SIN CELOS PARA LA FELICIDAD

Cuando la familia se crece, los hermanitos experimentan celos!!! Existen relatos familiares que ilustran la forma como manifiestan los celos los chiquitos. Cambian de comportamiento, se vuelven algo egoístas, intentan pataletas, dejan de comer, muestran atrasos en control de esfínteres, vuelven a tomar tetero, pero todo se reduce a llamar la atención.

Los celos son celos iguales independientemente de la edad. Y con los celos entre hermanos pasa lo mismo. El sentir celos es una reacción natural. Aquí vale la pena hacer un ejercicio sencillo, y es ponerse en los zapatos del pequeño, que tal llegue otra persona a vivir a la casa, así naturalmente, y para eso hay que “sacrificar” espacio, juguetes y lo que es peor compartir afectos! Este ejercicio permite identificar el sentir del niño, es que tener un hermanito puede resultar una maravillosa experiencia mientras se cree que es solo para jugar, pero en realidad este recién llegado demanda demasiados cuidados y nada de juego con el hermanito mayor, por lo tanto se acaba el encanto, y de repente, todo empieza a cambiar...

Al nacer el segundo hermanito, los celos del mayor son inevitables. Aparece en los niños sobretodo cuando creen que van a perder el cariño de sus padres. Es muy difícil dejar de ser el sol para ser una estrella más en el universo de su hogar. Depende mucho de la actitud de los papitos, que la situación de celos que están viviendo en casa, se quede en una crisis temporal, dentro de unos límites razonables. Y que no represente un sufrimiento mayor al niño ni que se dé espacio a una rivalidad duradera. Los efectos de unos celos mal resueltos, pueden representar algunos problemas en el temperamento del niño celoso como el egoísmo, la envidia, la codicia, etc. Además los parientes hacen cosas indeseables como llegar a conocer al bebé y primero llevan un solo regalo para el recién nacido, y después hacen comentarios como: me voy a llevar a tu hermanito.. por favor! Entonces es prudente que el hermanito mayor, se involucre en todo, con tareas como alcanzar el pañal, cantarle una nana, jamás dejarlos solo con el bebé, pues su curiosidad puede llevar a accidentes desagradables, como darle alimentos inapropiados, en fin; hay que prepararlo para la llegada del bebé, sin generar ansiedades, por ejemplo, darle la noticia es oportuno e ideal al final de la dulce espera, y deben ser los papitos los encargados de darle la noticia; la noticia se le debe dar con inmenso cariño, dulzura, claridad y mucho tacto, obviamente recalcar en el cariño que va a traer su hermanito y que el como hermano mayor es el que le va a proteger, y a enseñar muchas cosas.

Cuando la mamita se va al hospital a tener el bebé, debe despedirse de su niño y ojala deciirle que cuide todo lo del bebé para que este perfecto para su llegada, y asegurar que la persona que le va a cuidar venga a la casa, así el pequeño se sentirá más seguro. No se debe olvidar explicar al niño los motivos de algunas ausencias, y compartir con él todo lo que esta pasando. Aunque esté en el hospital, llamarlo por teléfono para preguntar sobre sus actividades y el papito, en esos momentos, debe ser aún más visible. Y cuando sea posible, que el niño vaya a visitar a su madre y a conocer a su hermanito en el hospital. Un detalle importante: recibirlo con un regalo en el hospital, y decirle que fue su nuevo hermanito que lo ha traído.

Al regresar a la casa es el momento de las “pinzas”, es decir todo el tacto, primero debe aparecer la alegría y la felicidad, por la llegada del bebé, y decirle una y otra vez al bebé que gracias a su hermanito mayor todo esta perfecto, demostrar interés y escuchar todo lo que el hermanito mayor cuente sobre los días que estuvo sin la mamita en la casa. Hay que recalcarle que ahora la familia es más feliz. El niño necesita de la seguridad y la confianza de sus papitos. Lo mas apropiado que se puede hacer es darle cariño, mucho cariño. Otra cosa es avisar a las visitas para que le presten atención a él y no sólo al recién nacido. Es importante que la rutina del niño no se altere tras el nacimiento del hermanito. No olvidarse de las costumbres que tenía antes del otro bebé. Si hay que hacer un cambio, se debe hacer antes de que nazca el otro bebé. Hay que jugar con el hermanito mayor, estar en la mesa a la hora de comer, cenar, de prepararle su merienda preferida, de permitirle que se acurruque en tus brazos. Buscar que el momento que tenían solo con él no se altere. Por ejemplo, leer el cuento a la hora de dormir,... esas cosas.. Otra cosa importante es planificar las actividades familiares y tener muy en cuenta aquello de "Todos para uno y uno para todos". Que la familia sea un trabajo de equipo.

Hay que proyectar esto a cuando son varios hermanitos, pues existe el rumor a voces que cuando son varios chicos, los del medio se sienten mas celosos, pues que el primogénito y que el mas chico, y los del medio? Ahora que cuando el bebé va creciendo y se involucra en juegos, y en las actividades propias de su infancia, comienzan las peleas, por un juguete, entonces hay que evitar las comparaciones que siempre son odiosas, y evitar a toda costa las preferencias, pues para nadie es un secreto que existen las empatías, y si bien los hijos son como los dedeos de la mano, todos son diferentes, si las peleas persisten muy sencillo, si no entran en razón de compartir, entonces el juguete se guarda hasta que comprendan que hay que compartir, todos los hijos demandan cariño, ternura, juego, caricias, cantos, cuentos, estimulación, todos merecen ser felices.

CON CARICIAS CALIENTITAS

Los celos son una emoción natural, propia del desarrollo normal del niño. Parten de la necesidad de exclusividad, de protagonismo y de atención de los padres. No se pueden evitar ,