lunes, 5 de abril de 2010

CIRUGÍAS PARA LA FELICIDAD

Aunque en menor medida que los adultos, de vez en cuando los niños también ingresan al quirófano. Y es deber de los papitos hacer que la experiencia no sea traumática. Existen diferencias marcadas entre las intervenciones a los adultos y los pequeños, pues los niños tienen sus propias enfermedades y no se “entregan” como los adultos, por lo que hay todo un trabajo por parte del médico y del resto del equipo para ganar su confianza. El aspecto técnico, aunque es similar, se adapta para que los niños no sientan temor tanto en la sala de cirugía como en la aplicación de la anestesia. Los papitos cumplen un papel fundamental. Tienen que estar al lado del niño con amor, calma, confianza, serenidad, en todo el proceso, porque son los más cercanos para transmitirles seguridad. Por eso, en ocasiones, alguno de los papitos se le permite entrar a la cirugía; y ambos deben estar presentes cuando el niño despierta en la sala de recuperación.

Es vital poner al niño al tanto de su cirugía, dependiendo de la personalidad, pero en general es mejor evitar palabras chocantes para los niños como sangre o bisturí. Hay que contarles con palabras claras, dulces, amables, y por sobre todo recalcar que va a quedar muy bien, que la operación se hace para mejorar totalmente su estado, decirles que van a dormir junto a los papitos y que mientras duermen les van arreglar lo que no funciona bien. Mientras más información tenga el niño, mejor. Es más sano contar al niño lo que le va a pasar para que no se angustie por no saber qué ocurrirá. Eso sí, teniendo en cuenta la edad y personalidad del niño y cuidando cómo se le entrega la información.

Los papitos frecuentemente presentan estados de ansiedad, es común que por culpa de esto, los papitos pregunten insistentemente en la consulta –frente al niño cosas como ‘¿le va a doler?, ¿va a sangrar?’. Eso transmite inseguridad al niño y lo pone nervioso. Por su puesto existen cirugías de urgencia; como, la apendicitis y la peritonitis; y entre las operaciones planificadas, la hernia inguinal, la fimosis –o circuncisión y las cirugías testiculares. La anestesia es otro temor que invade a los papitos, qué si puede ser grave?, pues no más que en los adultos. Operar a un niño hoy día es algo muy seguro. Los anestésicos son todos de última generación y es realmente extraño que provoquen una reacción alérgica. De hacerlo, con la tecnología que se tiene, el monitoreo de los signos vitales es tan exhaustivo que cualquier reacción adversa se detecta instantáneamente y hay todo un equipo médico para controlarla.

La recuperación de los chicos es mejor que la de los adultos, sobre todo porque muchas de las cirugías infantiles se hacen de forma mínimamente invasivas. Antes de los 15 años la recuperación celular es rapidísima. De una operación de apendicitis, un niño no tarda más de dos días en recuperarse, mientras que un adulto demora una semana. Cuando la cirugía demanda hospitalización, porque no es ambulatoria, los chicos se enfrentan a una experiencia aventurera, amable, pues los pisos pediátricos están ataviados con imágenes infantiles, y su recuperación se convierte en un proceso entretenido. Es oportuno llevar le su muñeco favorito. y controlar as visitas ruidosas. Las habitaciones de los pabellones infantiles, están decoradas con colores vivos, y cubrecamas son de motivos infantiles. A los que no pueden ir a la sala de juegos se les llevan entretenciones a la habitación, y los papitos pueden estar todo el día en la habitación con sus hijos, incluso dormir con ellos. Jamás amenazarlos con la toma de los medicamentos, que si no te la tomas se te cae la mano, por ejemplo para nada ayuda esta pedagogía, mas bien recurrir a argumentos mas dulces, tiernos y estímulos de ser un campeón, solo las reinas se toman los remedios, te contaré mas cuentos!!


Existen cirugías que demanda cuidados pos operatorios mas complejos para los niños, como la cirugía ocular que, aunque permite una rápida recuperación del paciente y la disminución de las molestias tanto pre como postoperatorias, necesitan transcurrir de manera serena, por ejemplo evitar a toda costa que el chico se frote los ojos, porque como va a sentir algún ardor y escozor, y los papitos aquí deben armarse de paciencia creativa, tener a la mano muchos cuentos para leerles, hacer del momento de las gotas una aventura de tiro al blanco por ejemplo. Una cirugía ocular deja efectos inmediatos pero superables rápidamente que incomodan al niño, como, ver algo borroso, además hay que insistir en alternativas de entretención suaves que permitan el descanso, pues cero tele, no pueden ver tele, mucho menos video juegos, que rico que los acompañantes estimulen viajes fantásticos con los ojitos cerrados. Tal vez esta es la cirugía de mas cuidado en los niños, no por riesgosa sino por sus cuidados y normas en el pos operatorio, los papitos pueden aprovechar para motivar un cuento con la nuevas miradas, por ejemplo ahora verás, al amor y la alegría con su mejor vestido las sonrisas, y así promover nuevas miradas para la felicidad.

Con Caricias Calientitas

Si se mezcla la medicina en un jugo que le guste mucho, es muy probable que note el cambio de sabor. Los comprimidos o tabletas pueden machacarse en la primera cucharada de una comida de sabor fuerte como una ensalada de frutas. Las píldoras amargas se toman mejor con una cucharada de mermelada,

2 comentarios:

  1. Hola Tita lindisimo el post hoy tengo guardia y te visito desde el hospital un cuento y sonrisas de nuestros Pupa clonw, payasos hospitalarios quitan el miedo y se recuperan mejor nuestros pequeños y grandes.
    La ranita sana sana me encanta.
    Riso abrazos Mariajo

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  2. Tita Excelente articulo. nos cae de perlas porque a Mária María posiblemente (Dios quiera que no) hay que hacerle una cirujia antes de los 6 meses.
    un abrazo

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