CHUPOS PARA LA FELICIDAD

El chupo, para unos el mejor invento, para otros un vicio horrible, ha resistido el uso y el abuso; otros lo recomiendan, otros dicen que es un vicio que se debe parar. Pues bien de todo un poco, primero los chicos se vuelven adictos al chupo porque los “papás” así lo quieren, pues son ello los que crean la necesidad y le suministran este artículo. Algunos aspectos importantes a considerar sobre un tema que todavía está en proceso de discusión en círculos académicos y juntas médicas, se ha encontrado en el chupo puede representar un efecto protector importante contra el SMSL (síndrome de muerte súbita en el lactante). No se sabe con exactitud sobre la manera cómo opera en el organismo, ni tampoco se ha realizado un pronunciamiento oficial para recomendar el uso cotidiano del chupo, ya que aún no se tiene bien claro sus efectos secundarios en la salud de los pequeñines, que pueden ser: interferencia en la lactancia; otitis; enfermedades respiratorias y digestivas; problemas de desarrollo dental; caries; trastornos del sueño; obstrucción de la vía aérea, entre otros.

Sin embargo, los especialista, continúan interpretando el resultado de las investigaciones y han encontrado que el uso del chupo durante el sueño, puede disminuir el “umbral del despertar”, lo que parece relacionarse con la disminución del SMSL. Se ha postulado además que el chupo: No permite que la lengua selle las vías respiratorias del niño, también disminuye la valía de posiciones corporales inadecuadas mientras duerme el niño, implemente la respiración bucal de no es adecuada, aumenta el vigor respiratorio en el menor, y acrecienta la aferencia sensorial en los músculos responsables de proteger las vías respiratoria de una posible asfixia. Desde luego, mucho autores y estudiosos del tema, manifiestan que no se debe recomendar el chupo hasta que los mecanismos fisiopatológicos que expliquen esta asociación sean aclarados. Mientras llega el momento que se certifique científicamente los pros y los contras del chupo, lo mejor es procurar el no uso pero si a los papás les parece indispensable pues entonces un uso moderado, controlado y con mucha higiene.

Cuando el chupo en la boca del pequeño ya es un hábito… se recomienda evitar prohibiciones, menos exigirle que lo abandone de una, cuando se llega a estos extremos a los únicos que se pueden señalar como culpables es a los adultos que le proporcionaron su chupo y además lo utilizaron en todos los momentos cotidianos... A medida que el pequeño crece, lo dejará por sí solo. Ojo el chupo debe ser personal, mantenerlo limpio, de un tamaño adecuado, los sofismas de distracción pueden ayudar a dejar el chupo, por ejemplo en vez del chupo un juguete atractivo, una vuelta por el parque, una bailadita, una canción, si el chico ya esta grandecito se le puede recompensar cuando acumule tiempos largos de no uso del chupo.

Muchas veces la pregunta es quién necesita más el chupo, los bebes o los papitos, siempre queda la duda, y al final parecen que son los adultos quienes mas lo necesitan. Es un hecho, que el chupo o chupete es un invento práctico a la hora de calmar un bebe, pero no todos lo necesitan, de hecho hay muchos bebes, que les molesta, su forma, su sabor, o su consistencia, y no aceptan adaptarse a alguno por ningún motivo. Pese a que los adultos piensan que esto es un problema, no es cierto, muchos bebes crecen sin la necesidad del chupo. Aunque parece ser práctico que cuando el bebe llora, también aprenden a calmarse cuando lo necesitan y no están sujetos a que calmarse y controlarse dependa del chupo. De alguna manera cuando el chupo se convierte en hábito hay que pensar en la engorrosa tarea de quitar este vicio en el futuro.

Si después de todos sus esfuerzos, definitivamente no lo consiguió, no se desanime, tenga en cuenta que el bebe, crecerá igual de sano y feliz que los demás, y no será el único que no usa el chupo o chupete. Pero si por algún motivo, el bebe, comienza a chuparse los dedos, entonces no escatime esfuerzos, para acoplarlo a alguno, porque en últimas, llegado el momento el chupo, se vota y listo. Pero el bebe que toma la costumbre de chuparse uno o más de sus dedos, posteriormente se hace muy difícil erradicar tal costumbre.

Obviamente son mas la ventajas de no usar chupo, evitará muchas molestias, que incluyen a media noche, levantarse a darle el chupo que a al bebe se le ha caído, o buscar el chupo a oscuras, debajo de la cama, de las cobijas, haciéndolo rápidamente, para evitar, que el bebe siga llorando y se despierte completamente y se vea entonces en la tarea de volverlo a dormir.

Moraleja, cada cosa tiene su lado positivo, tenga calma y disfrute a su bebe, con amor, ternura, dulzura, compresión, pues crecerá rápidamente, más de lo que Ud. piensa y pronto toda esta etapa habrá quedado atrás.

La costumbre de remojar el chupo en miel o agua azucarada es inapropiada, pues además de quitarle el apetito, puede provocarle caries. Además, algunos casos de botulismo en lactantes se han relacionado con el consumo de miel contaminada. El chupo debe retirarse al año, cuando el niño comienza a masticar y desaparece el reflejo de succión. Si se alarga mucho su uso, puede provocar defectos en la mordida, deformación del paladar y alteraciones en la alineación de los dientes, lo que le traería problemas. El chupo debe ser de una sola pieza y tener una correa. No debe obligarse al niño a usarlo ni mojarlo en líquidos azucarados; tampoco dárselo cuando tiene hambre o para que reemplace a los padres.

Los chupos llegan a los chicos porque los adultos los llevaron a sus bocas, de manera que papitos recuerden que un chupo continuo, daña el paladar, puede producir caries, llenar de gases al bebé, retardar el habla, aquí como en toda la crianza desde la primera infancia, se debe traer al amor, la ternura, la paciencia, el juego, la alegría, por ahora a disfrutar esos lindos seres de amor y seducción.

Con Caricias Calientitas

Diversos estudios afirman que su presencia frecuente y prolongada en la boca podría afectar el desarrollo apropiado del habla. El chupo, ese compañero inseparable de algunos bebés,