lunes, 23 de septiembre de 2013

PROVISIÓN PARA LA FELICIDAD


Los  desastres  naturales,  terremotos,  tsunamis,  inundaciones,  me provocan varios interrogantes qué tanto estamos preparados para un desastre natural, sobre todo cómo actuar con los bebés y los niños, hay que tener en cuenta que estas catástrofes no avisan, llegan y puede ser que los menores no estén en ese momento con sus padre entonces???

Sin embargo, supuestamente todos los gobiernos contemplan cursos, charlas, simulacros que preparan a los papitos, a las profesoras para conocer cómo hacer frente ante estas eventualidades que suelen producirse ahora con más frecuencia que en el siglo pasado. Aparte de terremotos y tsunamis, también se puede ser blanco de numerosos tifones que traen temporales de lluvia y ráfagas de viento.

Entonces cuando la familia elabora su protocolo de emergencia para casos de catástrofes, debe dar atención especial para proteger a los más indefensos en su familia: sus niños y si hay bebés en el hogar, deben asegurarse que las cunas o camas de los mas pequeñitos estén alejadas de ventanas para protegerlos de vidrios rotos, y alejadas de estantes y otros muebles que puedan caerles encima. Es de suponer que en todas las casas la familia cuentan con un botiquín de primeros auxilios, y en el caso de pequeños debe haber siempre, reserva de agua, pañales, leche en polvo, medicamentos y otros artículos que necesite el bebé en las próximas 72 horas como mínimo.

Es tan importante que los chicos lleven en un collar dispuesto con anterioridad,
nombre apellido, dirección, tipo de sangre, celulares de sus padres o familiares más allegados, en caso de no tener a la mano esta identificación, pues con un marcador en el brazo, en la espalda, poner sus datos. Aunque los niños de edad escolar generalmente tienen ya una mejor idea de lo que es un terremoto, hay que explicarles, que deben hacer cuando la tierra comienza a temblar, hay también que incluir a los chicos en los planes y simulacros de evacuación que se recomienda tener en familia, por lo menos cada seis meses, que los chicos más grandecitos conozcan los sitios más seguros para refugiarse, dentro y fuera del hogar, y cómo deben salir al exterior si se encuentran bajo techo cuando ocurre un sismo.

Verificar tanto en los jardines, como en el hogar, que los niños practiquen los pasos básicos de reacción a terremotos que se enseña: Agáchate, Cúbrete, y Agárrate, que aconsejan meterse debajo de una mesa u otro mueble resistente, cubrirse la cabeza y afianzarse a la mesa hasta que pase el temblor. Es adecuado comprobar que los niños sepan qué deben hacer si les sorprende un terremoto cuando no está la mamita ni el papito, ya sea en el cole, dentro de un edificio elevado, o al aire libre. Y papitos ustedes son responsables de asegurarse que la institución educativa de sus hijos tenga la información adecuada para contactarse con usted en casos de emergencia.

Si bien, uno espera que jamás les toque, hay que esperar que nunca ocurra, pero también es vital estar preparados para lo peor; las chicas que cuidan los bebés, niñeras, empleadas domésticas, deben estar supremamente preparadas para salir avantes en la protección de los bebés y los niños en una situación de peligro. Hoy en día cuando se contrata una persona para que esté a cargo de menores, en la selección o exámenes se incluyen situaciones de riesgo, para medir de alguna manera su actuar, su serenidad, su conocimiento, su “creatividad” para resolver y tomar decisiones.

Existen algunas consideraciones generales, que invitan el tema de la preparación para una catástrofe: PRIMERO QUE TODO "MANTENER LA CALMA". Es la actitud adecuada, además que genera confianza en los bebés y los niños. No es fácil conservarla, pero el pánico lleva a tomar decisiones peligrosas e inútiles como retornar nuevamente a las edificaciones en busca de algo, aun sabiendo que pueden ocurrir réplicas del sismo.

Nunca está de demás hacer simulacros en el hogar sola la empleada y ejercitar las medidas preventivas, una persona o un grupo así con base a las prácticas previas actuará con mayor prudencia en caso de que se presente la emergencia. La inercia lleva en la mayoría de los casos a Salir del lugar y esto depende del lugar en el que se encuentre, las salidas tienen sus riesgos, especialmente si desconocen las vías de escape o no son seguras. En lo posible tomar el bebé en brazos o en un cargador para tener las manos libres y auxiliar otros chicos, y protegerlos ante todo de objetos que caen y luego salir de manera calmada cuando deje de temblar, jamás el uso de los ascensores, que se pueden trabar en todo caso se puede ir la electricidad y quedar atrapado en la cabina del ascensor.

Otro peligro que se esconde durante un sismo es el caso que se puede producir en cuando al desalojo del lugar donde se puede lesionar más personas a causa del pánico que por causa del terremoto por lo que el adulto a cargo de los niños debe generar confianza a los chicos, no dejando exteriorizar su miedo por lo que debe ante todo mantener la calma y serenidad ante tal situación. Insisto en la importancia de realizar previamente una reunión de todos los integrantes del grupo familiar, estudio o trabajo las pautas que debe seguir delegar responsabilidades y lo más importante dónde reunirse, reagrupándose para proteger a los niños y los abuelitos. El destino de la evacuación será un área abierta, predeterminada y conocida por todos. Además, el plan de evacuación debe designar previamente responsables para apoyar a los niños que son especialmente vulnerables.

Un pequeño normalmente sale corriendo y se asusta cuando percibe una situación que no puede controlar. De ahí la importancia de que tanto papitos, adultos a cargo, como niños estén informados sobre qué hacer en caso de que se presente un terremoto. “Los papitos son fundamentales. Si no hay un convencimiento pleno de papá y de mamá de que la preparación es importante, pues obviamente el niño o el hijo o la hija no van a actuar”

Cómo en todo siempre hay un antes, en y después. Antes, acomodar los objetos en
un lugar adecuado o asegurarlos, de manera que si se presenta un terremoto, no caigan encima, ni lastimen a ninguna persona. También, revisar periódicamente el estado del sistema eléctrico, el gas y el agua, conocer su manejo, es fundamental mantener un orden establecido en la casa; es decir, ubicar los elementos en lugares que no estorben en la ruta de evacuación. También, tener las escaleras despejadas y los objetos asegurados. Adecuado reforzar la biblioteca, los cuadros, las repisas; procurar colocar las cosas pesadas en partes bajas. Cambiar de sitio la cama, si está cerca de la ventana; en el caso de los niños, no dejar juguetes pesados en repisas. Es útil colocar un adorno que cuelgue del techo (campanas) para que actúe como alarma.

Lo dicho y re dicho, con su familia planear qué se puede hacer antes, durante y después del terremoto; primero deben buscar información acerca del tema y luego identificar la ruta de evacuación, las salidas de emergencias, la ubicación del equipo de primeros auxilios, etc. Es un derecho, exigir este plan de emergencias en la empresa donde trabaja y en la institución donde estudian sus hijos.

Durante, No gritar, no correr y guardar la calma. En el caso de los bebés, tener a la mano un canguro para que la mamita o adulto responsable, pueda cargarlo y tenerlo siempre cerca; en los más grandecitos, orientarlos para ubicarse en el lugar seguro pactado previamente. En edificios, tienda o el cine, cúbrase debajo de una mesa resistente. Si están en un carro, frene y no se estacione frente a edificios o postes que se puedan caer. En la calle, aléjese también de estos objetos y trate de caminar hacia lugares abiertos, junto a sus hijos, y guíe a personas que estén con usted, en calma.

Después, verificar, que la familia se encuentra bien; si alguien necesita ayuda, detenerse y auxiliarlo es lo propio. Revisar las paredes de la vivienda, cerrar los registros de gas y agua y activar el plan de emergencia, pues pueden presentarse réplicas. Si queda atrapado, cálmese y con el pito, el silbato o con golpes, pida ayuda, tener cuidado con los niños; ellos suelen devolverse por sus mascotas, y recuerde que los animales, por instinto, buscan su libertad. “Después del evento también hay que acompañar al niño porque él queda asustado, nunca ha vivido esa experiencia; entonces hay que explicarle ciertas situaciones como que habrá réplicas y que hay que tener cuidado; que no se puede volver a la vivienda por seguridad, etc.”, toda esta explicación con amor, con dulzura, paciencia, ternura, seguridad, confianza, y jamás amedrentar al chico diciéndole cosas, como si lloras te dejo aquí..por favor!

En la casa debe existir un kid en caso de emergencia: debe contener solo cosas esenciales, como extintor, linterna, pito, silbato, radio portátil, baterías, agua potable y pastillas purificadoras de agua, comida enlatada o raciones de campaña, documentos (copia de la cédula o documento de identidad, carné de la EPS, escrituras de la casa y pólizas de seguro). Copia de las llaves necesarias, elementos de aseo personal (crema, cepillo de dientes, papel higiénico y jabón; toallas higiénicas. Para el bebé: pañales, toallitas, etc. Botiquín de primeros auxilios con medicamentos esenciales y aquellas medicinas que requiera algún familiar. Sudaderas impermeables, canguro para el bebé y agenda con números telefónicos de familiares, colegio de los niños y el número único de seguridad y emergencias 123.

En caso de discapacitados, ancianos y niños pequeños, debe haber una persona encargada expresamente de su apoyo. Además, deben estar organizados para reportarse y asistirse lo más pronto posible. Recordar que los daños leves se atienden en el lugar de ocurrencia: heridas pequeñas, escoriaciones, golpes. Los moderados en el Centro o Puesto de salud más cercano y solamente las lesiones graves en los hospitales o clínicas de cada sector de la ciudad.

A todos los victimas  de  desastres  naturales,  un abrazo solidario y nuestra oración porque su angelito de la gurda los proteja y prodigue motivos para sonreír y recuperarse prontamente.

Con caricias Calientitas

Los niños, desde muy temprano están conscientes de su entorno. Saben, por ejemplo, que la lluvia es agua que cae del cielo, pero no entienden por qué. Si son muy pequeños, no hay que explicarles el proceso, basta con que vean el hecho como algo natural. Si son más grandes, los padres pueden explicar de manera sencilla, con prácticas caseras.


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