Entonces se recrean casos en que los niños desde la primera infancia, se les enfoca estrictamente en un tema especifico, incluso los papitos llegan a enojarse cuando los pequeños se rebelan; casos como comprarles patines sofisticados antes de nacer porque tiene que ser campeón de patinaje? Por favor, llegado el momento es probable que el niño se rehúse a patinar, y en ocasiones estas situaciones llegan a enfermar al niño, peor aún se siente rechazado por no cumplir la voluntad de los papitos. Son numeroso los ejemplos que vemos sobre este traslado inadecuado de sueños y deseos, las mamitas que no comen verduras y quieren y obligan a sus hijos a comerlas; todas estas actitudes escudadas en la “buena intención” de desear lo mejor para sus hijos, o que no se vean abocados a situaciones como las que les toco vivir a los papitos. A la postres esto se vuelve una obsesión, que genera en el niño ansiedad, estrés, enojo, inconformidad, peor aun y sin exagerar puede desembocar en un resentimiento del hijo al padre.
Hay que dejar que los hijos tengan sus propios sueños, de tal manera que su vida resulte absolutamente acorde con sus sueños. Si no da justo en el blanco, por lo menos habrá puesto la mira en la dirección correcta. Incluso los oficios o profesiones a que se decidan los hijos pudieran estar distantes de la tradición familiar y de los sueños no cumplidos de los papitos. Obviamente los papitos buscan proteger a sus hijos, pero porque deben renunciar a sus “mejores años” para estudiar cosas que apenas les interesan? ¿Acaso aprovecharán así su tiempo? ¿Por qué enseñarles a dejar de lado sus inclinaciones? Son los audaces, y no los sumisos, quienes llegan más lejos en tiempos difíciles. El miedo no conduce a ninguna parte; el entusiasmo puede llevarnos a todos lados. Son esos papitos los que sienten orgullo cuando sus hijos se convierten en “pilotos militares” sin ningún antecedente familiar ni social, ayudarlos a tomar las decisiones correctas es posible, pero sólo si se ha mantenido con ellos una relación de apoyo, y no impositiva desde la primera infancia. A pesar de que sin bien son muy chicos, hay que dejarlos y estimularles el desarrollo de sus aptitudes y cultivar su pasión y talento natural por lo que se inclinen. Ese es rol de los educadores para la felicidad, la vida se encarga de confrontarles su realidad en su debido momento, seguramente sus sueños demandarán sacrificios, sufrimientos como el “piloto militar”. Sin embargo, hay que dejar que descubran sus límites, intentando algo, esto es mejor a que nunca tome riesgos por los miedos de los papitos.
Hoy Caricias Calientitas se inspiró en el “piloto militar” un chico joven que se aferró a su sueño, luchó, y fue apoyado mejor aún es apoyado por su familia. Respetamos su sueño, lo acompañamos en su sueño hoy hecho realidad. Felicidades mi Piloto favorito.
Con Caricias calientitas
Caricias Calientitas destaca con mucho entusiasmo que la fuente de inspiración de este blog, mis hijos hoy hechos y derechos, son felices, autónomos, por eso hoy nos llenamos de orgullo y contento por los logros de nuestro “Piloto Favorito”. Felicidades mi maravilloso hijo!
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