maquinaria más asombrosa, los electrodomésticos más novedosos y la pólvora más luminosa, fue en China donde se creó, por equivocación, esta herramienta ambiente para cualquier fiesta, el profesional en química que combinó las fórmulas para otra cosa se dio cuenta del material explosivo que estaba en sus narices; en el siglo X la pólvora fue utilizada para las guerras entre mogoles y húngaros, cuando llega a Europa fue bautizada como el “Fuego griego”, tanta historia para ilustrarles a los lectores de Caricias Calientitas, que la pólvora, utilizada irresponsablemente, puede causar efectos catastróficos para todos. Ojo, que las tales chispitas están elaboradas de un material nocivo para el organismo, el sólo hecho de poseer nitrato de potasio y azufre es un peligro para los niños que supuestamente disfrutan de esta herramienta, el peligro también radica en las partículas de fuego que vuelan de una dirección a otra, ocasionando un daño irreparable en la vista de cualquier persona”.

Irresponsable es aquel que prende una papeleta con un cigarrillo, tira un volador hacia las personas cercanas, le da pólvora a los niños para que jueguen, prenden tacos en las alcantarillas, fabrica pólvora sin ninguna protección… irresponsable es aquel que no se conforma con sólo verla, sino que tiene que manipularla para disfrutar de estas festividades. La Navidad, que debe ser motivo de alegría por el cumpleaños del Niño Dios, que nació en la tranquilidad de un pesebre, se transforma en ruidosa celebración que muchas veces termina poniendo su cuota de dolor especialmente en los hogares pobres, distinto al estallido fatal de los cohetes y petardos, es el fuego pirotécnico que, alejado del alcance de la humanidad, se desgrana silente en el firmamento para iluminar la Noche Buena. Hace falta más espectáculos de estos en nuestro medio para contrarrestar el estallido de los morteros que crispan los nervios y nos transportan mentalmente a un campo de batalla, que Santa vuelva a su trineo llevando a los niños por el mundo mágico de la Navidad y que en cada casa veamos nacer al Niño Jesús reviviendo la tradición, si bien es cierto que de la elaboración de los productos de pólvora depende el sustento de muchas familias pobres, también es una realidad que ellas mismas han sido víctimas mortales de su propio patrimonio, cuando se incendian estos talleres artesanales, con sólo el calor de una brasa.

Lo conveniente sería que todas las municipalidades prohibieran la venta de artículos de pólvora sin importarles los impuestos que ellos generan, y que los artesanos de estos explosivos encontraran una forma de ganarse la vida que reporte únicamente efectos beneficiosos, pero sobre todo, para evitar tragedias, debe estar de por medio nuestro raciocinio, debemos pensarlo dos veces antes de darle dinero a un menor para que vaya a comprar un cohete que atente contra su propia integridad física y la tranquilidad que desearía para sí, el Niño Dios, para todos mis adorados chicos un feliz navidad y mi mayor deseo es que la navidad les traiga hogares unidos, amorosos y sobre todo felices.

Con Caricias Calientitas

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