La salud de los chicos ocupa un primer lugar en los objetivos de los papitos, y no sólo en la salud a corto plazo, sino también a lo largo de la vida. Si bien la protección es casi instintiva pero no perpetua, lo que sí se puede hacer es interesar a los chicos desde temprano en actividades que favorezcan una mejor calidad de vida. Y lo mejor es incentivar la práctica de un deporte, pues no sólo se beneficiará con la actividad física, sino que también le puede inculcar actitudes y valores que lo ayudarán en su vida adulta. El deporte ayuda a los niños a desarrollarse física y mentalmente, a estar sanos, y a relacionarse de una forma saludable con otros niños y su entorno.
Los beneficios para un niño que practica un deporte son muchos y van desde aspectos físicos, sociales y de comportamiento. Le ofrece al niño la posibilidad de interactuar con otros niños en un ambiente distinto al hogar o la escuela, también le inculca modelos de comportamiento y disciplina que cimientan su conducta a futuro. Así mismo, le ayuda con la autoestima, pues generalmente en esta etapa, más que una competencia, el deporte es visto como una actividad participativa, y el niño es recompensado por el hecho de participar, más que por un resultado específico. En este punto los papitos y entrenadores deben tener mucho cuidado, pues el exigir o presionar en exceso al niño en estas etapas formativas puede afectar seriamente su autoestima, generando sentimientos de culpa o de no estar a la altura de las expectativas.
Todos quisieran que los hijos sean los mejores en cualquier actividad que realicen, pero ese no va a ser el caso siempre. En este escenario, la labor de los papitos o entrenadores es la de motivarlos a mejorar, exaltando las virtudes que tienen y mencionando las áreas en que no destaquen como oportunidades de desarrollo. Todo esto cuidando que el niño no se sienta presionado o como que le ha fallado a alguien. Lamentablemente, hay algunos papitos que ven en sus hijos una oportunidad de hacer dinero fácil, sobre todo con los altos salarios que reciben deportistas profesionales en estos tiempos. El deporte que vaya a practicar el niño debe ser aquel para el cual demuestre interés y que disfrute haciéndolo. No necesariamente tiene que ser el deporte favoritos de alguno de sus papitos, pero sea cual sea la elección, hay que apoyarlos y también los papitos deben involucrarse en la participación activa del deporte escogido y por su puesto supervisar las practicas, que las condiciones sean adecuadas, y obviamente proveer los accesorios necesarios para una práctica segura.
El hecho de que sea un deporte individual o colectivo no es relevante. Lo importante es que el niño lo practique porque le gusta, porque disfruta cada momento. Cada deporte tiene distintos beneficios que no están sujetos a que lo practiquen uno o varios participantes. La natación se convierte en el deporte estrella, igual el atletismo, que proporcionan tanto participaciones individuales como colectivas (relevos), sin que ello disminuya o cambie los beneficios que recibe el niño que los practica. En resumidas cuentas, cualquiera sea el deporte que los hijos elijan, hay que estimular y exhortar su práctica, pues al hacerlo se esta favoreciendo el desarrollo del niño, no sólo a nivel físico, sino también emocional, social y personal, como iniciarse en el mundo de ganar y perder.
Es más, si se crea el hábito desde la primera infancia, puede ser que se estén ahorrando problemas para cuando el niño ingrese en la etapa de la adolescencia. El deporte ayuda a los niños a desarrollarse física y mentalmente, a estar sanos, y a relacionarse de una forma saludable con otros niños. Estar en forma es estar sanos. Y esta es una regla general. Del mismo modo que los adultos, los niños deben encontrar y practicar un deporte que les guste. Al principio puede costarle iniciar y seguir el ritmo, pero si el niño cuenta con el apoyo, la determinación y la seguridad de los papitos, todo caminará. Los chicos deben hacer ejercicio que les diviertan a la vez, que saque a flote su alegría y relax, así, su autoestima irá en aumento, y la pérdida de algún miedo que pueda existir. El deporte es bueno para la salud física del niño como también para su salud mental. Le ayuda a tener más confianza en sí mismo, a relacionarse mejor con los demás, e incluso a superar alguna enfermedad como el asma. En los últimos tiempos, se ha difundido mucho la natación para bebés debido a sus múltiples beneficios destacando el fortalecimiento de un pacto de amor del bebé con su mamita, papito o el familiar que lo lleve a la clase y la multiplicidad de estímulos que recibe. A criterio del equipo técnico de profesionales, los familiares que acompañan al bebé a sus clases de natación, dejan progresivamente paso al entrenador a partir de los 32- 36 meses aproximadamente, para que se quede con el niño ya que forma parte del proceso de sociabilidad y estimulación profesional. El agua en contacto con el chico relaja e involucra en un descubrimiento y ambientación o familiarización con este medio y con el fortalecimiento y bienestar de él.
La edad ideal para iniciarlos en la natación, está comprendida entre los 5 meses y los 3 años aproximadamente, es conveniente que el lugar escogido, esté equipado adecuadamente; especialmente la temperatura del agua que es más elevado que para los adultos, los aseos y la temperatura ambiente para los hermosos y pequeños protagonistas. Es importante tener en cuenta que los bebés aprenden a relacionar las caras o actitudes de sus papitos. Por eso el acompañante debe dejar en el bote de la basura, la angustia, la sobre-protección, los nervios, la ansiedad, pues el niño percibe todas estas sensaciones y lastimosamente puede responder con vomito, llanto imparable, pánico, y entonces la natación pasa de ser un deporte a una tortura negativa. La adaptación al agua suele ser rápida pasando del llanto de lo desconocido al disfrute y las risas en muy poquito tiempo, además mientras mas chico mas fácil su adaptación, pues conviene recordar que sus primeros 9 meses transcurrieron en un medio acuático.
Normalmente los bebés no efectúa una locomoción autónoma hasta el sexto mes de vida; la natación para bebés abre esta posibilidad antes: ya a partir de la sexta o séptima semana de vida, se puede empezar a nadar con el lactante. Mediante el entrenamiento precoz se fortalecen los músculos y el tejido conjuntivo, se inculca el sentido del equilibrio y se previenen los daños causados por las malas posturas. Caricias Calientitas quiere con este articulo estimular el movimiento del bebé y los niños a través de ejercicios lúdicos en el agua y para que los papitos tengan unos momentos en los que mantener un estrecho contacto corporal con sus hijos.
Vale traer a colación que los movimientos desde el nacimiento son un deporte, ejercicios como voltearse, gatear, sentarse, caminar, empinarse, son deportes natos, pues requieren disciplina, coordinación, y siempre tiene un logro mas que satisfactorio tanto para el pequeño como para los papitos. Los más grandecitos, hacen deporte por imitación, patean un balón, juegan básquet en mini canchas, hacen carreras en sus triciclos, escalan, hacen gimnasia, ellos a diario practican deportes insospechados incluso de alto riesgo, otros chicos a los 3 años están haciendo sus primeros pino en alguna arte marcial, que también beneficia disciplina.
Por eso hoy una invitación a que diariamente después del baño se hagan ejercicios, bailes por favor, todo es un momento apropiado para ejercitar el cuerpo y la mente. Me despido con una divertida publicidad donde proyectan los logros de los niños y bebés con lo que todos los papitos sueñan, lejos de la realidad, pero graciosos.
Con Caricias Calientitas
El deporte tiene la facultad de ayudar a los más pequeños a desarrollar destrezas físicas, hacer ejercicios, socializar, divertirse, aprender a jugar formando parte de un equipo, aprender a jugar limpio y a mejorar su autoestima.
Los beneficios para un niño que practica un deporte son muchos y van desde aspectos físicos, sociales y de comportamiento. Le ofrece al niño la posibilidad de interactuar con otros niños en un ambiente distinto al hogar o la escuela, también le inculca modelos de comportamiento y disciplina que cimientan su conducta a futuro. Así mismo, le ayuda con la autoestima, pues generalmente en esta etapa, más que una competencia, el deporte es visto como una actividad participativa, y el niño es recompensado por el hecho de participar, más que por un resultado específico. En este punto los papitos y entrenadores deben tener mucho cuidado, pues el exigir o presionar en exceso al niño en estas etapas formativas puede afectar seriamente su autoestima, generando sentimientos de culpa o de no estar a la altura de las expectativas.
Todos quisieran que los hijos sean los mejores en cualquier actividad que realicen, pero ese no va a ser el caso siempre. En este escenario, la labor de los papitos o entrenadores es la de motivarlos a mejorar, exaltando las virtudes que tienen y mencionando las áreas en que no destaquen como oportunidades de desarrollo. Todo esto cuidando que el niño no se sienta presionado o como que le ha fallado a alguien. Lamentablemente, hay algunos papitos que ven en sus hijos una oportunidad de hacer dinero fácil, sobre todo con los altos salarios que reciben deportistas profesionales en estos tiempos. El deporte que vaya a practicar el niño debe ser aquel para el cual demuestre interés y que disfrute haciéndolo. No necesariamente tiene que ser el deporte favoritos de alguno de sus papitos, pero sea cual sea la elección, hay que apoyarlos y también los papitos deben involucrarse en la participación activa del deporte escogido y por su puesto supervisar las practicas, que las condiciones sean adecuadas, y obviamente proveer los accesorios necesarios para una práctica segura.
El hecho de que sea un deporte individual o colectivo no es relevante. Lo importante es que el niño lo practique porque le gusta, porque disfruta cada momento. Cada deporte tiene distintos beneficios que no están sujetos a que lo practiquen uno o varios participantes. La natación se convierte en el deporte estrella, igual el atletismo, que proporcionan tanto participaciones individuales como colectivas (relevos), sin que ello disminuya o cambie los beneficios que recibe el niño que los practica. En resumidas cuentas, cualquiera sea el deporte que los hijos elijan, hay que estimular y exhortar su práctica, pues al hacerlo se esta favoreciendo el desarrollo del niño, no sólo a nivel físico, sino también emocional, social y personal, como iniciarse en el mundo de ganar y perder.
Es más, si se crea el hábito desde la primera infancia, puede ser que se estén ahorrando problemas para cuando el niño ingrese en la etapa de la adolescencia. El deporte ayuda a los niños a desarrollarse física y mentalmente, a estar sanos, y a relacionarse de una forma saludable con otros niños. Estar en forma es estar sanos. Y esta es una regla general. Del mismo modo que los adultos, los niños deben encontrar y practicar un deporte que les guste. Al principio puede costarle iniciar y seguir el ritmo, pero si el niño cuenta con el apoyo, la determinación y la seguridad de los papitos, todo caminará. Los chicos deben hacer ejercicio que les diviertan a la vez, que saque a flote su alegría y relax, así, su autoestima irá en aumento, y la pérdida de algún miedo que pueda existir. El deporte es bueno para la salud física del niño como también para su salud mental. Le ayuda a tener más confianza en sí mismo, a relacionarse mejor con los demás, e incluso a superar alguna enfermedad como el asma. En los últimos tiempos, se ha difundido mucho la natación para bebés debido a sus múltiples beneficios destacando el fortalecimiento de un pacto de amor del bebé con su mamita, papito o el familiar que lo lleve a la clase y la multiplicidad de estímulos que recibe. A criterio del equipo técnico de profesionales, los familiares que acompañan al bebé a sus clases de natación, dejan progresivamente paso al entrenador a partir de los 32- 36 meses aproximadamente, para que se quede con el niño ya que forma parte del proceso de sociabilidad y estimulación profesional. El agua en contacto con el chico relaja e involucra en un descubrimiento y ambientación o familiarización con este medio y con el fortalecimiento y bienestar de él.
La edad ideal para iniciarlos en la natación, está comprendida entre los 5 meses y los 3 años aproximadamente, es conveniente que el lugar escogido, esté equipado adecuadamente; especialmente la temperatura del agua que es más elevado que para los adultos, los aseos y la temperatura ambiente para los hermosos y pequeños protagonistas. Es importante tener en cuenta que los bebés aprenden a relacionar las caras o actitudes de sus papitos. Por eso el acompañante debe dejar en el bote de la basura, la angustia, la sobre-protección, los nervios, la ansiedad, pues el niño percibe todas estas sensaciones y lastimosamente puede responder con vomito, llanto imparable, pánico, y entonces la natación pasa de ser un deporte a una tortura negativa. La adaptación al agua suele ser rápida pasando del llanto de lo desconocido al disfrute y las risas en muy poquito tiempo, además mientras mas chico mas fácil su adaptación, pues conviene recordar que sus primeros 9 meses transcurrieron en un medio acuático.
Normalmente los bebés no efectúa una locomoción autónoma hasta el sexto mes de vida; la natación para bebés abre esta posibilidad antes: ya a partir de la sexta o séptima semana de vida, se puede empezar a nadar con el lactante. Mediante el entrenamiento precoz se fortalecen los músculos y el tejido conjuntivo, se inculca el sentido del equilibrio y se previenen los daños causados por las malas posturas. Caricias Calientitas quiere con este articulo estimular el movimiento del bebé y los niños a través de ejercicios lúdicos en el agua y para que los papitos tengan unos momentos en los que mantener un estrecho contacto corporal con sus hijos.
Vale traer a colación que los movimientos desde el nacimiento son un deporte, ejercicios como voltearse, gatear, sentarse, caminar, empinarse, son deportes natos, pues requieren disciplina, coordinación, y siempre tiene un logro mas que satisfactorio tanto para el pequeño como para los papitos. Los más grandecitos, hacen deporte por imitación, patean un balón, juegan básquet en mini canchas, hacen carreras en sus triciclos, escalan, hacen gimnasia, ellos a diario practican deportes insospechados incluso de alto riesgo, otros chicos a los 3 años están haciendo sus primeros pino en alguna arte marcial, que también beneficia disciplina.
Por eso hoy una invitación a que diariamente después del baño se hagan ejercicios, bailes por favor, todo es un momento apropiado para ejercitar el cuerpo y la mente. Me despido con una divertida publicidad donde proyectan los logros de los niños y bebés con lo que todos los papitos sueñan, lejos de la realidad, pero graciosos.
Con Caricias Calientitas
El deporte tiene la facultad de ayudar a los más pequeños a desarrollar destrezas físicas, hacer ejercicios, socializar, divertirse, aprender a jugar formando parte de un equipo, aprender a jugar limpio y a mejorar su autoestima.
Hoy pude entrar comentarios Tita!
ResponderEliminarEjercicios... bailes... deportes lo mejor para una vida sana para niños y adultos!
Que lindo Video!