La hora de bañarse para los niños en su primera infancia, debe ser un momento de placer, y no una pesadilla envuelta en exagerados cuidados. La bañera bastará con que esté bien limpia. Hay cientos de productos en el mercado que aseguran ser implacables con los gérmenes. A la hora de enjabonar, pues los bebés recién nacidos no necesitan jabón, el jabón les reseca la piel, y los mas grandecitos se les debe enjabonar con productos supremamente suaves, al bebé o al niño, es mejor que sean las manos de la mamita las encargadas de bañarle, de pronto una manopla de algodón, y mucho cuidado con enjabonarlos muchos pues se vuelven resbalosos y puede suceder un accidente. La esponja no es recomendable ni para el cuerpo ni para la colita ya que por mucho que se enjuague y aclare, nunca estarás segura de que, entre sus múltiples poros, los gérmenes no se han quedado escondidos.
La mejor forma de enseñar higiene a los pequeñines, se aprende desde bebés, es
hacerlo mediante el ejemplo. Asegurarse de que el chico se lava las manos después de usar el lavabo, y tener un taburete en el cuarto de baño para que él pueda usar mas cómodamente el grifo del lavamanos; existe la formidable costumbre de lavar la colita en el lavamanos después de hacer popis, de paso se evitan las quemaduras. Cuando los chicos son más grandecitos, pocos son los que disfrutan con el lavado del cabello. De este modo, hay que procurar reducir el conflicto manteniendo el cabello corto, usando un champú infantil que no arda en los ojitos, u ofreciendo incentivos cómo permitir que el niño le lave a la mamita el cabello y le haga peinados divertidos. Los bebés recién nacidos no necesitan shampoo. A los chicos mas grandes les encanta lavar sus muñecos y juguetes preferidos.
Ojo jamás por ningún motivo dejarlo solo en la bañera.. no y no, ni siquiera por unos segundos! Y cuando los que se bañan son niños mas grandecitos, hay que poner reglas, por ejemplo no pararse en la tina, pues puede resbalarse, el uso del jabón son sumo cuidado, pues pueden deslizarse y caerse y un bebé enjabonado es muy escurridizo; si resulta difícil bañarle en el lavabo sin hacerle daño con los grifos, hacerlo en la bañera grande es incómodo, de modo que es casi imprescindible disponer de una bañera especial para bebés.
En climas calidos o costeros el baño es casi regla dos veces al día, los chicos que
van al jardín por la mañana y en la noche después de piscina y mar es obligatorio el baño; la costumbre del baño diario, realmente es conveniente en los niños, recordar que la piel tiene sus propios mecanismos de limpieza y el excesivo uso de jabón y shampoo pueden irritarla, especialmente en bebés que la tienen muy sensible y cuando se emplea agua demasiado caliente. Un breve baño diario en agua tibia es bueno y a muchos bebés les relaja, convirtiéndose en una rutina a la que pronto les cuesta renunciar; pero, especialmente al principio. Por supuesto, hay que lavarles tantas veces como sea necesario la zona del pañal, la cara, las manos, las axilas y los pliegues de la piel, o cualquier zona que se haya ensuciado. Los bebés agradecen la seguridad de lo rutinario; lo más habitual es bañarlos antes de la última toma del día, pero se puede hacer a cualquier otra hora si a los papitos les va mejor.
Desde luego, no es nada recomendable intentar bañar a un bebé que está llorando de hambre, en general, es mejor que el baño no sea después de las tomas, no por el riesgo de un corte de digestión, que sólo podría producirse si pasasen frío, sino porque suelen preferir dormir y también es fácil que los movimientos provoquen alguna regurgitación.

Con Caricias Calientitas
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