sábado, 21 de mayo de 2011

EMOCIONES PARA LA FELICIDAD


Indudablemente, todo el tiempo quisiera dejar presente la enorme importancia que tiene la afectividad y la atención a las necesidades emocionales del bebé para su armónico desarrollo posterior. Tanto por causas psicológicas como incluso biológicas el ser criado con respeto tendrá incidencia en el modo en que el niño sentirá el mundo y se sentirá a sí mismo. Si las necesidades emocionales son atendidas el niño crecerá sin miedo y con confianza. La violencia, incluida la desatención emocional, pondrá las bases de la desconfianza hacia los demás y la desvalorización de uno mismo. Para ser feliz hay que sentirse amado y respetado desde la gestación.

Muchas veces los papitos, que aman mucho a sus hijos, no saben cómo amarlos, incluso sin querer repiten ideas preconcebidas erróneas que desvalorizan al bebé y los alejan de él, sin llegar a reflexionar si el modo en el que nos educaron puede no ser el más adecuado. Descubrir esto permite enfrentarse a esos fantasmas que viven en nuestro interior y afrontar la crianza de los hijos sin repetir conductas dañinas.

El bebé que llora expresa una necesidad, subrayo porque definitivamente quiero de alguna manera hacer entender a los papitos que un recién nacido que llora es por algo; a veces física, pero también, y de forma muy importante, afectiva. Si al escuchar al bebé llorando caen en ideas como que llora para fastidiar, para tomar el pelo o para que hagan lo que él quiere, estas son actuaciones contra él y repitiendo un patrón de pensamiento peligroso. El bebé no sabe hablar y manifiesta sus emociones del único modo que puede, mediante el llanto.

Así mismo, su necesidad de contacto físico es enorme y fundamental para su correcto desarrollo psico-afectivo. Si un bebé llora para que lo cojamos, hay que alzarlo, abrazarlo y calmar su necesidad, hablarle dulcemente. Acariciarlo con tanto amor que pueda fundirse en un acto de ternura emocional. Esto puede parecer poco importante, pero es que la necesidad de afecto y de su expresión física, que es la que entiende el bebé, es enormemente importante. Si necesitas amor y se te da comprendes que tu necesidad de amor, que tú mismo, eres importante y digno de ser respetado y amado. Pero si el llanto es recibido con indiferencia y burla, si al bebé se le trata de manipulador, malo y caprichoso, creerá que es así, que no importa y no vale nada para aquellos que son todo para él.

Para que un bebé o un niño se sientan amados necesitamos entender sus emociones y también interpretar cuáles son sus necesidades afectivas y satisfacerlas. Los bebés arrugan sus frentes, sonríen ante la cara de sus padres, o prueban los límites de sus pulmones con un grito caluroso, es obvio que las emociones son una pieza principal del ser humano. Las mamitas pasan mucho tiempo con los niños en la enseñanza de cosas simples tales como atar sus zapatos, con todo esperamos a menudo que aprendan cómo manejar sensaciones complejas como cólera, tristeza y la frustración sin mucha ayuda. Los estudios de la investigación, dejan claro que los niños mejoran cuando los papitos consolidan, apoyan y animan su desarrollo emocional.

Existen catálogos para aprender a entrenar las emociones en los niños, primero el conocimiento emocional, y reconocer esas emociones como oportunidades para entrenar las buenas emociones, jamás etiquetear al bebé o al niño, es decir; él es mal geniado, cuando va por lo calle y lo saludan responder él bebé amaneció mal geniado, por favor! Para los papitos no es difícil interpretar, cómo un niño se está sintiendo cuando él estalla en llanto después de que su hermana rompe su juguete preferido. Ella está enojada y triste. Así mismo, un niño que está usando una sonrisa grande y está tarareando su canción preferida en el asiento trasero del coche, hace suponer que se está sintiendo feliz y contento.

Tales interpretaciones naturalmente percibidas por la mayoría de los papitos, pero las emociones de un niño son a veces menos obvias, y como todos nosotros, los niños pueden experimentar varias emociones en el mismo tiempo. Para descubrir lo que está sintiendo un niño en tales situaciones toma un poco más trabajo. Hay que mirar no solo lo que dice, sino todo el cuerpo, escuchar las indirectas en el tono de voz de un niño, y buscar pistas en su cara. También es de gran ayuda, el conocimiento que tengamos de nuestras propias emociones, incluyendo esas sensaciones que sean más duras de identificar (como la decepción, sensaciones de tristeza, o de preocupación).

Puede sonar simple, pero es de gran ayuda comprender y reconocer cuál la emoción que está viviendo su hijo, cómo se está sintiendo, de esta se puede llegar a desempeñar un rol significativo en el desarrollo emocional, que le permitirá crecer como un ser humano sano y feliz; es la conexión del corazón y de la mente, cada día más, científicos están demostrando cómo el desarrollo emocional de los niños puede afectar su salud física y mental. Los estudios demuestran que los niños que son emocionalmente inteligentes, tienen mayor probabilidad de sentirse seguros de sí mismos, mejoran en escuela, tienen pocos problemas de comportamiento, tienen un mejor estado de salud, consiguen llevarse mejor con los amigos y demás, y resisten al conflicto marital de sus papitos es mejor. La solida salud emocional, prepara mejor al niño para ocuparse de los acontecimientos difíciles que la vida le depare. Y esto se fabrica desde la gestación, la bienvenida que se le da al nacer, el trato con amor a manos llenas, marcan la diferencia.

El conocimiento de estas emociones crea la ocasión para que los papitos se conecten con su hijo a nivel emocional, compartir los distintos momentos de vida, y dirigirlo y consolidar en el camino al desarrollo emocional sano. No es siempre tan fácil, deducir por qué el pequeño se está sintiendo triste, desconcertado, vertiginoso, alegre, sorprendido, temeroso u orgulloso. Puede llevar a veces un buen pedacito del trabajo detectivesco descubrir qué ocupa su mente. Puede ser que no sea evidente, pero un niño al que le nace una hermana menor, puede mostrarse enojado y malhumorado, por sentirse inseguro con su lugar en la familia, manifestando celos de la atención que hermana está consiguiendo.

La razón por la cual una niña puede repentinamente no querer ir más a su jardín infantil, puede ser la sensación de sentirse rechazada, porque su amiguita preferida encontró a una nueva amiga. Las indirectas a las sensaciones de los niños no se escriben siempre en sus caras. El desarrollo del lenguaje, ayuda a los niños a poder hablar de sus emociones, y es importante para el proceso. Por ejemplo, necesitan aprender las palabras que expresan emociones tales como: la decepción, la tristeza, y la preocupación. Pero igualmente antes de que los niños aprendan a expresarse, los adultos pueden descifrar a menudo los mensajes de los niños escuchando de cerca e intentando ver el mundo desde su punto de vista.

Para conocer el hijo, hay que conocerse primero el papito, la mamita, aunque el estar enterado de las emociones negativas del chico es importante, hay que gozar y celebrar los momentos positivos también. Compartir la alegría y la risa de un niño es uno de los mejores momentos de la paternidad. El estar enterado de las emociones de un niño toma tiempo y paciencia, reconocer y entender las emociones es una habilidad que todos los papitos pueden y deben desarrollar, pero ponerla en práctica puede ser más difícil para algunos papitos.

El mejor ejercicio es ver el mundo desde el punto de vista del niño, para entender su emoción, escuchar lo que el niño dice y los diálogos que forma cuando está solo, esto da pistas sobre las sensaciones que está viviendo el pequeño, si está ansioso, asustado, feliz u orgulloso. Y por su puesto jamás olvidar que el mejor maestro de las emociones y de toso es el ejemplo. Como es sabido, los bebés, a partir de los seis meses parecen discriminar distintos estímulos visuales.

En el momento del nacimiento el bebé tiene completamente formada su musculatura facial, durante los primeros estadios infantiles es posible detectar expresiones faciales semejantes a las adultas, como por ejemplo, muecas de "disgusto" ante sabores no placenteros. A las dos o tres semanas los bebés son capaces de imitar conductas tales como abrir la boca, bien que no existe acuerdo sobre los posibles mecanismos que intervienen en el proceso.

Bueno otro post que tiene que ver con el carácter de los niños, que se forma con base en las emociones, mejor dicho una cadena que necesita ser tejida con amor, dulzura, ternura, sagacidad, creatividad, seguridad, y sobre todo muchas caricias calientitas!

Con Caricias Calientitas


Un vídeo que ya he publicado en otras ocasiones que creo sensibiliza a los papitos y adultos que están a cargo del los niños y como hay que volverlo a ver y oír con atención su mensaje!


6 comentarios:

  1. como nos tienes acostumbrados, tus entradas siempre derrochan sabiduría.

    Gracias Tita.

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  2. Otra maravillosa lección sobre los niños.
    Un beso.

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  3. Gracias por tu visita , hace dias que di de casualidad con tu hermosos blog y me suscribi,lo unico que hice fue ir a donde estan tus seguidores y ahi hice click y listo quede suscrita..
    Espero llegar a fomentar una buena amistad, anduve por tus otros espcios y me voy encantada, tienes muy y muy buena variedad de entradas..
    Desde Mexio un afecutuoso saludo....

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  4. JEJE PÒR ESCRIBIR SIN FIJARME OMITI LETRAS SORRY!!!!

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  5. Muy interesante, se nota que estas con ellos y que lo haces muy muy bien.

    me encantó la música

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