viernes, 25 de diciembre de 2009

COMPARTIR PARA LA FELICIDAD

Para que nuestros chicos sean generosos, fechas como la de hoy son la oportunidad perfecta para motivar actitudes de “compartir”, como todos los valores compartir es vital para la felicidad de los niños y adultos tambien; la acción de compartir no se produce de forma natural, sino que es un proceso que se desarrolla lentamente, y que precisa tiempo y paciencia. Para ello, es fundamental tener en cuenta la edad del niño. En los dos primeros años de vida, los niños no tienen ningún sentido de la propiedad, no distinguen cuando algo les pertenece o no. Si llevan tiempo jugando con un juguete o se familiarizan con él creen que es suyo, no entienden que pueda ser de otro. De igual forma, cuando prestan algo, piensan que no les va a ser devuelto, que lo van a perder. Por ello, es importante a esta edad no obligarles a compartir ni prestar sus juguetes sin antes consultarle. Debemos respetar sus sentimientos, de lo contrario, se podría convertir en un niño inseguro y más egoísta a la hora de compartir sus juguetes.

Alrededor de los dos o tres años son egocéntricos, piensan que todo gira en torno a ellos y aunque ya pueden entender el concepto de propiedad les cuesta mucho compartir. A esta edad empiezan a jugar con otros niños, comienzan a relacionarse y a participar de los mismos juegos y juguetes, pero todavía no están preparados para compartir sus objetos sin que surjan conflictos. Es conveniente que los papitos le ayuden a elegir los juguetes que no les importa prestar y guardar aquellos por los que tiene más interés para cuando esté solo. Tienen que saber que los juguetes que saque de su casa cuando vaya al parque, a casa de un amigo o a cualquier otro sitio a jugar son para compartir, de lo contrario debe dejarlo en casa para cuando esté solo. Es a partir de los tres años cuando empiezan a disfrutar jugando con otros niños de su edad, participando todos del mismo juego y compartiendo los juguetes. El único problema es que todos desean el mismo juguete y este si que es un problema. Si uno lanza una pelota, todos quieren lanzar la pelota y si uno quiere coger la bici, todos los demás querrán cogerla también. Es una buena edad para enseñarles a hacer turnos y respetarlos. La felicidad es un engranaje de valores cotidianos puestos en acción, hoy tocando el compartir, encontramos, disciplina, respeto, paciencia, por nombrar las menos.

A partir de los cinco años, el tener amigos es muy importante para ellos y entienden que compartir sus objetos les ayuda a tener amigos. Para que los niños aprendan a compartir, tienen que tener muy claro el concepto de propiedad. Deben saber qué les pertenece a ellos y lo que pertenece a los demás. También deben entender que hay objetos que pertenecen a todos, como por ejemplo los columpios de un parque público, con los que todos pueden jugar, de ahí que deban compartirse y turnarse. Los educadores para la felicidad deben mostrar a los chicos las ventajas que tiene compartir. El pequeño debe saber que si él le deja la pelota a su amigo, será más divertido porque podrán jugar juntos y otro día su amigo se la dejará a él. Pero, sobre todo, recalcar de manera tacita que las cosas se prestan de forma desinteresada para que su amigo esté contento y que esto a su vez le hará sentirse bien a él porque su amigo esta feliz. Ahora los papitos que son el mejor ejemplo deben procurar que los niños se relacionen con otros chicos y así ellos se sentirán mas seguros! Desde pequeños debemos ir transmitiéndoles valores como la generosidad, y educarles para que sepan desprenderse de lo material o para que sepan ponerse en el lugar del otro y saber cuáles son sus necesidades con el fin de poder ayudarle. De esta forma, estaremos contribuyendo a que nuestros hijos sean mejores personas, como quien dice a que caminen felices. Los adultos que comparten con los niños son un referente y todo lo que hagan, lo querrán copiar, por aquello de que el ejemplo es el mejor maestro. De manera que los papitos deben compartir… La imitación es un factor muy importante para el desarrollo del aprendizaje. Hay que permitirles a los hijos que observen cómo sus padres son personas generosas en el trato diario con otras personas y cómo se comportan con los demás siendo amables y generosos. Volver al índiceVolver al índice Enseñemos a nuestros pequeños a compartir aunque les resulte difícil. Para ello podemos tener en cuenta las siguientes sugerencias:

- El niño debe saberlo con tiempo. Los niños deben saber con antelación que algunos juguetes son para compartir con sus hermanos. Así, por ejemplo, si los padres han decidido comprar una bicicleta para su hermano y para él, tiene que saber que tendrá que compartirla haciendo turnos. También ha de saber con anticipación que si un amiguito suyo va a ir a su casa a jugar, debe compartir los juguetes con él. Si tiene mucho interés en un juguete determinado y no desea compartirlo, podemos proponerle que los guarde antes de que llegue la visita.

- Los educadores para la felicidad deben ser previsores y planificar con anticipación las ocasiones en las que se espera que comparta. Si ha invitado a sus amigos a jugar, es aconsejable proponer juegos en los que conviene compartir como pintar con lápices de colores, utilizar plastilina o jugar a las construcciones. O proponer juegos en los que hay que turnarse como tirar la pelota a la portería, subir en los columpios o montar en bicicleta. - Jamás obligarlos, el pequeño debe comprender que compartir es una acción buena que hace que los demás disfruten con sus cosas y que por eso él debe sentirse orgulloso de sus juguetes y de que a los demás les gusten. Tenemos que asegurarnos de que después le serán devueltos.

- Elogiarle. Es muy importante reforzarle los momentos en los que comparte, elogiándole cuando se ofrezca a compartir un juguete, a hacer turnos o cediendo para evitar un conflicto. Para ello debemos hacerle comentarios positivos, decirles "me gusta mucho como has actuado", recordemos que se elogia al niño y se sanciona la acción; también se le pude premiar, dándole una pequeña recompensa. Para estas ocasiones, es aconsejable estar preparado y tener guardado un sobre de las estampas que él colecciona o un caramelo que le guste, por ejemplo.

Y bueno este es un tiempo maravilloso para compartir no solo juguetes, lo ideal es que la navidad sea para compartir tiempo con calidad y cantidad con los pequeños seres que inspiran la vida y de paso nutrirnos con su inmensa ternura, dulzura y bondad.

Con Caricias Calientitas


Se parte del supuesto de que existen en los niños, de entre un año y medio y dos a tres años, distintos modos de poseer, distintas motivaciones para desear la posesión de un objeto físico, o dicho en otras palabras, distintos contextos que impulsan a los niños a desarrollar un sentimiento de posesión sobre un objeto.

1 comentario:

  1. Que importante es hacer que los niños compartan, y los grandes tenemos que dar el ejemplo, tenemos que DAR desde el corazón, sin esperar recompensa, sólo por hecho de hacer felices a los demás, el DAR generosamente abre las compuertas del Universo y fluyen hacia nosotros Bendiciones en abundancia!!!!

    Gracias Tita por tan bella entrada

    Adri

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