Es en la primera infancia cuando los niños empiezan (casi que con carácter obligatorio) a adelantar la competencias que afianzan su personalidad, pues van aprendiendo a tomar decisiones, solucionar problemas e inter-actuar con su entorno familiar, social y escolar.
Por eso, la actitud de los educadores para la felicidad es vital, debe ser una atención “integral”, es decir, rebasando lo físico y emocional, hay que adicionar la estimulación del aprendizaje y el desarrollo de sus habilidades.
¿Qué son las competencias? En un lenguaje sencillo es que el niño sabe hacer, puede hacer, lo que también se traduce en autonomía, por su puesto es un niños que no tiene problemas o dificultades para relacionarse con los otros y esto se deriva de la auto aceptación que tiene el niño; como quien dice un niño que toma decisiones y soluciona problemas. Y este proceso va desde que nace, pues que hace un bebé cuando rechaza un alimento, primero toma la decisión de no aceptar el alimento y segundo soluciona su “problema” escupiendo, pudiera no ser la forma es un ejemplo que deja ver que desde recién nacidos hay que afianzar sus competencias y habilidades. En este ejemplo como muchos otros casos hay que traer inmediatamente la “palabra” hablarles con cariño, claridad, puntualidad y corto, ni mas faltaba que se les de un discurso sobre el manual de urbanidad, de eso no se trata, con cariño y claridad es suficiente, hasta canciones cortas se pueden inventar, por ejemplo: “los bebés comen, duermen y se sonríen”. Desde recién nacidos expresan su forma de inter-actuar con el entorno, en últimas es una capacidad que van desarrollando.
En la primera infancia, deben madurarse tres competencias básicas: la ordenanza del sí mismo, la cimentación del mundo como realidad y la formación de la conciencia científica-técnica. La ordenanza del sí mismo, busca que el niño logre identificar su género, los roles que esto le implica, empiezan las nociones del conocimiento de su cuerpo, los afectos que genera, de alguna manera avanza por el camino de sus derechos y deberes, integra actitudes como compartir sus juguetes, seguir reglas y respetar normas o limites, obviamente este proceso va de la mano con el lenguaje, que debe dominarlo para usarlo como herramienta principal para comunicarse e interrogar sobre su entorno, ir conociendo su mundo. Y la formación de la conciencia científica-técnica, esta relacionada con la fase exploratoria, la curiosidad le permite adentrarse a través de la experiencia y la pregunta, el niño desarrolla su habilidad de explorar, investigar. Y aquí aparece el juego que le permite clasificar, ordenar, agrupar, entonces el chico comienza a fundamentar sus bases del pensamiento lógico-matemático”.
Este comprobado que el desarrollo de competencias en la primera infancia disminuye los fracasos escolares y aumenta la constancia educativa. Volvamos al juego, pues es a través de él, que el niño fortalece y anima sus competencias, obviamente su ambiente debe ser el apropiado, hay también que propiciar que el niño interactúe con adultos y otros niños. En este sentido, los educadores para la felicidad, son los responsables de que el niño tenga un estimulación adecuada, propiciando actividades cotidianas lúdicas, sencillas, amables que “atrapen” la atención del menor, satisfaga sus intereses y de confianza a sus emociones. El educador para la felicidad, se ayuda con preguntas, por ejemplo, “¿dónde esta el bebé?”.Aquí es eminente la relación de la causa y el efecto, mientras el niño va madurando cerebral, muscular y verbalmente, hay que resaltar que el educador para la felicidad juega un papel importante pues de sus actitud amorosa dependerá directamente el desarrollo integral del niño, además de ser la persona que puede identificar tempranamente y oportunamente cualquier situación anómala en el desarrollo del niño.
Primera infancia
Con Caricias Calientitas
Es irremediable el aprendizaje y la estimulación que recibe el adulto que acompaña, guía a un menor, la ternura se vuelve compañera cómplice de la curiosidad, nobleza, dulzura, alegría, en fin disfruten sus hijos!
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