Hay que partir haciendo diferencia entre una familia que está junta y una familia unida, porque junta se puede estar en el ámbito militar o civil, pero “unida” es evidenciar la forma de compartir idénticos valores y de enriquecerse entre sí con la suma de los estilos personales de cada uno. De todo esto nace el estilo y la fortaleza de una familia militar. Por tanto es bueno y necesario que cada hijo tenga su propio estilo y sepa respetar, compartir y apreciar aquellos valores que les son comunes y claro también hay valores militares o religiosos y que algunos son inalterables. Pero nunca se pondrá en duda como tales, valores como el altruismo, la responsabilidad, la tolerancia, la generosidad, el respeto, etc. Es que los valores valen por sí mismos y van mas allá de las personas, es decir, trascienden, son captados como un bien y se les identifica con lo bueno.
Pero no continúo en esta dirección porque no es de lo que quiero escribir, sino de las mamitas militares, que con su actitud logran ampliar el espectro familiar, en el caso de Nico le llueven las tías militares como Mónica, Luz, los tíos tenientes, capitanes y mayores recién ascendidos, los amigos, los padrinos, los alcahuetes, los cómplices, que sin darse cuenta se suman a la filosofía educativa de la mamita de Nico e influyen de manera dulce y positiva en la cotidianidad del niño. Aquí vale resaltar que a nuestros hijos los tratan como nosotros promovemos, es decir a Nico todos los tratan con dulzura y así pasa en esta base con el resto de los niños, ojo a las mamitas todas, sin gritan a sus hijos los otros intrínsecamente están aprendiendo a gritarlos, si los niños asisten a eventos sociales como “convidados de piedra”, los otros serán indiferentes y fríos con los niños, recuerden que los niños aprenden a comunicarse desde la primera infancia en la interacción de la familia, de ahí la importancia de hacer de ésta una realidad familiar común, porque una base militar se constituye como un familia extensiva del núcleo del niño, Nico, Stefany, Mariana, y todos los chicos son privilegiados viven en un espacio de aceptación y amor en donde se comparte, se vive y se respetan las distintas formas de ver las cosas en cada uno de sus miembros y al mismo tiempo se unen en pos de un objetivo común, resaltar que están creciendo con conciencia ecológica, un besito de algodón de azúcar para todos los niños de la base militar aérea que se identifica con el león puma y dicho sea de paso caminan con “la fuerza de todos” en la felicidad.
Los padres no son los dueños de los hijos, son sus tutores, es decir, directamente responsables por su educación. La mamita, especialmente debe enseñar a sus hijos el valor que tiene el amor, la compasión, la humildad, la paciencia, el valor de las cosas, el respeto a sí mismo y al prójimo, la dignidad, etc., es decir, todo lo concerniente al ámbito de la emoción y por ende al sentimiento del corazón, en virtud de que ella es universalmente reconocida para ello y aquí voy a decir algo que seguramente va a herir susceptibilidades y es que los chicos que proceden de una casa en la cual solo existe un progenitor, padecen de deficiencias muy difíciles de subsanar en cuanto a ser educados para la felicidad. Para nadie es un secreto que la psicología, propia del sistema militar, procede inicialmente de la disciplina y el carácter recio, incluye el temor, es decir, en la rigidez de las creencias dogmáticas tradicionales, también va de la mano del castigo. Sin embargo, las mamitas militares enfatizan más los aspectos de la tolerancia, del amor y del intelecto, los cuales le dan mayor libertad y flexibilidad a la educación para la felicidad. Personalmente creo que una mamita militar, en virtud de su intelecto, es capaz de razonar y de entender que su hijo debe educarse desde el amor, ingrediente principal de la felicidad por difícil que parezca, aunque ella aún sea parte de métodos disciplinarios rígidos, de ahí que yo recomiende a las mamitas militares y a todas mucha paciencia y un especial énfasis en la instrucción, en el sentido de enseñarle a sus hijos a cómo aprender a ser felices y autónomos, no sólo a impartirles información fundamentada en tradiciones pasadas. Es preciso despertar en el niño el deseo por el vivir feliz, a través del estimulo que se le de para que él encuentre sentido al desarrollo de una actitud alegre y tierna. Esto hará que se cree en él un dinamismo y una sana ambición, de alguna manera los chicos que viven en bases militares no son ajenos a la guerra, al conflicto, al trato duro, entonces hay que fortalecerlos en el amor, en la dulzura, en la ternura, de tal manera que sus mentes sean ágiles y adaptables a las condiciones cambiantes del un universo interno y externo en constante redefinición.
Los escépticos dirán que no es posible. En una educación para la felicidad adecuada, oportuna, creativa desde la primera infancia se han visto cambios inimaginables. En consecuencia, esa misión y responsabilidad históricas de las mamitas militares no pueden ponerse únicamente en manos del núcleo familiar. Caricias Calientitas propone a las familias que habitan en bases militares una educación para la felicidad basada en el amor, la estimulación adecuada y la comunicación asertiva, valores necesarios para crear una cultura de paz en un ambiente de guerra.
Y para cerrar este articulo Caricias Calientitas confiere la "Orden de la Dulzura" a la mamita militar mas tierna de la que se tenga conocimiento, la mamita de Nico que cambio la ley de la fuerza por la ley del amor.
Con Caricias Calientitas
Hola Tita, siempre es una caricia pasar por aqui, es tan importante cuidar, mimar, proteger,educar, regañar... todo lo que hay que hacer para que nuestros angelitos crezcan sanos!! y nunca termina... yo tengo dos angelitas una de 26 y otra de 29 y sin embargo a pesar de que cada una es independiente, cada noche las arropo con mi mente y las tengo en mi brazos!!!!
ResponderEliminarGracias!!! Abrazos!!!!
Que lindo este artículo!!! Me llegó al alma. Que rico que exista este blog Te felicito!!!. Gracias por tus palabras. Con mucho,mucho pero mucho cariño te mando un abrazo y gracias por enseñarme a educar a Nico en la felicidad!!! Mil abrazos!!!
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