jueves, 27 de diciembre de 2012

AÑO NUEVO PARA LA FELICIDAD


La fiesta del año nuevo es una excelente oportunidad para plantearse y proponerse para cumplir unos buenos y prácticos propósitos de educación para la felicidad. Si bien hay que educar para las responsabilidades de la vida cotidiana, eso no basta: hay que educar para la felicidad, desde la autonomía, una tarea nada fácil, porque los chicos desde que nacen están expuestos a un mundo incierto y cargado de temores, presiones y tentaciones que fácilmente empujan al egoísmo malsano, al engaño y la envidia; a la auto complacencia, a buscar el éxito sin importar los medios y sin importar a quién lastimen en el camino; en fin, un mundo en el que pareciera que todo se vale.

Frente a estos riesgos, hay que educar para la felicidad desde la ética y en la estética, educar o formar para la convivencia, los chicos deben crecer con criterios propios en un mundo en el que se diluyen el imperativo moral de luchar por aquello que es correcto o noble o el imperativo estético de expresarse mediante creaciones artísticas que los conmuevan.

Y cómo?, sencillo hay que hacer unos propósitos y verificar que se estén cumpliendo, unos propósitos escritos con amor, paciencia, coherencia, unos propósitos con convicción, y tener en cuenta que los propósitos deben venir acompañados de “buen ejemplo”, porque aquí los sermones y discursos se agotan y para nada o poco sirven, hay que salpicar a diario el ejemplo con amor, ética y estética; estos propósitos deben aprenderse y practicarse hasta que se vuelvan casi intuitivos: hacer lo correcto, hacer el bien, sentir en carne propia el dolor y la alegría ajenas, ser solidarios, disfrutar de la diversidad humana, en fin, ser buenos hermanos es algo que solo se aprende viviendo… y reflexionando sobre cómo viven los menores, es decir hasta convertirse en hábito, pero cuidado, porque si algo es evidente para los niños durante su primera infancia, es la falta de congruencia entre el discurso y la práctica, como quien dice el ejemplo: los chicos detectan velozmente “sepulcros blanqueados” que sientan cátedra moral mientras demuestran lo contrario con su vida y con sus hechos, hay que predicar con el ejemplo y reflexionar sobre ello.

Finalmente, lo principal, para trazarse los propósitos de año nuevo, es usar la tinta del corazón, no es un manual sico-rigido, hay que aprender que se ejercita a ser buenos por conveniencia no por temor; la zanahoria y el garrote no son buenos instrumentos pedagógicos cuando se trata de sentimientos y valores, cuando se trata de construir criterios éticos, cuando se trata de aprender a hacer lo correcto, obviamente debe haber algunos estímulos, jamás el chantaje, mucho menos el castigo físico, o la humillación, recordar que los límites son necesarios, hay que promover la ética, la bondad, el amor, el respeto, la dulzura, más caricias, más mimos, más cuentos, más canciones, más juegos!

Entonces manos a la obra, propósitos, reales, claros, cumplibles, éticos y estéticos, como quien dice fortalecer los lazos familiares para el 2013: Pasar más tiempo con los hijos; los estudios demuestran que los niños que tienen un vínculo fuerte con sus papitos, desarrollan una mejor autoestima y sufren menos angustia emocional, demostrar afecto, al demostrarles a los hijos que los aman, les están comunicando que son una parte importante de sus vidas, cumplir sus promesas, prometan solamente aquello que puedan cumplir, que las promesas sean algo significativo para sus hijos, como pasar tiempo juntos, respetar esas promesas. Conectarse con sus emociones, los papitos  les enseñan a sus hijos mediante sus actos, es decir el ejemplo, los papitos deben poner en orden sus sentimientos y demostrar a sus hijos que siempre es importante actuar de manera respetuosa al relacionarse con los demás, no importa cuán difícil sea la situación.

Aprender a escuchar mejor, los papitos deben tomarse tiempo para escuchar los problemas y las ideas de sus hijos, con frecuencia, los papitos hablan demasiado y no escuchan lo suficiente, particularmente cuando los niños han hecho algo mal, hay que darles la oportunidad de explicar lo que saben sobre una situación determinada y escucharlos con paciencia, amabilidad y mucho respeto, disciplinar con amor, porque los chicos necesitan orientación y disciplina, no para castigarlos, sino para ponerles límites razonables, recordarles a los hijos las consecuencias de sus actos y recompénsenlos con algo significativo cuando se comporten bien.
El buen ejemplo, tal vez es el propósito más importante porque ayuda siempre a que los hijos a elegir bien enseñándoles lo que está bien y lo que está mal y animándolos a dar lo mejor de sí. Y por último no por eso menos importante, cuidar a sus hijos lo mejor que puedan, controlar lo que comen, mantenerlos activos y asegurarse que duerman lo suficiente.

Ahora bien, en la celebración de año nuevo, hacer una promesa de ser los mejores papitos, y por su puesto para todos un 2013 lleno de amor, en paz y alegría, con salud y prosperidad!

Con Caricias Calientitas

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