domingo, 5 de julio de 2015

CAMINADOR PARA LA FELICIDAD

El Caminador, un utensilio que tiene cuatro patas con ruedas y viene protegido con una baranda para que el bebé se sostenga y no se vaya de bruces; el niño estando sentado o semi-sentado puede con sus piernas impulsarse y desplazarse. Su uso es antiguo, es casi una costumbre que actualmente se está dejando de lado por recomendación de la mayoría de los pediatras. El caminador no enseña a caminar al niño, aunque a la vista parece desplazarse fácilmente, e inclusive mueva sus piernas como si estuviera caminando, no está aprendiendo a sostener su cuerpo ni ejercita su equilibrio, que son requisitos básicos para poder caminar; la verdad el caminador no goza de buena reputación entre lo expertos, tiene una serie de desventajas como: retrasar la función motora: para caminar es recomendable pasar por etapas (sentarse, gatear, ponerse de pie, etc.), al usar el caminador o andador continuamente, el niño estará saltándose estas etapas y sólo estará sentado o semi-sentado impulsándose con los pies; el pequeño tiende a caminar hacia los lados en vez de caminar de frente, el balanceo de los brazos al caminar desaparece, lo cual es indispensable para la coordinación para caminar bien, la noción del espacio se distorsiona y su equilibrio se estanca porque no lo ejercita. . Y sin ser fatalista el caminador es causal de accidentes, y peor aun los adultos se confían de que el pequeño esta seguro y lo abandonan sin supervisión y entonces la libertad se vuelve líder de la exploración y como no tiene noción del manejo del espacio, puede fácilmente rodar por las escaleras, coger objetos peligrosos (medicamentos, insecticidas, objetos que se pueden romper, etc.), entrar a la cocina y quemarse, volcar objetos pesados, etc. Otro detalle maluco es que los chicos experimentan pereza por esforzarse solos, pues el caminador los “mal sostiene” .

Actualmente el caminador esta lleno de enemigos, pero como todo también tiene algunitas ventajas, siempre y cuando se le catalogue como parte de entretenimiento y no como una forma de enseñarle a caminar, costumbre o como una forma de descansar del niño: por aquello de la libertad que experimenta el pequeñín, la alegría lo invade, su espíritu aventurero se descarga con emociones indescriptibles, mejor dicho un chico a todo dar!!!!!! Esta experiencia debe ser por momentos cortos con una guía con amor, dulzura, ternura, atención, dedicación, por ejemplo supervisar juiciosamente la distancia entre el piso y las ingles de niño, pues si es muy corta el ejercicio estará incentivando que las piernas se arqueen, y posteriormente los problemas serán mayores. Los papitos y educadores para la felicidad deben tener bien claro que el caminador no es una “ayuda” sino que debe considerarse una distracción para el niño, el niño sólo se beneficiará de un caminador siempre y cuando: Jamás usarlo “para que no moleste a los adultos”, “para poder hacer las cosas de la casa” porque en estos casos el pequeñín no estará supervisando y el niño puede sufrir un accidente. Recodar que el niño necesita gatear, caminar agarrándose de los muebles o de su mano, que el caminador sea una experiencia corta en el día a día del niño.

El caminador se ha ganado la antipatía de muchos pediatras y de varios papitos
que consideran al taca-taca como el “anti-ayudador” para aprender a caminar y el causante de graves accidentes. Los médicos no recomiendan su uso, y hasta hay quienes piensan que debería estar prohibido como sucede en Canadá. Según los expertos, no está comprobado que cumpla una función de aprendizaje de la marcha y son muchas las desventajas que acarrea su uso. Como que puede llegar a arquear las piernas del bebé al colocarlo cuando aún no están preparadas para soportar su peso. Que, al estar semi sentado, no le enseña a ejercitar el equilibrio. O que los niños llegan a adquirir una velocidad que luego no es la del caminante real, sin la ayuda de las ruedas; y que adquieren una falsa autonomía, una sensación de omnipotencia irreal, entre otras contras.

Otro tema preocupante es la alta incidencia de accidentes provocados por el caminador. Según la Asociación Española de Pediatría se encuentra entre las causas frecuentes de accidentes graves en el segundo semestre de vida. Caídas por las escaleras, golpes, heridas, vuelcos, quemaduras y una infinita cantidad de etcéteras están a la orden del día. El caminador le brinda al niño demasiada movilidad antes de lo que sería normal, poniendo a su alcance objetos o situaciones potencialmente peligrosas como cajones, estufas, escalones, productos tóxicos y más. Para los papitos puede parecer una tranquilidad que el bebé sea algo independiente y los hace bajar la guardia ante posibles riesgos. Se conocen casos en los que el niño aprendió a caminar en puntas de pie por el entrenamiento que había tenido con el caminador, con las consecuencias negativas que eso puede tener a nivel muscular. Para que el bebé se entretenga con seguridad hay buenas alternativas al caminador como pueden ser las mantitas interactivas, el saltador que se engancha al marco de la puerta, ponerle juguetes en la bandeja de la trona, el corre-pasillos para cuando empiezan a mantenerse de pie, o simplemente sentarlo en el suelo rodeado de sus juguetes favoritos, y con un papito una mamita brindando una mano amiga, que le ofrece seguridad, calidez, jugando a que el chico de pasos en pos de un juguete llamativo, dándole aplausos de estimulación, caricias, besitos cada vez que el chico hace una acción de marcha correcta, animando después de caídas pequeñas, estimulando con amor y celebrando esta maravillosa etapa en vez de dejarla a merced de un caminador.

Todas las etapas de crecimiento, son maravillosas oportunidades para expresar afecto, seguridad, calidez, mimos, son momentos que pasan supremamente rápido y lo mejor de todos los momentos aprovechados es que se crean lazos de afecto, confianza duradero, estables, irreversibles, animo papitos y mamitas que educar para la felicidad sea su mayor felicidad!

Con Caricias Calientitas

No hay comentarios:

Publicar un comentario